[Terminada] El destino es caprichoso y más cuando se trata de algo como lo que pasará entre ______ y Louis Tomlinson. Una relación del pasado rápida, alocada, peligrosa que le llevó a ser quien no era. Todo acabó, pero no para siempre. Ambos estaban equivocados cuando prometieron no volver a verse.

viernes, 2 de agosto de 2013

Capítulo 18.

Este capítulo va dedicado a: @AntiaOficial_1D - http://amix-4-ever.blogspot.com

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La mirada rabiosa de Louis se levantó hacia mi cuando una gota de sangre procedente de mi mano aterrizó en el suelo.

Después, miró sus puños llenos de sangre. Su mirada estaba perdida. Se levantó ante mi mirada expectante, limpiándose la boca con su brazo.

Dio pasos lentos hacia mí, pero yo lo único que pude hacer fue retirarme de él, presionando en mi herida.

-_____...- Musitó.
-Aléjate de mí, Louis.
-No, por favor. Déjame mirar tu herida.
-Me das miedo, Louis. Aléjate.

El chico parecía ansioso por ver mi herida, pero la frase que le acababa de decir, le había dejado totalmente helado.

-¡Dios mío! ¿Qué ha pasado aquí?

Una mujer exclamaba eso mientras acudía apresurada hacia Liam, quien estaba intentando levantarse.

Su cara estaba bañada en sangre y el chico solo se pasaba su mano por la nariz, mirando la espalda de Louis.

-Perdóname, _____. – Suplicaba.

Le miré con odio e ignoré su perdón. Con mi mano aún en la herida, pasé por su lado y me agaché a ver a Liam.

-¿Qué ha pasado? – Preguntaba la mujer ayudando a Liam a limpiarse esa sangre. – Quizás debamos llamar a la ambulancia.
-No, señora. Estoy bien. – Dijo entrecortadamente él.

Le miré a los ojos y él me intentó mostrar tranquilidad. Una tranquilidad que estaba muy alejada de lo que yo sabía que había pasado.

-¿Y a ti que te ha pasado? – Preguntó de nuevo la mujer, sobresaltada por la sangre que salía de mi herida.
-Nada, un simple rasguño. – Contesté.

La mujer tiró de mi mano y observó la herida.

-No te lo toques, puede que te lo infectes. – Informó rebuscando un pañuelo en su bolso.

Tras rebuscar durante segundos, sacó un clínex y me lo tendió, abriéndolo encima de mi mano y tapando la herida haciendo un pequeño lazo con él.

Un golpe a un metal se escuchó a lo lejos. Louis estaba alejándose, iba en dirección a su moto. Sus manos reposaban en su nuca y parecía estar desesperado.

Miró una vez más hacia aquí y yo retiré corriendo mi mirada, escuchando como encendía el motor y se alejaba por esas oscuras y frías calles subido a esa moto.

-Se puede marchar, señora. – Susurró Liam. – Y tú también puedes, _____.
-¿Estás loco? – Pronuncié mirándole. - No pienso dejarte aquí solo así.
-¿Quieres ir al hospital? – Insistía la mujer. – Tengo el coche aquí al lado, puedo llevaros.
-No, no. – Negó Liam. – Muchas gracias, señora. Esto con agua oxigenada se cura.
-Yo le cuidaré. – Interrumpí a Liam. – Puede marcharse tranquila.
-Está bien. Me marcho porque sé que te dejo en buenas manos. – Comentó la señora pasando su mano por mi pelo. – Espero que no sea nada. ¡Hay gente tan desarmada mentalmente!
-Y qué lo diga… - Apoyó Liam.
-Buenas noches, chicos. – Dijo levantándose. -¡Ah! Por cierto. Tomad.

Rebuscó de nuevo en su bolso y sacó un paquete de toallitas.

-Como llegues así a tu casa tu madre se asustará. – Dijo la mujer tendiéndonos el paquete.-Recupérate pronto, cielo. – Musitó alejándose un poco de nosotros, agitando la mano.
-Gracias. – Respondió Liam.

La respiración de él continuaba agitada mientras seguía sentado en el suelo, con sus manos apoyadas detrás de su espalda. Yo sentada a su lado, mirando toda la sangre que estaba en su cara.

-Te limpiaré esto. – Le dije.
-Por favor… - Añadió él.

Mis manos empezaron a abrir cuidadosamente el paquete, con miedo a que el lacito del clínex se deshiciese.

Posé la toallita húmeda con cuidado en una de las heridas que le habían hecho los puñetazos de Louis.

El chico absorbió aire con los dientes cuando la humedad contactó con su herida.

-¿Te duele? – Pregunté.
-Un poco. – Musitó.
-Liam yo… lo siento, de verdad. – Me disculpé pasando cuidadosamente la toallita.
-No te preocupes. No debí de haberte pedido esos dos besos.
-No sé qué demonios le habrá pasado. Le he visto tan rabioso…
-Siempre ha sido peligroso. Le he visto varias veces pasar por aquí y todo el mundo parecía huir de él. No soy al primero al que reparte puñetazos.

Lo que acababa de decir Liam me hizo recapacitar mientras continuaba limpiando los restos de sangre por su cara. Louis se había pasado de la raya. ¿Cómo pudo llegar a ese extremo? ¿Acaso pensaría en algún momento que podría llegar a dejarle por Liam? ¡Ni siquiera le conocía! Mi mente se pausó un momento. 

Liam pintaba a Louis como algo simplemente superficial. Louis tenía mucha rabia dentro y aparentaba ser un chico fuerte, pero era todo lo contrario. Sin embargo, si algo me enseñó él, fue que su rabia era imposible de controlar.

-Y me alegro que al menos no me haya roto la nariz. – Añadió Liam.

Le miré soltando una pequeña y disimulada carcajada. Él se unió, pero al segundo un quejido salió de su boca.

-No debo reírme. – Concluyó.
-Solo te hizo un par de rasguños. – Informé. – Podía haber sido más grave.
-Gracias, _____. – Agradeció.
-¿Por qué?
-Pudiste haber ido detrás de él pero preferiste quedarte conmigo.
-Hice lo que debía hacer. Louis no merecía ser premiado después de esto y si iba a consolarle lo tomaría como un premio.

Un silencio mientras él intentaba sonreír, pero era intento fallido.  

-Ya está limpio. – Comuniqué.

Sus manos hicieron fuerza y su cuerpo se puso de pie. Yo le acompañé y noté como el cuerpo del chico se tambaleaba. Mi mano se posó en su espalda para evitar cualquier desvanecimiento.

-Gracias. – Agradeció. – Pensé que me caía.
-Tranquilo. Te acompañaré a casa.
-Oh, no. No hace falta.
-Es lo menos que puedo hacer. Así que, dime donde vives.
-Está bien, es en esa calle de ahí. – Señaló con la cabeza.
-Bien.

Mis pasos lentos intentando que él no se marease ni tuviese ningún desvanecimiento.

-¿Quieres que vayamos al hospital? – Pregunté de nuevo.
-No, de verdad. No es la primera vez que me pegan. Ha habido peleas peores…

Suspiré llegando al pie de su portal y ayudándole a subir las escaleras exteriores. Sus piernas junto a las mías subiendo hasta llegar al portal, el cual afortunadamente, tenía ascensor.

Mi mano fue a pulsar el botón, pero la suya la cogió y retiró despacio el clínex. Miró la herida de la parte superior de mi mano.

-¿Cómo te lo has hecho? – Preguntó.
-Me he chocado. – Dije.
-Cúralo. Tiene mala pinta.

Asentí con la cabeza viendo como él apretaba por fin el botón del ascensor. Segundos después, este llegó y se abrió. Su cuerpo pasó y detrás, lo intentó el mío.

-Puedes marcharte ya. – Dijo Liam evitando que entrase con él. – Puedo subir yo solo.
-Prefiero acompañarte para asegurarme de que estarás bien.
-Enserio. Márchate y cúrate tu herida. Ya has hecho mucho por mí.

El ascensor se iba a ir en breves segundos. Asentí con la cabeza ante la convicción de Liam y le sonreí.

-Ya iré algún día al estanco para ver cómo estás.
-Bien. – Aceptó él.
-Y lo siento de nuevo.
-No te preocupes, idiota. No tienes la culpa.

Una última sonrisa y la puerta de metal se cerró. Un suspiro salió de mi boca y mi cuerpo emprendió camino hacia el exterior.

*******

Mi mano rebuscando en el bolso la llave que, afortunadamente, días antes metí en el bolso. Giré la cerradura de la casa de Louis, entrando cuidadosamente.

Mi bolso aterrizó en el perchero junto a mi chaqueta.

Mis zapatos salieron de mis pies intentando hacer el mínimo ruido posible. ¿Habría llegado ya Louis? Prefería prevenir.

Pasos cuidadosos y lentos se dirigieron hacia la puerta de su habitación. Mi cara se asomó ante la oscuridad y respiré tranquilidad cuando vi que no había rastro de él por ninguna parte de la casa.

Encendí la luz del baño y entré, quitando el clínex y abriendo el grifo. Miré a la luz la herida. Parecía más profunda de lo que yo pensaba.

Mi cuerpo se retorcía de dolor cuando el agua contactó directamente con mi herida. Cerré los ojos fuertemente y esperé lo suficiente para que la herida fuese limpiada.

Retiré mi mano envolviéndola en una toalla lisa. Mi paso se dirigió ahora a la cocina, donde Louis tenía el botiquín. Abrí el armario y revisé las baldas. Encontré vendas y agua oxigenada, la cual usé para desinfectarme la herida.

Después, enrollé mi mano en la venda.

Una tos procedente del rellano hizo sobresaltarme y cerrar el botiquín de un golpe. Mis piernas comenzaron a correr hacia la habitación individual. Entré y cerré la puerta con cuidado. Después, abrí la cama apresuradamente y me arropé casi hasta la cara.

La puerta se escuchó cerrarse mientras los pies de Louis parecían estar arrastrándose por todo el parqué. Mis ojos cerrados con presión y mi puño apretando fuertemente la sábana. Su tos de nuevo presente en el piso.

Sus pasos estaban detrás de mí. Su mano tomó el pomo y lo abrió sin ningún tipo de cuidado.

Su boca mostrando un suspiro cuando vio mi cuerpo tendido en la cama.

-¿Estás despierta? – Preguntó.

Mi boca respirando ansiosamente y mis ojos cerrados cada segundo con más fuerza.

Esperó unos segundos a mi respuesta que nunca llegó y se desplazó de nuevo hacia atrás, cerrando, ahora con más cuidado, la puerta.

*******

Apenas había dormido. Mis ojeras destacaban en mi cara. Mi mano aún continuaba tapada por la venda que había usado esa misma noche, aun que húmeda. Acababa de salir de la ducha y aún así me sentía sucia; No exteriormente, sino en mi interior. El alcohol, las drogas, el tabaco, me estaban convirtiendo en suciedad. En suciedad contaminante para todo lo que antes era mi prioridad.

Mi cabeza se ladeó y mis manos intentaban vestir mi cuerpo. Sacudí mi pelo con una toalla y me dirigí a la puerta del baño para tirar del pomo.

-Buenos días. – Musitó Louis.

Estaba apoyado en la pared, con una mirada perdida y con los ojos más rojos que de costumbre. Su pantalón gris tan habitual y con una camiseta negra de manga corta, ajustada.

Mi mirada se deslizó hacia el suelo.

-¿Qué tal? – Insistía el chico.

Mi cuerpo contenía una pequeña cantidad de miedo, pero sin embargo, mi cabeza era imposible de pensar que Louis llegase a hacer algo en contra de mí. Louis jamás podría hacerme daño.

-Creo que no mejor que tú. – Contesté al fin.
-Siento haberle hecho daño, no quería… - Musitó sin ganas.

Ladeé mi cabeza hacia ambos lados cuando escuché decir eso a Louis. Después, pasé la mano dañada por mi pelo, deslizándole hacia atrás para poder mantener mi vista libre.  

-¿Qué te ha pasado? – Preguntó preocupado.

Su mano fue a hacer contacto con la mía, pero mi brazo se retiró cuando él lo tocó. El miedo creció.

-Como si no lo supieses. – Contesté.
-¿Te lo hice yo?

Reí sarcásticamente y coloqué de nuevo mi mano junto a la otra.

-No quería hacerte daño…
-Claro, Louis. Tú nunca quieres hacer daño a nadie. Cuando me cogiste del brazo, no querías hacerme daño. Pegaste a Liam y no querías hacerle daño, me empujaste y me rajé la mano, y tampoco querías haberlo hecho. ¡Nunca quieres hacer daño! Pero, ¿Sabes? Siempre lo haces.
-¿Qué coño dices? – Replicó él.
-No entiendo por qué tienes tanto miedo de perderme y para no hacerlo usas la violencia. Estoy harta de tus ataques de ira, de tus ataques de obsesión, Louis. Yo te quería, quería a ese Louis que me abrazaba sin rabia. Quería a ese Louis que no era obsesivo. ¿No te das cuenta de que solo quieres que esté contigo? ¿No te das cuenta de que cambié mi vida completamente por ti? Y tú solo me premias evitando que tenga contacto con cualquier persona. Tú solo me quieres para ti y no. Yo no quiero eso. Tú me metiste en esta jodida forma de vida de peleas, drogas, alcohol. Y, ¿sabes? Me he dado cuenta de que no quiero esta puta vida más. No quiero ver como pegas a todo el mundo que se acerque a menos de dos metros de mí. ¡No quiero!
-Cállate. – Exigió.
-No me pienso callar, Louis. Tú fuiste el que me aseguraste darme lo mejor, y eres tú el que me metió en la miseria. Fuiste tú quien…

El chico interrumpió mi discurso dando un puñetazo a la pared de mi lado. Su puño quedó a escasos centímetros de mi cabeza.

Sus ojos de nuevo mostraban rabia y, sin embargo, mis ojos mostraban solo miedo.

Nuestras respiraciones agitadas y su puño continuaban a mi lado.

-Louis… - Susurré con miedo.

El chico reaccionó rápidamente y se alejó poniendo sus manos en su cara, intentando cubrir la culpa.

Mis pies comenzaron a andar hacia la habitación donde tenía todas mi pertenencias. Cogí la maleta y la abrí encima de la cama metiendo toda mi ropa. El chico aún permanecería en el pasillo, pues no escuché ningún tipo de paso.

Minutos después de hacer la maleta, la comencé a arrastrar hacia la salida. Mi mano herida cogió mi bolso y lo situó en mi hombro, soltando de mala gana las llaves en el mueble de la entrada.

Tiré del pomo de la puerta y saqué la maleta al rellano.

-¿Dónde vas?  - Preguntó asistiendo a mi salida.
-Me largo de aquí.
-¡¿Qué?! – Exclamó aturdido.
-Me largo de tu sucia y asquerosa vida, Louis. Lo siento. No puedo estar con una persona a la cual tengo más miedo que amor.
-Nunca te haría daño, joder.
-Deja que lo ponga en duda. A los hechos me remito. – Le dije situándome detrás de mi maleta, mirando a mi mano vendada.
-¿De verdad piensas que sería capaz de hacerte daño? ¡¿De verdad piensas irte?!
-Sí. – Contesté seriamente.

Mis pies comenzaron a bajar las escaleras arrastrando la maleta tras de mí.

-¡Pues como te largues olvídate de mí! – Gritó cuando ya desaparecía de su vista.
-Es más, ¡Prometo olvidarme de ti y no volver a verte nunca! - Le contesté.
-¿Ah, sí? Pues tranquila, porque yo también prometo no volver a verte nunca más.

Sus pasos hacia dentro de su casa antes de un gran portazo me hicieron sobresaltarme.

Las lágrimas salían sin consolación de mis ojos, mientras bajaba por última vez las escaleras de ese edificio.


La pregunta que me hacía ahora que estaba en la calle, y de nuevo, era: ¿Y ahora qué? No tenía siquiera donde, ni con quién ir.


8 comentarios:

  1. OMFG. Joder, tía no me puedes hacer esto. No me gusta llorar D: Necesito un siguiente ASDFGHJKLÑ Tengo que esperar a mañana D:

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  2. Ooooooooooohhh me ha súper encantado el capítulo, creo que es de los mejores y... ¡¡Me lo has dedicado!!
    ¡¡¡¡Muchísimas gracias!!!!
    PER-FECT
    Besos <3

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  3. Me encanta. No se si estoy en el sorteo, soy @TheSwaggerHarry. Llevo siguiendo tus novelas desde tus 100 seguidores. Me alegro muchísimo por ti amor.

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  4. Oh dios, por que me haces llorar de esta manera tan cruel? Jo, necesito el siguiente ya!!! Te quiero muchísimo Nerea, mucho!!

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  5. Nerea, llorando me tienes. Esto no puede ser.. Eres demasiado buena escribiendo
    El siguiente ya! Buffff
    Un beso
    Alba xx

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  6. Creo que voy a morir!! Dios mío no veía a Louis capaz de hacer esto... Ahora con quien se irá rayita!!?? Madre mía... Síguela, porfavor porque es genial. Escribes de maravilla!!
    BSS

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  7. Puuuff pufff *hiperventilando, hiperventilando* WOW! En serio, me ha encantado. Es una pena que Louis sea 'así'. Si fuese mas adorable... YO CREO QUE VA A CAMBIAR POR RAYITA! Y se vuelve buenoo :333

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