Este capítulo va dedicado a: @AntiaOficial_1D - http://amix-4-ever.blogspot.com
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La mirada rabiosa de Louis se levantó hacia mi cuando una gota de sangre
procedente de mi mano aterrizó en el suelo.
Después, miró sus puños llenos de sangre. Su mirada estaba perdida. Se
levantó ante mi mirada expectante, limpiándose la boca con su brazo.
Dio pasos lentos hacia mí, pero yo lo único que pude hacer fue retirarme
de él, presionando en mi herida.
-_____...- Musitó.
-Aléjate de mí, Louis.
-No, por favor. Déjame mirar tu herida.
-Me das miedo, Louis. Aléjate.
El chico parecía ansioso por ver mi herida, pero la frase que le acababa de decir, le había dejado totalmente helado.
-¡Dios mío! ¿Qué ha pasado aquí?
Una mujer exclamaba eso mientras acudía apresurada hacia Liam, quien
estaba intentando levantarse.
Su cara estaba bañada en sangre y el chico solo se pasaba su mano por la
nariz, mirando la espalda de Louis.
-Perdóname, _____. – Suplicaba.
Le miré con odio e ignoré su perdón. Con mi mano aún en la herida, pasé
por su lado y me agaché a ver a Liam.
-¿Qué ha pasado? – Preguntaba la mujer ayudando a Liam a limpiarse esa
sangre. – Quizás debamos llamar a la ambulancia.
-No, señora. Estoy bien. – Dijo entrecortadamente él.
Le miré a los ojos y él me intentó mostrar tranquilidad. Una
tranquilidad que estaba muy alejada de lo que yo sabía que había pasado.
-¿Y a ti que te ha pasado? – Preguntó de nuevo la mujer, sobresaltada
por la sangre que salía de mi herida.
-Nada, un simple rasguño. – Contesté.
La mujer tiró de mi mano y observó la herida.
-No te lo toques, puede que te lo infectes. – Informó rebuscando un
pañuelo en su bolso.
Tras rebuscar durante segundos, sacó un clínex y me lo tendió,
abriéndolo encima de mi mano y tapando la herida haciendo un pequeño lazo con
él.
Un golpe a un metal se escuchó a lo lejos. Louis estaba alejándose, iba
en dirección a su moto. Sus manos reposaban en su nuca y parecía estar
desesperado.
Miró una vez más hacia aquí y yo retiré corriendo mi mirada, escuchando
como encendía el motor y se alejaba por esas oscuras y frías calles subido a esa moto.
-Se puede marchar, señora. – Susurró Liam. – Y tú también puedes, _____.
-¿Estás loco? – Pronuncié mirándole. - No pienso dejarte aquí solo así.
-¿Quieres ir al hospital? – Insistía la mujer. – Tengo el coche aquí
al lado, puedo llevaros.
-No, no. – Negó Liam. – Muchas gracias, señora. Esto con agua oxigenada se cura.
-Yo le cuidaré. – Interrumpí a Liam. – Puede marcharse tranquila.
-Está bien. Me marcho porque sé que te dejo en buenas manos. – Comentó la
señora pasando su mano por mi pelo. – Espero que no sea nada. ¡Hay gente tan
desarmada mentalmente!
-Y qué lo diga… - Apoyó Liam.
-Buenas noches, chicos. – Dijo levantándose. -¡Ah! Por cierto. Tomad.
Rebuscó de nuevo en su bolso y sacó un paquete de toallitas.
-Como llegues así a tu casa tu madre se asustará. – Dijo la mujer tendiéndonos
el paquete.-Recupérate pronto, cielo. – Musitó alejándose un poco de nosotros,
agitando la mano.
-Gracias. – Respondió Liam.
La respiración de él continuaba agitada mientras seguía sentado en el
suelo, con sus manos apoyadas detrás de su espalda. Yo sentada a su lado,
mirando toda la sangre que estaba en su cara.
-Te limpiaré esto. – Le dije.
-Por favor… - Añadió él.
Mis manos empezaron a abrir cuidadosamente el paquete, con miedo a que
el lacito del clínex se deshiciese.
Posé la toallita húmeda con cuidado en una de las heridas que le habían
hecho los puñetazos de Louis.
El chico absorbió aire con los dientes cuando la humedad contactó con su
herida.
-¿Te duele? – Pregunté.
-Un poco. – Musitó.
-Liam yo… lo siento, de verdad. – Me disculpé pasando cuidadosamente la
toallita.
-No te preocupes. No debí de haberte pedido esos dos besos.
-No sé qué demonios le habrá pasado. Le he visto tan rabioso…
-Siempre ha sido peligroso. Le he visto varias veces pasar por aquí y
todo el mundo parecía huir de él. No soy al primero al que reparte puñetazos.
Lo que acababa de decir Liam me hizo recapacitar mientras continuaba
limpiando los restos de sangre por su cara. Louis se había pasado de la raya.
¿Cómo pudo llegar a ese extremo? ¿Acaso pensaría en algún momento que podría
llegar a dejarle por Liam? ¡Ni siquiera le conocía! Mi mente se pausó un
momento.
Liam pintaba a Louis como algo simplemente superficial. Louis tenía
mucha rabia dentro y aparentaba ser un chico fuerte, pero era todo lo
contrario. Sin embargo, si algo me enseñó él, fue que su rabia era imposible de
controlar.
-Y me alegro que al menos no me haya roto la nariz. – Añadió Liam.
Le miré soltando una pequeña y disimulada carcajada. Él se unió, pero al
segundo un quejido salió de su boca.
-No debo reírme. – Concluyó.
-Solo te hizo un par de rasguños. – Informé. – Podía haber sido más
grave.
-Gracias, _____. – Agradeció.
-¿Por qué?
-Pudiste haber ido detrás de él pero preferiste quedarte conmigo.
-Hice lo que debía hacer. Louis no merecía ser premiado después de esto
y si iba a consolarle lo tomaría como un premio.
Un silencio mientras él intentaba sonreír, pero era intento fallido.
-Ya está limpio. – Comuniqué.
Sus manos hicieron fuerza y su cuerpo se puso de pie. Yo le acompañé y
noté como el cuerpo del chico se tambaleaba. Mi mano se posó en su espalda para
evitar cualquier desvanecimiento.
-Gracias. – Agradeció. – Pensé que me caía.
-Tranquilo. Te acompañaré a casa.
-Oh, no. No hace falta.
-Es lo menos que puedo hacer. Así que, dime donde vives.
-Está bien, es en esa calle de ahí. – Señaló con la cabeza.
-Bien.
Mis pasos lentos intentando que él no se marease ni tuviese ningún
desvanecimiento.
-¿Quieres que vayamos al hospital? – Pregunté de nuevo.
-No, de verdad. No es la primera vez que me pegan. Ha habido peleas
peores…
Suspiré llegando al pie de su portal y ayudándole a subir las escaleras exteriores.
Sus piernas junto a las mías subiendo hasta llegar al portal, el cual
afortunadamente, tenía ascensor.
Mi mano fue a pulsar el botón, pero la suya la cogió y retiró despacio
el clínex. Miró la herida de la parte superior de mi mano.
-¿Cómo te lo has hecho? – Preguntó.
-Me he chocado. – Dije.
-Cúralo. Tiene mala pinta.
Asentí con la cabeza viendo como él apretaba por fin el botón del
ascensor. Segundos después, este llegó y se abrió. Su cuerpo pasó y detrás, lo
intentó el mío.
-Puedes marcharte ya. – Dijo Liam evitando que entrase con él. – Puedo subir yo solo.
-Prefiero acompañarte para asegurarme de que estarás bien.
-Enserio. Márchate y cúrate tu herida. Ya has hecho mucho por mí.
El ascensor se iba a ir en breves segundos. Asentí con la cabeza ante la
convicción de Liam y le sonreí.
-Ya iré algún día al estanco para ver cómo estás.
-Bien. – Aceptó él.
-Y lo siento de nuevo.
-No te preocupes, idiota. No tienes la culpa.
Una última sonrisa y la puerta de metal se cerró. Un suspiro salió de mi
boca y mi cuerpo emprendió camino hacia el exterior.
*******
Mi mano rebuscando en el bolso la llave que, afortunadamente, días antes
metí en el bolso. Giré la cerradura de la casa de Louis, entrando
cuidadosamente.
Mi bolso aterrizó en el perchero junto a mi chaqueta.
Mis zapatos salieron de mis pies intentando hacer el mínimo ruido
posible. ¿Habría llegado ya Louis? Prefería prevenir.
Pasos cuidadosos y lentos se dirigieron hacia la puerta de su
habitación. Mi cara se asomó ante la oscuridad y respiré tranquilidad cuando vi
que no había rastro de él por ninguna parte de la casa.
Encendí la luz del baño y entré, quitando el clínex y abriendo el grifo.
Miré a la luz la herida. Parecía más profunda de lo que yo pensaba.
Mi cuerpo se retorcía de dolor cuando el agua contactó directamente con
mi herida. Cerré los ojos fuertemente y esperé lo suficiente para que la herida
fuese limpiada.
Retiré mi mano envolviéndola en una toalla lisa. Mi paso se dirigió
ahora a la cocina, donde Louis tenía el botiquín. Abrí el armario y revisé las
baldas. Encontré vendas y agua oxigenada, la cual usé para desinfectarme la
herida.
Después, enrollé mi mano en la venda.
Una tos procedente del rellano hizo sobresaltarme y cerrar el botiquín
de un golpe. Mis piernas comenzaron a correr hacia la habitación individual.
Entré y cerré la puerta con cuidado. Después, abrí la cama apresuradamente y me
arropé casi hasta la cara.
La puerta se escuchó cerrarse mientras los pies de Louis
parecían estar arrastrándose por todo el parqué. Mis ojos cerrados con presión
y mi puño apretando fuertemente la sábana. Su tos de nuevo presente en el piso.
Sus pasos estaban detrás de mí. Su mano tomó el pomo y lo abrió sin
ningún tipo de cuidado.
Su boca mostrando un suspiro cuando vio mi cuerpo tendido en la cama.
-¿Estás despierta? – Preguntó.
Mi boca respirando ansiosamente y mis ojos cerrados cada segundo con más
fuerza.
Esperó unos segundos a mi respuesta que nunca llegó y se desplazó de nuevo
hacia atrás, cerrando, ahora con más cuidado, la puerta.
*******
Apenas había dormido. Mis ojeras destacaban
en mi cara. Mi mano aún continuaba tapada por la venda que había usado esa
misma noche, aun que húmeda. Acababa de salir de la ducha y aún así me sentía
sucia; No exteriormente, sino en mi interior. El alcohol, las drogas, el tabaco,
me estaban convirtiendo en suciedad. En suciedad contaminante para todo lo que
antes era mi prioridad.
Mi cabeza se ladeó y mis manos intentaban
vestir mi cuerpo. Sacudí mi pelo con una toalla y me dirigí a la puerta del baño
para tirar del pomo.
-Buenos días. – Musitó Louis.
Estaba apoyado en la pared, con una mirada
perdida y con los ojos más rojos que de costumbre. Su pantalón gris tan
habitual y con una camiseta negra de manga corta, ajustada.
Mi mirada se deslizó hacia el suelo.
-¿Qué tal? – Insistía el chico.
Mi cuerpo contenía una pequeña cantidad de
miedo, pero sin embargo, mi cabeza era imposible de pensar que Louis llegase a
hacer algo en contra de mí. Louis jamás podría hacerme daño.
-Creo que no mejor que tú. – Contesté al
fin.
-Siento haberle hecho daño, no quería… -
Musitó sin ganas.
Ladeé mi cabeza hacia ambos lados cuando
escuché decir eso a Louis. Después, pasé la mano dañada por mi pelo, deslizándole
hacia atrás para poder mantener mi vista libre.
-¿Qué te ha pasado? – Preguntó preocupado.
Su mano fue a hacer contacto con la mía,
pero mi brazo se retiró cuando él lo tocó. El miedo creció.
-Como si no lo supieses. – Contesté.
-¿Te lo hice yo?
Reí sarcásticamente y coloqué de nuevo mi
mano junto a la otra.
-No quería hacerte daño…
-Claro, Louis. Tú nunca quieres hacer daño a
nadie. Cuando me cogiste del brazo, no querías hacerme daño. Pegaste a Liam y
no querías hacerle daño, me empujaste y me rajé la mano, y tampoco querías
haberlo hecho. ¡Nunca quieres hacer daño! Pero, ¿Sabes? Siempre lo haces.
-¿Qué coño dices? – Replicó él.
-No entiendo por qué tienes tanto miedo de
perderme y para no hacerlo usas la violencia. Estoy harta de tus ataques de
ira, de tus ataques de obsesión, Louis. Yo te quería, quería a ese Louis que me
abrazaba sin rabia. Quería a ese Louis que no era obsesivo. ¿No te das cuenta
de que solo quieres que esté contigo? ¿No te das cuenta de que cambié mi vida
completamente por ti? Y tú solo me premias evitando que tenga contacto con cualquier persona. Tú solo me quieres para ti y no. Yo no quiero eso. Tú me
metiste en esta jodida forma de vida de peleas, drogas, alcohol. Y, ¿sabes? Me
he dado cuenta de que no quiero esta puta vida más. No quiero ver como pegas a
todo el mundo que se acerque a menos de dos metros de mí. ¡No quiero!
-Cállate. – Exigió.
-No me pienso callar, Louis. Tú fuiste el
que me aseguraste darme lo mejor, y eres tú el que me metió en la miseria. Fuiste
tú quien…
El chico interrumpió mi discurso dando un
puñetazo a la pared de mi lado. Su puño quedó a escasos centímetros de mi
cabeza.
Sus ojos de nuevo mostraban rabia y, sin
embargo, mis ojos mostraban solo miedo.
Nuestras respiraciones agitadas y su puño continuaban
a mi lado.
-Louis… - Susurré con miedo.
El chico reaccionó rápidamente y se alejó
poniendo sus manos en su cara, intentando cubrir la culpa.
Mis pies comenzaron a andar hacia la
habitación donde tenía todas mi pertenencias. Cogí la maleta y la abrí encima
de la cama metiendo toda mi ropa. El chico aún permanecería en el pasillo, pues
no escuché ningún tipo de paso.
Minutos después de hacer la maleta, la
comencé a arrastrar hacia la salida. Mi mano herida cogió mi bolso y lo situó
en mi hombro, soltando de mala gana las llaves en el mueble de la entrada.
Tiré del pomo de la puerta y saqué la maleta
al rellano.
-¿Dónde vas? - Preguntó asistiendo a mi salida.
-Me largo de aquí.
-¡¿Qué?! – Exclamó aturdido.
-Me largo de tu sucia y asquerosa vida,
Louis. Lo siento. No puedo estar con una persona a la cual tengo más miedo que amor.
-Nunca te haría daño, joder.
-Deja que lo ponga en duda. A los hechos me
remito. – Le dije situándome detrás de mi maleta, mirando a mi mano vendada.
-¿De verdad piensas que sería capaz de hacerte daño? ¡¿De verdad piensas irte?!
-Sí. – Contesté seriamente.
Mis pies comenzaron a bajar las escaleras
arrastrando la maleta tras de mí.
-¡Pues como te largues olvídate de mí! –
Gritó cuando ya desaparecía de su vista.
-Es más, ¡Prometo olvidarme de ti y no
volver a verte nunca! - Le contesté.
-¿Ah, sí? Pues tranquila, porque yo también
prometo no volver a verte nunca más.
Sus pasos hacia dentro de su casa antes de
un gran portazo me hicieron sobresaltarme.
Las lágrimas salían sin consolación de mis
ojos, mientras bajaba por última vez las escaleras de ese edificio.
La pregunta que me hacía ahora que estaba en
la calle, y de nuevo, era: ¿Y ahora qué? No tenía siquiera donde, ni con
quién ir.
OMFG. Joder, tía no me puedes hacer esto. No me gusta llorar D: Necesito un siguiente ASDFGHJKLÑ Tengo que esperar a mañana D:
ResponderEliminarOoooooooooohhh me ha súper encantado el capítulo, creo que es de los mejores y... ¡¡Me lo has dedicado!!
ResponderEliminar¡¡¡¡Muchísimas gracias!!!!
PER-FECT
Besos <3
Me encanta. No se si estoy en el sorteo, soy @TheSwaggerHarry. Llevo siguiendo tus novelas desde tus 100 seguidores. Me alegro muchísimo por ti amor.
ResponderEliminarOh dios, por que me haces llorar de esta manera tan cruel? Jo, necesito el siguiente ya!!! Te quiero muchísimo Nerea, mucho!!
ResponderEliminarNerea, llorando me tienes. Esto no puede ser.. Eres demasiado buena escribiendo
ResponderEliminarEl siguiente ya! Buffff
Un beso
Alba xx
Creo que voy a morir!! Dios mío no veía a Louis capaz de hacer esto... Ahora con quien se irá rayita!!?? Madre mía... Síguela, porfavor porque es genial. Escribes de maravilla!!
ResponderEliminarBSS
Es buenísima, porfa síguela...
ResponderEliminarPuuuff pufff *hiperventilando, hiperventilando* WOW! En serio, me ha encantado. Es una pena que Louis sea 'así'. Si fuese mas adorable... YO CREO QUE VA A CAMBIAR POR RAYITA! Y se vuelve buenoo :333
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