[Terminada] El destino es caprichoso y más cuando se trata de algo como lo que pasará entre ______ y Louis Tomlinson. Una relación del pasado rápida, alocada, peligrosa que le llevó a ser quien no era. Todo acabó, pero no para siempre. Ambos estaban equivocados cuando prometieron no volver a verse.

domingo, 25 de agosto de 2013

Capítulo 31.

Este capítulo va dedicado a: @JulyLL 

*

-Gracias por venir. – Dijo Ben.
-Gracias por invitarnos. – Contestó Josh.

Ambos se sonrieron mientras yo miraba a Dina. Su mirada iba hacia Ben. Esa chica parecía estar realmente enamorada de él.

Sin embargo, algo detrás de Dina se movió e hizo que mi mirada se desplazase hacia ella.

Entre la oscuridad del pasillo, de nuevo el único reflejo que vi fue el de sus ojos azules.

Tanto tiempo sin verles y ahora, de nuevo, estaban en frente de mí.

El chico me miraba y arrugaba su frente. Medio rostro estaba completamente atenuado, mientras que el otro podía distinguirse.

-Venid cuando queráis. – Dijo de nuevo Ben.
-Estupendo. – Añadió Josh.

Ambos se sonrieron de nuevo mientras se estrechaban la mano. Después, Josh acudió a Dina y le ofreció dos besos.

Mi mirada iba de nuevo a la de Louis. ¿Por qué no se acercaba a despedirse? ¿Por qué se quedaba escondido?

-Encantado. – Musitó Ben apoyándose en mis hombros.

Subí la mirada y abandoné un segundo el mundo en el que me encontraba con Louis. Encajé los ojos de Ben con los míos y un frío invadió mi cuerpo.

Eso me enseñó algo: No podía comparar los ojos de Louis con los de nadie, ni siquiera con los de Josh.

-Igualmente. – Musité aturdida.

El chico se retiró y dejó paso a la despedida de su novia. La chica me ofreció dos besos.

-Aquí tienes. – Dijo Dina. – Este es el teléfono de Louis. Llámale cuando quieras.
-Claro. – Contesté.

La chica sonreía mientras yo dirigía mi mirada al sitio de antes. ¿Y Louis? Había desaparecido.

No pareció hacerle mucha gracia eso de llevarme a la universidad, ni siquiera a mí me gustó.

La pareja cerró la puerta y de nuevo, Josh y yo, repetimos el mismo recorrido previo para abandonar ese portal.

Sin embargo, ya no me iba igual que había venido. Mi situación era completamente diferente. Parecía que el pasado se quería apoderar de este día que emprendía camino hacia el futuro en mi vida.

-¿Qué te pasa? – Preguntó Josh.

El sonido del ascensor desplazándose a la primera planta era lo único que se escuchaba.

-Nada. – Contesté sacudiendo mi cabeza.
-Estás callada.
-Lo siento, aún estoy…
-¿Tu padre? – Interrumpió.

Mi mirada se fijó congelada en la de él. Me entró un escalofrío cuando el chico pronunció eso. Era más que evidente que él pensaría que en mis pensamientos el que estaba habitando principalmente, era mi padre. 

Pero lo que no sabía es que desde que Louis había vuelto a aparecer, todos mis pensamientos y esquemas, habían cambiado. Como si los hubieran descolocado e incluso destruido en parte. Todo en mi cabeza tenía que ver con Louis ahora.

Era una pregunta constante que me llevaba haciendo unas horas: ¿Por qué?

¿Por qué aceptaría ir a cenar a casa de su hermano? ¿Por qué estaría Louis allí? ¡No había gente en el mundo y Dina tenía que ser su hermana!

-¿_____? – Replicó Josh.
-Estoy algo cansada… - Excusé.
-Parece que no te ha gustado venir a cenar.
-No, no es eso, Josh.
-¿Entonces?
-Cansancio, es solo eso.

El chico puso sus ojos en blanco justo cuando la puerta del ascensor se abrió. Después, tendió su mano y cogió la mía y ambos emprendimos camino hacia el coche.

-¿Sabes? – Pronunció.

Mi mirada fue dirigida hacia sus ojos. Él también me miró.

-Me parece que Dina es un buen perfil para mi hermano. – Continuó.
-Sí. – Apoyé.
-Además, esa idea que ha tenido para que puedas asistir a la presentación es estupenda.

Mi gesto ahora se detuvo. Esa frase de Josh no tuvo tanto apoyo por mi parte como él esperaba.

-Sí… - Musité débilmente.
-Louis parece simpático. Quizás os llevéis bien. – Insistió.

No lo entendía. No entendía como no se había dado cuenta de quién era ese Louis. No entendía como nadie podría ver quién era ese chico en mi vida. 

Parecía que incluso Josh quería que estuviese con él, y yo sabía que no me convenía. No me convenía verle. Eso significaría multitud de quebraderos de cabeza.

Nos metimos dentro del vehículo. Josh metió las llaves en la ranura y el coche se encendió.

-Mierda. – Exclamó el chico.
-¿Qué pasa? – Pregunté.
-La radio se ha desconfigurado.
-¿Y qué me quieres decir con eso? – Pregunté risueña.
-¡Tengo que configurarla! – Exclamó, también entre risas.
-¡Vamos, Josh! ¿No tienes otro momento? – Me quejé de broma.
-No. – Se unió.

Ambos reímos mientras él hurgaba los botones del coche. Mi sonrisa permanecía presente en mi rostro, viendo como él trasteaba con la radio para de nuevo configurarla.

Posé mi codo en el reposabrazos de mi puerta y miré al exterior riéndome. Por alguna razón que desconozco, mi mirada se desplazó hacia la fachada del edificio y miró a las ventanas. A una en concreto.

Medio torso masculino estaba asomándose por ella. Sus manos estaban cruzadas en el aire, sujetas por el apoyo que tenían los codos. Una luz prendida en su boca, supuse que era un cigarro. Aún en la distancia, pude apreciar ese peculiar brillo de sus ojos, y pude distinguirlos perfectamente.

Era Louis.

Su mano ahora se desunió de la otra y se acercó a su boca atrapando el cigarro. Después, una humareda salió de su rostro.

Mi sonrisa fue desapareciendo lentamente de mi rostro, pues parecía haber estado viendo todo nuestro trayecto hasta llegar al coche.

-¡Ya está! – Exclamó Josh.

Tras su voz, una canción algo antigua. El chico sonriente, estiró sus nudillos satisfecho del buen trabajo que había hecho.

Me sobresalté y volví la mirada a él. De nuevo fingí una sonrisa, aún no teniendo ganas de hacerlo.

-¿Nos vamos? – Preguntó.

Asentí con la cabeza esperando ansiosa a que por fin emprendiésemos camino. Cuando volví la mirada a la ventana, ya no había nadie.

******

Dos días más tarde

Mi pulso estaba nervioso. Había tecleado por completo todos los números de ese número de teléfono, solo faltaba enviar la llamada.

-Me voy. – Informó Josh apareciendo en el salón.
-Suerte, cielo.
-Gracias.

Le miré y le sonreí. El chico se acercó a mí y me besó dulcemente la frente.

-¿Le vas a llamar? – Preguntó de nuevo.
-Creo que…

El chico miró mi móvil y se percató de que iba a llamarle. Me lo arrebató y pulsó el botón en verde.

-¡Adiós, te quiero! – Dijo dándome el aparato electrónico y desapareciendo del salón.
-¡Josh! – Le regañé.

Sin embargo, ya era demasiado tarde.

-¿Sí? – Reclamaban al otro lado del teléfono.
-Ho…hola. – Balbuceé.
-Hola. – Contestó.
-Soy… Soy ____.
-Hola, _____.
-Esto… te llamaba para…
-Quieres que te acompañe, ¿no?
-Bueno, solo si no es molestia. Entiendo que…
-Tranquila. En media hora estoy ahí.
-Está bien.
-Hasta luego.
-Espera, Louis.
-¿Qué?
-Gracias…

El chico pareció soltar una sonrisa al otro lado del teléfono, pero intentó disimularla. Acto seguido, cortó la llamada.

Donde no cabía duda, era que mi sonrisa era obvia. La voz de ese chico me tranquilizaba, y aun que sabía que iba a ser una situación incómoda, y que por la mayor parte no quería verle, algo de mí necesitaba tenerle de nuevo cerca.

Posé el teléfono en la mesa del salón y me levanté del sofá, emprendiendo camino hacia mi habitación.

Me puse unos vaqueros junto a una camiseta color salmón y cogí un bolso donde meter un cuaderno y un bolígrafo.

Parecía mentira. Hacía dos días el principal pensamiento en mi cabeza, lo ocupaba mi padre, y ahora me era indiferente.

Me miré en el espejo de la habitación por última vez y bajé alarmada por el sonido del timbre.

Mis pies se entrelazaban nerviosos mientras bajaba deprisa los peldaños de la casa.

No podía negar lo evidente, y lo evidente era que estaba demasiado nerviosa.

Tomé el pomo y tiré de él. Mi cuerpo pareció no hacerse a la idea de que iba a ver a Louis tras esa puerta blanca, porque en cuanto le vi, pareció congelarse todos los litros de sangre de mi cuerpo.

Tragué saliva para volver en sí, pero la mirada de el chico era tan penetrante e intimidante que me era imposible.

-Hola. – Decidió decir.
-Hola, Louis. – Contesté.
-¿Nos vamos o tienes que preparar algo?
-Tengo que subir a por mi bolso. Puedes pasar y sentarte. – Le dije señalando a la silla que había en el recibidor.

Me retiré dejándole paso y Louis entró, observando todo su entorno. Sus grandes ojos azules abiertos completamente.

Le dejé sentado mientras subí rápidamente a por el bolso. No le hice esperar demasiado, ya que no sería cómodo para él estar ahí.

Bajé las escaleras y atravesé el salón, entrando de nuevo en el recibidor y poniéndome a su lado.

-Ya estoy. – Informé.

El chico estaba mirando las fotografías que estaban encima de los muebles.

-Parecéis felices. – Comentó.
-¿Quiénes? – Pregunté desorientada.
-Josh y tú.

Miraba la boca de Louis mientras pronunciaba ambos nombres. ¿Por qué decía eso?

-Sí, bueno. Lo somos. – Contesté.

El chico sonrió no satisfecho por mi afirmación. Giró su labio e introdujo sus manos en los bolsillos traseros.

-¿Nos vamos? – Propuse.

Louis asintió con la cabeza y ambos emprendimos camino hacia el exterior.

Mis ojos vieron un coche negro azulado, bastante amplio y grande, incluso podría decir que lujoso.

-¿Es tuyo? – Pregunté.
-Ajá. – Contestó afirmando.
-¡Guau! – Exclamé. – Es precioso.
-Gracias. – Contestó mientras metía una de sus manos en el bolsillo delantero.

Sonreí intentando olvidar que ese Louis formó una parte primordial y demasiado importante en mi pasado. 

Tenía que intentar verle como un desconocido, como alguien que no tuvo que ver nada conmigo.

-¿Quieres? – Preguntó.

Me percaté de que tenía un cigarro en sus manos. ¿Aún no habría dejado su vicio? El chico no sabía lo mal que llevaba yo eso de ver nicotina y no poder probarla.

-No, gracias.
-Te veo nerviosa.

Mi paso se cortó. Algo pareció detenerme a los pies de vehículo. ¿Esta conversación no la habíamos vivido antes? ¡Sí! Por supuesto que sí. Justo cuando nos conocimos.

-¿Qué pretendes? – Pregunté.
-¿Qué pretendo? – Respondió.
-Louis, esa conversación…
-¿Dejaste de fumar?
-Sí. Hace algún tiempo.
-En ese caso, lo siento. Pensé que seguirías fumando. No lo hice con ninguna mala intención.

Era inevitable.  Era casi imposible no asociar a Louis con mi pasado. Parecía más maduro, responsable y más centrado, sin embargo, algo había dentro de él que me hacía sentir la chica que Louis me hizo sentir ese tiempo. Como una adolescente que se reencuentra con su amor del pasado, y en verdad, era así.

Quizás estaba tan obsesionada con mi pasado que por eso asociaba todo a ello. Louis había aparentemente cambiado, y lo que yo necesitaba, era cambiar mi forma de verle.

-Puedes entrar, eh. – Dijo.

Sonreí mientras de nuevo el chico entraba al vehículo. Había tenido que salir para avisarme de que nos íbamos.

Abrí la puerta y me senté en el cómodo y lujoso asiento de piel.

-¡Qué pasada! – Exclamé. –Este coche te tuvo que costar medio riñón. ¡O quizás uno entero!

El contacto de la llave prendió los motores y el chico me miró, aún con la colilla en la boca.

-No me costó tanto. Quizás cerca de veinticinco mil euros.

Mi cara se descompuso. ¿No tanto? ¿A qué le llamaba ‘no tanto’?

El chico sonrió al ver mi expresión.

-Veo que te va bien… - Contesté.

Louis retiró un momento la mirada de la carretera para abrir el cenicero.

Su mano se acercó a mí y me ofreció el cigarro.

-No, no quiero. – Me negué.
-Sólo apágalo, por favor. – Rogó.

Giré el labio y arrugué el cigarro con el cenicero del coche.

-¿Por qué crees que me va bien? – Preguntó soltando el humo.
-Este coche es caro, y tú lo dices como si nada.

El chico soltó una aparente carcajada y me miró por un segundo.

-Tenía lo suficiente ahorrado. – Contestó risueño.

Encogí mis hombros y continué mirando a la carretera.

-¿Y a qué te dedicas ahora? – Pregunté.
-Soy entrenador personal.
-¡Como Ben! – Exclamé.
-Sí. Él trabaja conmigo. Yo hice de celestino entre él y mi hermana… - Informó riendo.

Me uní a su risa y ambos nos quedamos en silencio.

-Pensé que tú con tu hermana no te llevabas del todo bien… - Musité.

El chico borró inmediatamente la sonrisa de su rostro y apretó más fuerte el volante. Parecía no haberle hecho gracia ese comentario.

-Lo siento… - Me disculpé.
-No. No te preocupes.
-He sido demasiado entrometida.
-Mi padre falleció a los dos meses de yo desaparecer.
-Lo… lo siento. – Dije aturdida.
-Y él tenía grandes empresas, entre ellas, una dedicada completamente al deporte. Por ley, esa empresa era mía, así que, decidí continuar con la idea que tenía. Me fue bastante bien y puse unos cuantos gimnasios cerca de donde yo vivo. Obtuve buen resultado y contraté a Ben, un chico que acudía estrictamente al gimnasio donde yo trabajaba. Nos hicimos grandes amigos. Y bueno, gracias a mí se conocieron mi hermana y él.
-Vaya. Parece que no te ha ido mal entonces.
-Para nada. – Contestó. – Decidí cambiar radicalmente, incluso el tener que manejar una propia empresa yo solo me ha hecho madurar y ser más consciente de todo mí alrededor.
-Eso es genial. – Dije.
-Lo es.

Ambos sonreímos y él de nuevo me miró.

-¿Y qué hay de ti?
-De momento solo estudio.
-Lo sé. Me refiero a que si cambiaste como querías, ya sabes.

Mi saliva se atragantó en mi garganta.

-Sí. – Contesté aclarándola. – Encontré la estabilidad. Arreglé las cosas con mi madre y viví una temporada con ella hasta que me mudé con Josh…
-Josh… - Comentó él. –Qué casualidad. El hermano de Ben…
-¿Le reconociste?
-¡Pues claro! Cómo olvidarme del chico que quería separarme de la persona que más quería.

Cogí aire ante esa dura confesión. Cuanto más quería alejar el pasado de mí, más venía a hacerme compañía.

-Y fíjate, lo consiguió. – Añadió. – Sin embargo, ambos rompimos esa promesa que nos hicimos.
-¿Cuál?

-Nos prometimos no volvernos a ver nunca más. – Pronunció. – Y ahora, después de tanto tiempo y tantas cosas, te tengo a escasos centímetros de mí.


7 comentarios:

  1. asdfghjklñ muero, necesito el siguiente *___________* <3<3<3<3<3<3<3<3<3

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  2. Dios dios Dios mío mío mío
    Enserio, me matas!

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  3. Nerea, ¿cómo se te ocurre dejarnos así? Muy mal. Broma. Jajaja eres lo más. Impresionante. Me ha encantado. Tengo unas ganas del siguiente, tremendas. Besotes, cielo. @ClaudiiWee :)

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  4. OOOOH , DIOS QUIERO YA EL SIGUIENTE. ME ENCANTAN TODAS TUS NOVELAS *--* ESPERO QUE ESCRIBAS PRONTO. Besos, @Mtweens :D

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  5. Madre del amor hermoso, no podría estar en el mismo sitio con mi ex, sería muy raro. Y el final me ha dejado loqusiima eso de 'Cómo olvidarme del chico que quería separarme de la persona que más quería.' A mi me rompería escucharlo. Muy fuerte mi autora, sigue así . Thanks

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  6. wow es genial, siguela por lo que mas quieras

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