Capítulo 26.

Este capítulo va dedicado a: @1DerfulSwag

Di un par de pasos dentro de ella y la gente pareció callarse. Mis ojos se abrían cada segundo más y sentí miedo cuando las miradas de la gente se apoderaban de la mía.

Empezaban los cuchicheos.

Decidí agarrar fuerte mi bandolera y pasar lo más rápido posible entre los pasillos creados por las mesas hasta llegar a la última. No quería llamar la atención, quería pasar desapercibida.

Atravesaba todas esas mesas cuando vi a Alison sentada en una de ellas, jugueteando con su móvil mientras escuchaba música.

Su mirada se levantó y dio con la mía. Sus ojos casi se salen de las órbitas cuando me vio allí, al igual que mostraban aún odio.

Me senté en la silla y coloqué la bandolera encima de la mesa. Todos mis compañeros continuaban mirando.

-¿Qué tal con Tommo, ____? – Preguntó atrevidamente un chico desde la esquina de mi clase.

Bajé mi mirada hacia el suelo e ignoré la pregunta.

-¿Te puso ya los cuernos por ser demasiado buena? – Apoyó su amigo.

Ambos rieron y chocaron la mano. Mi mirada subió para mandarles desprecio.

-No, chicos. – Añadió ahora una de mis compañeras, Jessy. – Louis tenía aquí a una completa malota, ¿no la visteis como vestía? Además, ¡Casi pega a Alison!

Ahora los chicos rieron más fuerte, cómplices del comentario de Jessy.

Mis ojos parecían estar inundándose. Me di cuenta de que quizás no era el momento de venir al instituto.

-¿Sois gilipollas o qué os pasa? – Exclamó Alison. - ¿No os dais cuenta de que las bromas de ese tipo no tienen gracia?

La chica bajó de la mesa dando un salto.

-¿Enserio la vas a defender? – Preguntó Jessy.

Alison pasó delante de la chica y la miró con desprecio. Después se acercó a mi mesa. Su mano se abrió tendiéndola hacia mí.

La miré la palma tan blanquecina que tenía y después coincidí mi mirada con sus ojos. Señaló su mano con las cejas cuando vio que yo no la agarraba.

Me levanté del asiento agarrando la mano de Alison y cogiendo mi bandolera. Ella agarró fuertemente mi mano y abandonó la clase conmigo.

Sus pasos eran rápidos y su destino era el baño. Abrió la puerta de este y dejó entrar nuestros cuerpos antes de cerrarla de nuevo.

Yo, continuaba en un shock. ¿A qué se debía tal comportamiento de esa chica? ¿No me dijo que no me necesitaba?

-Esos idiotas no saben callarse. – Musitó enfadada.

Mi boca estaba medio abierta. Miraba a Alison como parecía estar demasiado enfadada.

Andaba de un lado para otro del baño mientras yo estaba apoyada en la pared, casi a punto de escurrirme para llegar al suelo.

-Ali… ¿Por qué has hecho esto? – Pregunté.

La chica se paró un momento y me miró a los ojos.

-No preguntes por qué lo hice. – Musitó. – Ni siquiera yo lo sé.

Volteé mis ojos hacia el suelo y me senté en él mientras pasaba mis manos por las rodillas, encogiéndolas hacia mi torso.

-Quizás porque te vi tan indefensa y tan pequeña que necesitaba ayudarte. – Añadió.

Levanté mi mirada y vi como se lavaba sus manos en el lavabo.

-Gracias… - Musité.

El silencio reinaba entre nosotras. Sólo el agua corriendo gracias a Alison se oía.

-Mi madre me dijo que rompiste con Louis. – Añadió, aún sin mirarme.

-Sí... – Confirmé.

-¿Puedo preguntarte el por qué?

-Un cumulo de cosas. – Contesté.

-Debiste hacerme caso cuando te dije que ese chico solo te traería problemas.

-Lo sé.

De nuevo ese silencio tan incómodo mientras ella se miraba en el espejo.

-¿Sigues fumando? - Preguntó.

-No. Prometí a Josh no volverlo a hacer.

-¿Quién es Josh?

-Un amigo.

-¿Desde cuándo se promete a los "solo amigos" cosas de ese tipo?

Alison cerró el grifo y bajó su mirada para dar con mis ojos.

-Bueno… - Musité. – Ese chico me está ayudando mucho y creo que es lo menos que puedo hacer.

Alison sonrió cuando escuchó salir esa frase por mi boca.

-¿Qué pasa? – Repliqué.

-Esa frase me ha hecho ver lo inocente e ingenua que sigues siendo. – Contestó.

Alison me sacó una sonrisa. Yo en esos momentos parecía tan indefensa y me sentía tan pequeña que ni siquiera sabía la imagen que podía dar a la gente. Sin embargo, Alison jamás dejó de conocerme, porque dentro del físico aparente que quería dar de chica mala o detrás del físico tan diferente a ese tan siniestro que quería aparentar ahora, se escondía la _____ que había dentro de mí, cosa que jamás cambiaría.

-Vamos a clase. – Sugirió ella.

Apoyé mis manos en el frío suelo y me puse de pie. La miré a los ojos que parecían sustituir tranquilidad por la rabia que antes mostraban.

-Gracias, Alison.

La chica me sonrió sin quitarme la mirada y rodeó mi cuello con sus brazos, acercándome a ella y ofreciéndome un gran abrazo.

El abrazo de una amiga que jamás debí de haber perdido. El abrazo de una persona que siempre me dio su apoyo y siempre me ofreció lo mejor de ella.

Louis me convenció de algo que no era, ni siquiera la conocía. Alison era una persona que siempre había sabido ver la cruel y dura realidad, y me avisó, sin embargo, jamás la hice caso.

Las lágrimas resbalaban por mi cara cuando sentí de nuevo a mi mejor amiga tan cómplice conmigo.

Alivio, eso era lo que sentía. Un enorme alivio al saber que ella me estaba abrazando y, que al menos, no me odiaba.

-¿Por qué lloras? – Preguntó ella.

-Te echaba de menos, Alison.

La chica sonrió y me abrazó más fuerte.

-Vamos. – Apresuró de nuevo.

-Ve tú. – Contesté. – Ahora voy yo.

Asintió con la cabeza y, mientras yo me dirigía al lavabo, ella abandonó el baño.

Abrí el grifo y mojé mi cara llena de lágrimas. Lo cerré mientras me incorporaba y me miraba en el espejo. 

Parecía que estaba cambiando de verdad. Incluso Alison lo insinuó.

El gesto que tuvo Alison conmigo me llenó de alivio. La impotencia de unos días atrás había desaparecido, pues había recibido el cariño de esa amiga que, aun que quizás ya no pudiésemos tener la relación tan estrecha que manteníamos antes, me servía ese simple abrazo que me había dado.

Me miré por última vez en el espejo y coloqué mi pelo detrás de las orejas. Sonreí y me dirigí hacia la puerta para abrirla.

Tiré del pomo y abandoné el baño, colocándome la bandolera en mi hombro.

Emprendí camino hacia mi clase cuando alguien me chistó. Ignoré el insistente aviso y continué mi camino.

-¡____! – Gritó con voz susurrante.

Tomé aire y me giré para atender a la voz tan insistente.

Mi estómago se hizo un nudo cuando me percaté de que era Adam.

El chico estaba apoyado en la pared. Dio un leve empujoncito sobre él y se incorporó, dirigiéndose hacia mí.

Di un par de pasos atrás. Sabía que no me hacía bien verle. No me hacía bien ver a nadie que tuviese algo que ver con Louis.

-Eh, ¿Qué te pasa? – Preguntó cuando por fin me alcanzó. – Pareces tener miedo.

Adam pareció notarme las ganas de correr que tenía. En qué maldita hora no me fui con Alison.

-Q-ué haces aquí, Adam. – Balbuceé.

-Me echaron de clase, como casi siempre. – Contestó sereno. - ¿Y tú? Qué cambiada estás. – Musitó.

-Sí, bueno. Desde que lo dejé con Louis…

-Louis, sí. – Pronunció el chico.

-Louis se fue. – Afirmé.

-Sí. Lo sé. Al fin conseguí contactar con él. Ahora eras tú la que no contestabas al teléfono.

-Estaba ocupada.

-¿Durante tres días?

-Sí. – Contesté.

-Vaya. Qué chica tan solicitada.

-Adam, me tengo que ir a clase. – Dije.

Me di la vuelta y comencé a andar de nuevo.

-Espera. – Replicó.

De nuevo me paré y me giré hacia él.

-Qué.

-Louis me dijo que te dijese que…

Louis, Louis, Louis... Estaba claro que todo lo que dijeses Adam iba a ser sobre Louis, y eso no me hacía bien.

-¡____! – Mi profesor Frank exclamó detrás de mí pronunciando mi nombre. – Vamos, a clase.

Fruncí el ceño al ver la cara de preocupación que tenía Adam, sin embargo, la confesión fue interrumpida por Frank.

-¡Vamos! – Apresuró Frank.

-Me da igual, Adam. – Le contesté andando hacia mi clase y acudiendo a mi profesor. – Me da igual lo que Louis quería que me dijeses. Él es pasado. – Contesté.

El chico se quedó mirando como mis pies conducían a mi cuerpo hasta dentro del aula. Su boca quedó casi sin articular palabra, ya que quería contarme algo.

Sin embargo, no quise darle mayor importancia y aproveché la llamada de Frank para esquivarle.

Quizás fuese algo importante y la curiosidad estaba dentro de mí, pero, como bien decía Josh, la mejor manera de olvidarle es intentando esquivar todo lo que tuviese que ver con él, y Adam era su amigo.

Él era pasado, sí. Lo era. Pero como alguien bien dijo alguna vez, el pasado siempre vuelve, y cada día, era un día menos para que el pasado volviese, y en este caso, para que Louis volviese.

PD. Nerrys! Otra vez me voy unos días. Como bien he avisado en twitter, dejaré dos capítulos programados para el viernes y para el domingo. NO podré avisar por ningún sitio, pero estarán listos a las 5 de la tarde, ¿vale? :) Un besazo, os echaré de menos :( 

PD2. Aún podéis seguir poniéndome debajo vuestros twitters y blogs (O simplemente vuestros nombres) para que siga dedicando capítulos, amores.