Capítulo 27.

Este capítulo va dedicado a: @carmencienfue

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Mis ojos miraban desesperados las listas. Mi dedo índice arrastrándose por el papel en busca de mi beca.

La palabra que entró directamente por mis ojos fue “Concedida”

Cogí una gran cantidad de aire y lo solté en forma de grito. El entusiasmo salía por mi voz. Era increíble.

Bajé corriendo las escaleras de aquel porche. Al fin había conseguido lo que llevaba intentando conseguir tanto tiempo.

-¡Josh! – Exclamaba. - ¡Josh!

El chico se dio la vuelta interrumpiendo la conversación que mantenía con Robert y Alison. Mis pasos eran casi entrelazados, pero aún así no perdí ni un segundo y comencé a andar hacia él.

Abrió sus brazos cuando me vio llegar y me recibió con ese gran abrazo que tanto deseaba.

-¡Me la han concedido! ¡Me la han concedido! – Exclamaba.

-¡¿Enserio?! – Replicó Ali.

-Sí. Sí. Esto es increíble.

-¡Felicidades, cariño! – Exclamó Josh.

Mis brazos rodearon el cuello del chico mientras daba saltitos y le miraba entusiasmada a los ojos.

-¡Podré estudiar en la universidad que quiero! ¡No me lo creo! – Continuaba exclamando.

-Felicidades, ____. – Musitó Robert.

-Gracias, de verdad.

De nuevo devolví la mirada a Josh y miré como sus ojos mostraban ilusión. Estaba realmente feliz, y ahora más que nunca.

El chico que tenía posadas las manos en mi cintura, me arrimó a él y me dio un dulce beso en forma de felicitación. Josh era increíble.

-¿Y a mí no me abrazas? – Se quejó Alison.

Todos sonreímos y me alejé de Josh, yendo decididamente a los brazos de mi mejor amiga.

Ambas sonreímos mientras nos envolvimos en ese gran achuchón.

-¿Qué tal si vamos a celebrarlo? – Propuso Robert.

-¡Fantástico! – Apoyé yo.

-Conduzco yo. - Dijo Alison.

Todos la miramos sonriente. Acababa de sacarse el carnet de conducir hacía apenas un mes y siempre que le tocaba conducir a alguien, ella se ofrecía.

Estaba feliz. ¿Cómo no iba a estarlo?

Mi vida había cambiado totalmente; Yo había cambiado totalmente, cosa que me satisfacía.

El apoyo que me habían ofrecido Josh y mi madre fueron los protagonistas de que mi vida por fin diese el cambio que yo quería. Más tarde, se sumó el apoyo incondicional que me ofreció Alison, el cual me costó algo más conseguir.

Había pasado aproximadamente un año desde aquel día que regresé al instituto, ambas habíamos tenido contacto, pero cuando de verdad nos unimos más, fue cuando Adam se esfumó de su casa.

Sentí que Alison me necesitaba y yo estuve ahí, como bien tenía que hacer.

Ambas encontramos de nuevo el apoyo incondicional que desde años atrás nos habíamos ofrecido, y que, por ese pequeño bache, habíamos perdido. Sin embargo, ambas supimos cuando fue el momento justo para recuperar la estrecha relación que teníamos.

Alison estaba feliz. Había encontrado a Robert, un estudiante de arquitectura bastante maduro y centrado, quien le aportaba la estabilidad y felicidad que Alison necesitaba desde que Adam se fue. Ni su madre ni ella estaban informadas de lo que hacía, ya que él solo llamaba los miércoles y les decía que estaba bien.

Ninguna de las dos le creían, pero no podían hacer nada por localizarle, él siempre se negaba.

Mi madre jamás me dejó de apoyar, y gracias a ella me pude sacar bachillerato. Jamás me perdonaré a mí misma el día en el que la dejé abandonada cuando más me necesitaba, sin embargo, mi madre jamás me guardó rencor y dudo que alguna vez lo haga.

Josh. Josh. Ese chico que me aportaba felicidad. Ese chico con el que mantenía una relación desde hacía ya bastante tiempo. Una relación estable y sin altibajos, donde ambos nos queríamos y nos apoyábamos cuando era necesario.

¿Quién me iba a decir a mí que el psicólogo insoportable que quería “salvarme” del chico del cual estaba enamorada iba a ser del cual me enamoraría más tarde? Ese chico que me abrió los ojos y juró que jamás me pasaría nada malo mientras él estuviese conmigo. Quien supo estar ahí para confiar en que yo retomaría mi antigua vida. Quien supo hacer que le quisiese y que, tras tantas veces insistiendo, aceptaría esa petición. Le quería, era el chico perfecto con el que llevaba tanto tiempo viviendo.

En cuanto a Louis… de él no supe nada más. Ese chico pareció desaparecer de mi vida. Pero eso era simplemente lo que yo creía, lo que parecía.

Sin embargo, en ese tiempo, prefería creerme que Louis solo sería el primer amor, el alocado, peligroso y arriesgado que todo el mundo tienen.

Alguien pareció escucharme cuando pedí no volver a saber nada de él ni de nadie que tuviese que ver con Louis. Adam era el único contacto directo que podía tener con él, y conseguí no volverle a ver.

Eso me ayudó a olvidarle. O eso creía. ¿Seguiría vivo? Esa era la idea que se me pasaba por la cabeza. Quién sabe. Le gustaba la velocidad, las motos, el riesgo.

Cabía esa posibilidad, sin embargo, yo siempre intentaba sacarla de mi cabeza. Le había olvidado, sí, pero no quería que le pasase nada malo, porque… Porque él era Louis. Él fue mi primer amor.

Sin embargo, ahora mi vida tenía otra meta, y en ella no estaba ni por asomo Louis. Me habían concedido la beca en la universidad que yo quería para estudiar mi carrera. La nota de bachillerato no fue exitosa, ya que podría haberla sacado más alta, sin embargo, no le di importancia, ya que fue mi error y de los errores, se aprende.

-Llegamos. – Exclamó Alison abandonando el vehículo.

Miré a Josh y él me sonrió mientras abandonamos le vehículo. Todos emprendimos camino hacia el restaurante donde nos había llevado Alison.

Agarraba la mano de Robert con pasión. Ambos se querían locamente, cosa que a mí me hacía muy feliz.

-¿Estás celosa? – Preguntó Josh sonriente.

-¿Por qué iba a estarlo? – Contesté mientras la mano del chico rebuscaba la mía.

-Ellos siempre van abrazados. – Dijo.

-Ellos son muy empalagosos.

Ambos reímos ante mi comentario.

-Estoy tan feliz de que te hayan concedido la beca. – Dijo Josh.

-¡Y yo! – Apoyé.

Los dos sonreímos y Josh me tiró hacia su cuerpo, dándome un abrazo.

Entramos en el restaurante y nos sentamos en una mesa de cuatro, próxima a una fuente.

El restaurante era precioso y original. Ali y Robert se sentaron al lado, mientras que yo hice lo mismo con Josh.

Robert pidió una botella de vino para todos mientras nos servían la comida que habíamos pedido.

El chico sirvió la bebida en las copas y todos las levantamos brindando.

-Por la beca de _____. – Exclamó Robert.

-¡Por la beca de la novia más increíble del mundo! – Apoyó Josh.

-Por la petarda de mi mejor amiga. – Añadió Alison.

Sonreía ruborizada ante los comentarios de todos ellos. Todos nos aproximamos la copa hacia los labios y dimos grandes tragos. Así hasta tres veces.

Todos nos reíamos ansiosos de que por fin nos trajesen la comida. Sin embargo, parecía que aún quedaba.

Miraba a Josh como sonreía feliz. Todos estamos felices, celebrando que por fin tenía mi beca.

-¿Regaste las plantas? – Pregunté a Josh.

-¡Se me olvidó! – Dijo frunciendo el ceño, arrepentido.

-¡Josh! – Le regañé.

-¡Venga, chicos! – Se quejó Robert. – No vayáis a enfadaros hoy…

Ambos reímos y nos besamos. Ellos no entendían el curioso método que usábamos nosotros dos como enfado.

El teléfono de Josh sonaba. Alguien le llamaría. Seguramente de su clínica de psicología en la que trabajaba.

-Un segundo, no tardo. - Dijo él. 
-Claro. - Contesté. 

El chico se retiró de nosotros con el teléfono en su oído. 

-Hacéis tan buena pareja... - Comentó Alison.
-Puedo decir lo mismo. - Contesté.

Todos estábamos sonrientes. Felices. Era un momento realmente feliz.

Sin embargo, la cara de Alison se descuadró mientras sus ojos iban detrás de mí, algo más arriba. Como si estuviesen mirando a alguien.

-¿_____? – Reclamaba una voz masculina.

En la mesa en un segundo reinó el silencio. Mis labios estaban siendo mordidos por mis dientes. Esa voz me resultaba tan familiar… ¿Quién sería? 

PD. Chicas, el próximo capítulo será el domingo! Love youu! xx