[Terminada] El destino es caprichoso y más cuando se trata de algo como lo que pasará entre ______ y Louis Tomlinson. Una relación del pasado rápida, alocada, peligrosa que le llevó a ser quien no era. Todo acabó, pero no para siempre. Ambos estaban equivocados cuando prometieron no volver a verse.

sábado, 3 de agosto de 2013

Capítulo 19.

Este capítulo va dedicado a: @HideInYourArms

______

Mi mano continuaba arrastrando sin cesar la maleta. Mi mente continuaba cohibida. Las calles ahora estaban más frías sin él.

¿Habría hecho bien? ¿Habría sido demasiado cruel? Ladeé mi cabeza para quitarme esa idea de la mente. Él se había ganado esta situación. Le tenía miedo, y jamás pensé que pudiese llegar a tenérselo.

Me senté en un banco retirado de la casa de Louis. Aparqué la maleta a mi lado y saqué mi teléfono rebuscando en internet algún hostal no muy caro, pues no me quedaba apenas del dinero que cogí el día que me fui de casa, el supuesto dinero que invertiría para la universidad.

No había ninguno cercano, y si lo era, estaba en muy malas condiciones. Suspiré cerrando fuertemente mis ojos.

Saqué un cigarro y lo posé en mi boca. Daba caladas gustosas. Era lo único que me hacía sentir bien ahora mismo.

Jugueteaba con el móvil que permanecía en mis manos. Un mensaje hizo que mis ojos se agrandaran.

 “Una chica como tú no debería estar sola por sitios como este”

Mi mirada se desvió hacia más abajo, donde vi quien era un número de teléfono que me resultaba familiar.

Alguien chistó. El sonido provenía de la carretera. Un coche gris metalizado aparcado en frente de mí y con la ventanilla del copiloto bajada.

-¿Te llevo, señorita?

Sus ojos azules acompañados de una sonrisa hicieron que también apareciese una en mi cara. Era Josh.

Me levanté del banco arrastrando mi maleta y me dirigí hacia el coche con el cigarro en la boca.

-¿Qué haces aquí? – Le pregunté sonriente, asomándome por la ventanilla para mirarle en el interior.
-Me dio la sensación de que me necesitarías. – Contestó. – Y por lo que veo no me equivoco. – Añadió mirando a la maleta.

Su ceño se frunció cuando vio la mano que la sujetaba vendada. Yo todavía no me había dado cuenta de que él lo había visto, así que tomé la otra mano y tiré del pomo para abrir la puerta.

-Eh, no, no. – Negó poniendo su mano en el asiento. – Tira el cigarro.

Abrí mis ojos en forma de sorpresa y negué.

-Entonces deberé dejarte aquí. – Dijo Josh.
-No eres capaz.

El chico pisó el acelerador y mi cuerpo se sobresaltó.

-Está bien. – Cedí tirando el cigarro al suelo y pisándolo con mi zapato.

Josh sonrió a mi decisión y arqueó la ceja. Segundos después, abrió su puerta y se dirigió al maletero, tirando de él y dejando que se abriese.

Me dirigí hacia él, como no, arrastrando mi maleta.

Bajé el asa y dejé que él se encargara de colocarla en el maletero.

Le sonreí y pasé de nuevo mis manos por el pelo.

-¿Qué te ha pasado? – Preguntó el chico tomando mi mano.
-Nada. – Contesté rápidamente, quitando mi mano de la suya y escondiéndola detrás de mi cuerpo.

No pareció muy convencido por mi respuesta.

-Dímelo. – Insistió.
-Nada, Josh.

El chico resopló y se dirigió a su puerta del coche, abriéndola y introduciéndose dentro del vehículo.

Segundos después, yo hice lo mismo con el asiento del copiloto.

Josh arrancó el motor y comenzó a andar hacia algún sitio. Su mirada era constante en la carretera.

-¿Cómo has conseguido mi número de teléfono? – Pregunté por fin.
-¿Cómo has sabido que era yo?
-Pregunté yo primero.

El chico soltó una sonrisa traviesa y miró por el retrovisor.

-Me lo dio Frank. Supongo que él se lo habría pedido a Alison.

Suspiré de mala gana cuando escuché el nombre de la chica.

-¿Aún sigues enfadada con ella? – Preguntó de nuevo.
-No la he vuelto a ver desde aquel día, ya sabes…
-Sí. Sí lo sé. – Asintió el chico.

De nuevo un silencio incómodo entre ambos. La radio se escuchaba en volumen bajo.

-¿Puedo preguntarte qué ha pasado? – Decidió a pronunciar Josh.
-¿Cuándo?
-No te hagas la tonta. Con Louis. Con tu mano. Con todo.

Tragué saliva bruscamente a su directa y seria respuesta. Su gesto también era serio y su mirada no se había retirado ni un segundo de la carretera.

-Discutimos. – Contesté seca.
-¿Sólo?
-Sí.
-Cuéntame por qué.
-¿Acaso te interesa? – Exclamé mirándole.

Una sonrisa pícara se dibujó en su rostro.

-Claro que sí, nena. Supongo que no querrás quedarte en la calle hoy…

Solté un pequeño quejido por mi boca y crucé mis brazos. La mirada de Josh se retiró por un segundo de la carretera para mirar de nuevo mi mano.

-Eso te lo ha hecho él, ¿verdad?
-Cállate. – Le exigí.
-¿Por qué no me cuentas lo que ha pasado? Sólo pretendo ayudarte.
-Porque no te interesa lo más mínimo.
-Claro que me interesa. Y a ti también te interesa contármelo. Soy lo único que tienes porque tú misma has decidido que lo sea. Apuesto a que Alison no te cogería el teléfono y que tu orgullo es demasiado grande como para ir a dormir a tu casa. ¿No es así?

Sonreí mirando a Josh. Tenía razón.

-¿Puedo quedarme contigo? – Le pregunté.
-Claro que puedes. – Exclamó. – Sólo con una condición.

Le miré arqueando una ceja.

-Que me cuentes todo, absolutamente todo lo que ha pasado. – Añadió.

Cerré los ojos y pensé por un momento. ¿Qué preferiría? ¿Contarle a ese chico todo o pasar una noche, dos y hasta tres en la calle?

-Está bien. – Cedí.

Narra Julie*.

Mis pies temblaban al bajarme de ese autobús y conectar mis pies con ese oscuro barrio. ¿Ahí estaría mi hija?

Miré a ambos lados y parecía haber niebla por todos sitios. Era la única opción que me quedaba para que mi hija se rindiese y me escuchase.

Mis pies cansados caminaban sobre la suela de esas deportivas viejas. Mi mano sujetaba con fuerza el bolso que llevaba conmigo.

Pasé enfrente de un estanco. Un chico en la puerta con la cara llena de rasguños y sus manos metidas en los bolsillos me miró. Mi mirada también dio con la suya.

Suspiré y continué andando sin apartar la mirada de ese chico. La deslicé y miré en su camiseta un nombre que parecía estar cosido a mano a la tela. “Liam”

Mi cabeza sonrió por dentro. Era precioso ese nombre. El chico me sonrió cuando vio que yo sonreía sin querer.

Al fin retiré mi mirada y la devolví al suelo para seguir buscando la dirección que me había dado Josh.

Los portales ya eran los números próximos del que buscaba. Mi mirada se sobresaltó cuando vio por fin el mismo número que ponía en el papel.

Eché un vistazo a la fachada tan destrozada y comencé a subir los escalones exteriores.

El portal era muy tenebroso. Mi miedo crecía por segundos. ¿Cómo podría haber llegado a parar aquí mi hija? Mis dientes chasqueaban.

Comencé a subir las escaleras de ese portal hasta llegar al piso que quería.

Miré de nuevo el papel y me situé delante de la puerta que indicaba. Aún estaba a tiempo de echarme para atrás, pero necesitaba hablar con ella.

Mis dedos junto a mis manos temblando se acercaron al timbre. Estuve a punto de retirar la mano pero al fin pulsé. Sonó un intimidante sonido y me retiré algo hacia atrás esperando que ella abriese la puerta.

Nadie contestaba. Puse mi oído en la puerta y escuché a alguien soltar gemidos, como si estuviera golpeando algo. Me alejé sobresaltada. ¿Qué pasaba ahí dentro? Ahora, sin ningún miedo, apreté con más fuerzas e insistencia el timbre.

“Joder”

Un quejido resonó en mi ese espacio. Unos pies parecían acercarse.

Al fin tiraron del pomo y se abrió la puerta.

Mi mirada revisó a aquel torso desnudo, sudoroso. Solo unos pantalones grises de chándal decoraban el cuerpo de aquel chico que parecía estar haciendo ejercicio. Sus manos estaban apretadas y enrojecidas. Su flequillo húmedo de sudor estaba recogido detrás de su oreja.

-¿Qué quieres? – Preguntó serio.
-¿Es… está ____? – Pregunté balbuceando.
-¿Quién coño eres? – Exclamó el chico.
-So… soy su madre. – Continuaba balbuceando.

Una carcajada salió de su boca. Su mirada se deslizó junto con su cabeza a la izquierda.

-¿Viene a hablar con ella? – Preguntaba el chico.
-Sí. – Asentí.

De nuevo su mirada dio con la mía.

-Pues que sepa que es tarde. Su hija se ha largado esta mañana.

Mi cara cambió de gesto. Uno de sorpresa exactamente.

-¡¿Dónde?!

El chico de nuevo rió.

-¿Me ve cara de que lo sepa? – Añadió. 
-Se supone que vive contigo. Lo debes de saber.
-Vivía, señora. Ya no.
-¿Ya no? ¿Qué quieres decir?
-Lárguese de aquí, señora. No quiero saber nada más de ella.

El chico ladeaba la cabeza antes de cerrar la puerta de un portazo.

Mi cuerpo se quedó congelado en el rellano tan oscuro. ¿Dónde coño estaba mi hija? ¿Con quién?

Narra ______

Josh aparcó el coche delante de una urbanización solitaria. Su casa parecía ser la que estaba justo en frente de nosotros. La fachada era blanca y parecía ser bastante amplia.

-Vamos. – Apresuró.

Ambos abandonamos el coche y yo permanecía mirando la fachada de la casa.

-¿Vives solo? – Pregunté mientras él se encargaba de sacar la maleta del coche.
-No. Vivo con mi novia. – Contestó cerrando el maletero. – Pero tranquila, no es del todo celosa.

Mi ceño se frunció cuando escuché decir eso. ¿De verdad tenía novia? ¿De verdad me tocaría convivir con él y su novia? ¡Oh, Dios mío!

El chico cerró el coche y arrastró la maleta hasta llegar a la puerta de su chalet.

Sacó la llave de su bolsillo y abrió la puerta. Pasó él primero y yo le seguí, mirando boquiabierta el pasillo tan grande e iluminado. Ya estaba acostumbrada a la oscuridad del piso de Louis.

-¿Quieres algo de comer? – Preguntó.
-Sí, por favor.
-Bien. Ven conmigo.

Sus pasos se apresuraron atravesando el salón. Mi mirada no dejaba de observar la perfecta decoración de la casa.

-Tengo galletas y todo tipo de bollos. – Comentó entrando en la cocina. - ¿Qué quieres?
-Galletas, gracias.

Josh abrió un armario de la cocina mientras yo me sentaba en una de las sillas de la mesa. Lanzó el paquete hacia mis manos y yo lo cacé.

Segundos después, él se sentó a mi lado mordiendo un gigantesco bollo.

-¿Tu novia sabe que estoy aquí? Digo, quizás la molesto…

El chico arqueó las cejas y sonrió, casi atragantándose.

-¿Te lo creíste? – Exclamó.
-¿El qué?
-¿Cómo voy a tener novia?
-¡Eres idiota! Te he creído. – Exclamé sonriendo.
-Me has demostrado que sirvo también para actor. – Comentó.

Ambos reímos mientras comíamos ese aperitivo.

-Pues para vivir tu solo, es una casa muy grande.
-Lo sé. Mis padres antes vivían aquí, pero se mudaron cerca de la playa. – Informó.

Asentí a su confesión.

-Y bien, cuéntame. ¿Qué te ha pasado?

Cogí aire sabiendo que tenía que confesarle todo a Josh. Quizás me sentaría bien.

-Louis ha cambiado tanto…

Un silencio entre ambos mientras masticábamos. Mi galleta mordida estaba en mis manos sin tener intenciones de continuar comiéndola.

-¿Te hizo él eso? – Preguntó Josh.
-Pero fue sin querer… Ayer casi mata a un chico a puñetazos. Intenté pararle y él me empujó. Me hice esta raja con la valla con la que choqué.
-¿Pegó a un chico?

Asentí con la cabeza.

-¿Por qué? – Preguntó Josh de nuevo.
-Louis solo me quería para él. Es muy celoso. Ese chico me dio su teléfono bromeando y él lo vio…
-¿Sólo le pegó por eso?
-Sí…
-Guau. Creo que es un chico con poca paciencia. – Comentó Josh.
-Yo le quería tanto… Y le quiero. Pero le tengo miedo. Mucho miedo, Josh. Quizás él no sería capaz de hacerme nada…
-Las personas con problemas de ira tienen un gran problema. Cuando sufren esos ataques no les importa a quien golpeen. Quizás aún podía controlarse, pero no por siempre. Has hecho bien en alejarte de él.

Josh mordió deseoso el bollo y de nuevo habló.

-Y por lo que veo, también es obsesivo.
-Sí.
-Ese chico lo tiene todo. – Se burló.
-No tiene gracia, Josh.
-Lo sé, lo sé. Simplemente quería hacerte sonreír.

Mi mirada se quedó quieta encima de la mesa. Mi mente comenzaba a pensar. ¿De verdad habría sido capaz de usar la violencia contra mí algún día Louis? Era imposible. Él me quería. Yo le quería. Nos queríamos. ¿De verdad habría hecho bien en dejarle?

Las lágrimas parecían caer sin ningún tipo de obstáculos por mis mejillas.

-¿Estás bien? – Preguntó Josh.
-Si…í… - Balbuceé.

El teléfono del chico que yacía en la mesa comenzó a vibrar. Lo inclinó hacia sus ojos y soltó corriendo el bollo para contestar, levantándose de la silla.

-¿Sí?

El chico parecía escuchar la voz del teléfono. Su mano en la nuca mientras mis palmas limpiaban mis lágrimas.

Metí la mano en mi bolsillo y saqué el paquete de tabaco para prenderme un cigarro. Daba caladas mientras Josh me daba la espalda.

-Tranquila, Julie.

Mi cuerpo se sobresaltó cuando escuchó a Josh pronunciar el nombre de mi madre. Todo el humo salió disparado de mi boca.

-Ella está conmigo. – Añadió.
-¿Es mi madre? – Pregunté.

El chico se giró y agrandó sus ojos apresurándose a quitarme el cigarro. Lo retiré de su alcance.

-Dime, ¿Es mi madre? – Insistí.
-Está bien. Ella está bien. Tranquilízate. – Calmaba el chico, persiguiendo a mi mano para arrebatarme el cigarro.-¿Quieres hablar con ella? - Le preguntó a ella.

Negué rápidamente con la cabeza y él aprovechó para quitarme el cigarro.

-No. Josh. Yo no quiero hablar con ella. – Susurraba.
-Está bien. Esta noche iremos. – Dijo. – Hasta luego.

Su mano introdujo el móvil en su bolsillo y aplastó el cigarro contra el fregadero.

-¿Qué coño haces hablando con mi madre? – Exclamé, casi gritando.
-¿Y qué coño haces tú fumando en mi casa? Odio el tabaco.

Mi ceño fruncido y mis brazos cruzados.

-Esta noche iremos a cenar a tu casa. – Anunció Josh.
-¡¿Qué?! No. – Negué.
-Sí, ______. Es tu madre y tiene que darte tantas explicaciones como tú a ella. Así que, hazte a la idea.
-No pienso ir.
-Ha ido a buscarte a casa de Louis. Estaba al borde de un ataque de ansiedad porque no estabas ahí.
-¡¿Que ha ido donde?!

El chico se apresuró a mí y cogió mi cara con sus grandes manos, chocando su frente con la mía. Ambos congeniamos miradas y podía sentir perfectamente su respiración chocar con mi cara.


-Vamos a ir esta noche a tu casa, ¿vale? – Musitó Josh.

PD. ¡Sopresa! Aquí os dejo el trailer para la segunda parte de Nobody Compares. ¡Espero que os guste, Nerrys! http://www.youtube.com/watch?v=XnNkl_LpCzA



4 comentarios:

  1. Oh dios mio! Perfecto como siempre! Siguiente ya! Sibre la segunda parte de Nobody Compares...buff que fuerte me ha encantado
    Alba xx

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  2. ASDFHKALISJELEAASGJLASASDLLASLOUISASSFGHJKAS
    PERFECTO...COMO SIEMPRE =)
    BESOS<3

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  3. ais ais.. risa nerviosa. A ver Josh es un cielo y bueno liam.. liam es que no desaparece de mi cabeza, lleva cosido su nombre en la camiseta oi oi oi. Es un solete! Bueno pues Louis gimiendo mientras hace ejercicio y sin camiseta, todo sudado, aja y que se supone q debo hacer ahora? DIME!! ya esta marta ya esta. Gracias por todo tia. Me enamoro cada vez mas de tus capitulos, cada cual es mejor creeme

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  4. Oooogh, que posesivo, obsesionado, celoso y furioso es Louis, era un dulce <3 pero todo se esfumo desde que me apreto el brazo cuando el y yo estabamos en El Foco, desde ese dia, la dulzura se esfumo!!

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