Este capítulo va dedicado a: @amaliaprz
*
Esperaba a
Liam en la puerta del restaurante donde me citó justo el mismo día de la
presentación del libro de Dina. Estaba tan ocupado casi como yo, y ninguno
pudimos quedar antes.
Mientras le
esperaba, la frase que se repetía una y otra vez en mi mente era: "Tengo que
hablar con Louis."
Estábamos a escasas horas de la presentación del libro de Dina y él aún ni siquiera
sabría que Josh iba a venir.
Mi pie
inquieto en el suelo mientras miraba al infinito, esperando que la silueta de
Liam no tardase en aparecer. Me estaba helando.
-¡Hey! –
Exclamó alguien a mi izquierda.
-¡Liam! –
Exclamé a la vez que el chico.
-¿Qué tal? –
Preguntó.
-Pensaba que
ibas a venir por ahí…
-¿Qué te ha
hecho pensar eso?
Arqueé las
cejas y encogí los hombros. Liam tenía razón. No sabía qué me había hecho
pensar eso.
Tras el
animado saludo, ambos entramos calentándonos las manos a ese restaurante que
tan bien ambientado parecía. Los dos avistamos una mesa de dos y nos sentamos
en ella.
Rezaba
porque no tuviese tan mala suerte y no se me apareciese algo o alguien que tuviese
que ver con mi pasado, pues la última vez que pisé ese restaurante, me encontré de frente
con todo mi pasado.
Nos tomamos
unos minutos para decidir qué queríamos tomar y nos decidimos llamando al
camarero y informándole.
Mientras esperábamos
a que nos lo sirvieran, Liam decidió iniciar una conversación.
-¿Y por qué
no vinisteis a la presentación? ¡Estabais al lado! – Preguntó.
-Louis se
empezó a encontrar mal, ya sabes…
-Pareció
ponerse demasiado nervioso al ver a Judith…
-Esa chica
le trajo malos recuerdos. Le recordó a su pasado, y bueno, tú mejor que nadie
sabe lo siniestro que era en su pasado…
-Pero, ¿Por
qué se puso así? No tiene nada de malo recordar el pasado.
-El suyo no
fue fácil. No sé exactamente lo que le pudo pasar para convertirse así. Me
contó algo, pero no creo que fuese todo. Yo creía conocerle, pero a medida que
pasaba el tiempo me iba dando cuenta de que era un muro lleno de secretos. Creo
que no existe nadie que conozca al completo a Louis.
-¿Ni
siquiera tú? – Preguntó Liam sorprendido.
-No. Ni siquiera yo.
Liam agrandó
los ojos en forma de sorpresa mientras miraba como el camarero nos servía la
comida.
Ambos
miramos a nuestros respectivos platos y comenzamos a comer.
-Sinceramente,
me pareció raro verte en la presentación, y mucho más con él. – Dijo.
-Sí, la
verdad es que todo fue demasiado raro…
-¿No
perdiste el contacto con él?
-Sí. Todo
este tiempo ni siquiera sabía si estaba vivo. Pero parece ser que el destino no
quiere que me olvide de Louis por nada del mundo y…
-Judith me
dijo que Adam le conocía mucho y que sabía que Louis te quería de verdad. Te
quería. Destacó eso. Es como si Louis jamás hubiera querido a alguien a parte
de ti.
-No lo creo…
En todo este año ha podido conocer a millones de personas. Habrá aprendido a
querer. Si a mí me quisiese no hubiera hecho todo eso que hizo.
-¿Te puedo
decir algo?
Quité por un
momento la mirada que mantenía en la comida. La levanté y di con los ojos
marrones de Liam, que estaban en un rostro completamente serio.
-Sí. –
Acepté.
-Puede haber
conocido a miles de chicas, pero la mirada que teníais tú y Louis el otro día
era de dos personas enamoradas. Dos personas que por mucho tiempo o muchas
cosas que hayan pasado entre ellas, se quieren.
-No, Liam.
Yo quiero a Josh. No puedo querer a Louis, Louis ha cambiado, yo no sé cómo es.
-Él te
miraba como un niño pequeño mira a su peluche favorito cuando lo ha encontrado
después de tanto tiempo sin saber donde estaba. Él te miraba con una mirada
limpia y llena de ilusión. No tenía nada que ver con la mirada que tenía la noche
que pasó todo eso.
Mi mirada
regresó al plato donde mi tenedor jugueteaba con la comida.
-Apuesto a
que Louis sigue enamorado de ti. – Añadió Liam.
Mi corazón
simuló pararse. Mi mente se quedó parada, perpleja.
-No, Liam.
Eso es imposible.
-¿Cómo de
imposible?
-Como que
seguramente él tenga pareja o… quién sabe, Liam, Ha pasado demasiado tiempo
desde todo aquello. Eso fue una herida que ya está cerrada y cosida Para mí la
relación con Louis solo es pasado.
Tragué saliva
después de la intensa confesión que le ofrecí a Liam.
-Pero,
¿Sabes? El pasado siempre vuelve. - Contestó el chico.
Esa frase de
Liam me resonó en toda mi cabeza. No. Eso era mentira. El pasado jamás podría
volver porque si no funcionó la primera vez, ¿Por qué iba a funcionar a la
segunda?
-Pero quizás
tengas razón y solo seréis amigos. – Añadió Liam.
Un frío me
rodeó ahora.
Parecía como
si mi cuerpo o mi cabeza, o quizás las dos cosas, no estuviesen preparadas para
escuchar que Louis y yo éramos solo amigos, pero tampoco quería escuchar algo que me hiciese dudar del amor que sentía hacia Josh.
Parecía que
yo vivía demasiado alejada de la realidad que Liam parecía ver. Pero todo eso
eran absurdeces. Louis no estaba enamorado de mí, y yo estaba enamorada de
Josh. ¿Cómo iba a volver el pasado?
******
Horas después.
Daba vueltas
por todo el salón, con el móvil en la mano y con la otra mano en la frente.
¿Cómo le diría a Louis quién sería mi compañía?
Josh era la
última persona que querría ver en un momento como ese, sabía que no era de su
agrado.
-Cielo,
¿Estás bien?
Me giré
sobresaltada con la voz del chico.
-Sí.
Estoy bien.
El chico sonrió
a mi comentario y se acercó a mí.
-¿Tienes
todo listo? En diez minutos nos vamos. – Preguntó.
-Sí.
-Genial. Gracias
por acompañarme.
-Por eso no
me des las gracias, tonto. – Contesté sonriéndole.
Los brazos
del chico rodearon instantáneamente mi cuerpo y yo me dejé abrazar.
El sonido
chirriante de mi móvil que se encontraba en mis manos, nos alertó a los dos y
nos alejamos bruscamente.
Josh me miró
y yo arqueé las cejas cuando este no dejaba de hacerlo.
-Mejor me
voy a arriba a preparar lo que falta. – Propuso el chico.
Asentí con
la cabeza y miré a la pantalla.
¡Era Louis!
El estómago se me cerró instantáneamente.
Tragué
saliva y vi la oportunidad perfecta para informar sobre mi compañía.
-Hola,
Louis… - Contesté.
-Hola,
_____. – Dijo.
-¿Q-qué tal?
-Bien,
nervioso.
-Entiendo.
Un silencio
pequeño el cual yo interrumpí.
-Esto…
Louis.
-¿Sí?
-Hoy voy a
ir acompañada.
El chico no
contestó a mi información. Pareció no procesarla demasiado bien.
-¿Cómo? –
Replicó.
-Josh
insistió en acompañarme, yo me negué pero…
-Ah, Josh… -
La voz del chico pareció atenuarse a medida que iba pronunciando la corta
frase. – ¿Y por qué viene, si se puede saber?
-Louis, es
mi novio. Es obvio que quiera venir.
-Sí, bueno.
Que venga.
Pareció
dolerle. Tanto que me dolió hasta a mí. No debí ser tan brusca. Pero, ¿Por qué
le iba a doler?
Había pasado muchísimo tiempo desde que todo eso pasó entre
nosotros dos. Seguramente me habría olvidado, cómo yo a él. O quizás…
-Luego
hablamos. – Pronunció Louis a la otra línea del teléfono.
-No, espera. ¿Qué me querías decir?
-Nada, nada. Era una tontería.
Y colgó.
La llamada fue finalizada. Su reacción
me congeló. ¿Y si Liam tenía razón? ¿Y si Louis seguía enamorado de mí? ¿Y si
Louis solo supo quererme a mí? ¿Y si el pasado siempre vuelve de verdad?
-Aquí traigo
las maletas. – Dijo Josh bajando las escaleras.
Me acerqué a
él y tomé del tirador de una de ellas.
Minutos
después, abandonamos la casa y acomodamos todas nuestras cosas en el maletero
del coche y por último, tomamos asiento esperando a llegar al sitio donde sería
la presentación, en el centro de la ciudad.
-¿Te pasa
algo? – Preguntó Josh.
Le miré a
los ojos que eran tenues gracias a la poca luz que había en la carretera.
-No. Nada. –
Contesté.
-Vale.
Devolví mi
mirada al sitio previo y apoyé mi mano en mi barbilla.
Quería a
Josh. Le quería. Pero la conversación con Liam me había hecho ver las cosas de
una manera que jamás las había visto. Desde otro punto de vista.
Un trayecto
medio que se hizo demasiado largo gracias a mis pensamientos. Josh aparcó cerca
de la puerta principal de esa librería tan amplia del centro.
Mi falda
entallada y mis altos zapatos me impedían moverme con facilidad, pero aún así,
conseguí salir sin ningún tipo de obstáculos del coche.
Josh se puso
a mi lado y agarró mi mano, entrelazando sus dedos con los míos.
Los sentí
fríos. Jamás había tenido esa sensación tan extraña. Josh. Josh. Era el chico
de mi vida. Con quien quería casarme y tener hijos. Con quien quería formar mi
futuro.
Sin embargo,
desde hacía unas horas la estructura de toda mi vida parecía haberse
desequilibrado, parecía haber perdido de nuevo el sentido.
¿Qué tenía
Louis? De nuevo estaba desordenando todo en mi vida.
Mis dientes
chocaban. La americana a juego con los zapatos no abrigaba demasiado, y el frío
parecía meterse de pleno en los huesos.
Apenas estábamos
en otoño y el frío hoy había destacado más de lo normal.
-¡¿Josh?! –
Exclamó alguien detrás de nosotros.
El chico se
giró alarmado de la llamada. Yo giré con él. Ambos nos dimos cuenta de que era
Ben.
-¿Qué hacéis
aquí? – Preguntó cuando se puso a nuestra altura.
-Nos
invitaron. – Contestó Josh.
-Bueno, en
verdad solo me invitaron a mí, pero… - Interrumpí.
Josh giró su
labio. Pareció no sentirse bien después de mi comentario.
-Bueno, Josh
siempre está invitado. – Comentó Ben pasando su brazo por el cuello de mi
novio.
El chico soltó
mi mano mientras ofrecía un abrazo a su hermano. Ambos empezaron a andar más
apresuradamente. La verdad es que no les encontraba parecido, ni física ni
mentalmente.
-¡Ya verás qué
buena presentación hará Dina! – Comentaba Ben lejos de mí.
Me quedé
alejada de ellos. Les miré como entraban a la librería, mientras yo me quedé
unos segundos en el exterior.
Una pareja que se encontraba en la entrada
estaba fumando. Ese olor me invadió y me recordó a las tardes frías donde el
tabaco y Louis eran mi único refugio. Refugios que ahora eran solo pasado…
-¿Qué haces
aquí y tan poco abrigada? Te vas a helar. – Comentó una voz detrás de mí.
Me giré automáticamente
y vi que se trataba de Louis, mi refugio.
Me esperaba
su flequillo cayendo por la frente y su ceja izquierda cortada. Pero no. Me
encontré a un hombre elegante, con un tupé peinado detalladamente y con sus
cejas completas y perfectamente formadas.
Ese Louis era completamente distinto,
no cabía duda.
-Estás
preciosa. – Comentó al ver que yo no respondía a su broma.
Mis mofletes
parecieron enrojecerse.
-Tú también
estás genial, Louis. – Dije.
-Gracias. –
Contestó él sonriente.
Ambos
miramos al suelo. Sentí una extraña sensación de nuevo. Parecía que el frío
había desaparecido de mi cuerpo. Ese frío que sentí al tocar a Josh, parecía
haberse llenado de calor al mirar a los ojos de Lou.
Era todo
totalmente contradictorio.
-¿Qué te
parece si entramos? – Propuso Louis.
-Sí. –
Contesté.
Ambos entramos
y miré a hacia todas direcciones en busca de Josh.
-Ven. – Dijo
Louis.
Le miré y seguí
sus pasos. Había bastante gente ya en esa sala. Toda estaba buscando buenos
sitios. Parecía que Dina era más famosa de lo que yo pensaba.
En la sala
había una especie de escenario, y encima de él, una mesa con un tres micrófonos frente a tres sillas.
Al lado de
las escaleras de ese pequeño escenario, una cortina roja. Louis se acercó a
ella y la retiró, dejándome paso.
Detrás de
ella había una pequeña sala donde se encontraban Ben, Josh y Dina.
Acudía al
lado de Josh mientras Louis se puso al lado de su hermana. Una última mirada de
complicidad entre nosotros que fue interrumpida.
-¡Hola,
cielo! – Exclamó ella al verme.
-Hola, Dina.
– Contesté sonriente.
-Un gusto
teneros por aquí a Josh y a ti, de verdad.
-Un gusto
para nosotros venir aquí. - Contesté.
-Espero que
os guste el libro. Bueno, ¡Espero que lo leáis! – Dijo riendo.
¿Eso fue un
chiste? No me hizo gracia. Tomé aire y fingí una carcajada demasiado falsa. No creo
que nadie se la creyese.
Louis miró
hacia el suelo soltando una carcajada por mi falsa reacción. Ahí fue cuando una
sonrisa de verdad me apareció. Cuando vi a Louis sonreír gracias a mi
comportamiento. Por mucho tiempo que hubiese pasado, nuestra complicidad era obvia aún.
-Dina, ya
puedes salir.
Un hombre
trajeado entró a la sala por una puerta y anunció eso.
-Perfecto. –
Aceptó Dina. – Dale a ellos dos asientos en primera fila, por favor. – Pidió la
chica señalándonos.
-Bien.
Acompáñenme, por favor.
-Suerte. –
Dije a Dina recuperándome de la risa.
-Gracias,
preciosa.
Josh agarró
mi mano mientras sonreía a Dina. Mi mirada subió hasta Louis, quien había cambiado
el gesto completamente.
Salimos a la
sala de nuevo y el hombre nos puso dos sillas en primera fila. Josh y yo
tomamos asiento uno al lado del otro.
-Parecen
tener éxito sus libros. – Comentó Josh.
-Sí. – Dije.
La cortina
roja se abrió, saliendo de detrás de ella Dina, Ben y por último, Louis.
Los aplausos
invadían la sala. Mis manos chocaban inconscientes, mientras mis ojos perseguían
la silueta perfectamente definida por la americana que llevaba Louis.
Ellos tres
tomaron asiento en la mesa. Dina en el centro y Ben y Louis a cada lado de
ella.
Las luces de
la sala se apagaron y un foco de gran luz se iluminó en esa especie de escenario.
-Buenas
noches a todos. – Pronunció Dina. – Quiero agradeceros a todos los que habéis
venido a esta presentación de mi libro. Es un placer contar con seguidores como
vosotros.
El discurso
de la chica continuaba, mientras mi mente parecía haber ido a otro sitio.
Parecía haber abandonado por un segundo el planeta.
-El libro,
como bien ya he comentado en las redes sociales, irá de un amor distinto. Un
amor de una persona con altos cargos en la realeza y un simple camarero de un pequeño pueblo. Ambos
se enamorarán sabiendo que no es lo que deben hacer, ya que sus vidas son distintas y no les convenía enamorarse...
Dina
continuaba explicando el tema del libro. La oía, pero no la escuchaba. Miraba a
mí alrededor viendo como toda esa gente parecía estar totalmente profundizada
con el tema y con las palabras totalmente cultas que pronunciaba Dina.
Louis jugueteaba
con sus dedos pulgares mientras su mirada iba a la mesa.
-Y esto es
todo. – Concretó Dina. - ¿Alguna pregunta?
Una señora
levantó la mano en la oscuridad. Un hombre acudió a su lado dándole un micrófono.
La mujer lo tomó y lo situó cerca de su boca para comenzar a hablar.
-Enhorabuena
por todos tus libros, Dina. Son realmente buenos. Sólo quería preguntarte algo,
¿Por qué has decidido hacer el libro sobre este tema?
-Gracias,
señora. – Agradeció Dina. – Bueno, como supe que esta pregunta me la iban a
hacer, traje al que ideó la novela.
La mirada de
Dina se dirigió a Louis, a quien los rubores se le notaron.
-Él fue
quien me dio esa idea. Simplemente me apoyó con una frase que jamás se me podrá
borrar, y él me dijo: “Los polos opuestos, se atraen” Y estoy totalmente de
acuerdo con él. Esa frase fue la que me inspiró y la que se reflejó en este libro.
Mi mirada
iba directa a los ojos de Louis, quien solo los levantó para mirarme, justo
cuando Dina pronunció esa frase.
¿Era una
nueva indirecta? ¿Por eso me habría invitado a la presentación? Él y yo éramos
completamente diferentes cuando nos conocimos, sin embargo, encajamos a la
perfección.
Su mirada y
la mía continuaban encajando mientras la realidad proseguía su curso.
Estaba dándome
cuenta de que Louis en mi vida era más importante de lo que pensaba. Estaba
dándome cuenta de que solo Louis era el único que podía hacerme olvidar el
presente, y el futuro, pero jamás el pasado.
Ayaya sube yayayayayaya!
ResponderEliminarAy q bonito q romantico. Me ha encantado addakdndhjejebe. Q fuerte me parece. Es perfecto siguela pronto Bsss guapaaaa
ResponderEliminarPor dios, es perfecto. Esque de verdad no puedo con Louis... Es genial. Esta novela me supera, siguela pronto por favor. :') un beso cielo. <3
ResponderEliminarOoh, me encanta, es perfecta, sube pronto porfis :)
ResponderEliminarDIOS MIO, ¿¿¿¿POR QUÉ TIENES QUE ESCRIBIR TAN SUMAMENTE BIEN????
ResponderEliminarBesos <3
Guau.. tiaaa.. que me lloran los ojos un monton!! Buah eso ultimo.. es q me has dejado tonta eh!! Madre mia.. sabes.. te veo en un futuro como a Dina, encima de un escenario, explicando 4 de tus perfectas obras, diciendo que gracias a estos chicos pudiste cumplir tu sueño de ser escritora. Gracias por todo
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