Louis me
miraba y de nuevo bajó los dedos para perfilar de nuevo mi espalda. Mi
respiración era agitada y nos encontrábamos a dos escasos centímetros el uno
del otro.
Llené mis
pulmones de aire mientras él miraba mis ojos, y me hacía cosquillas en la cara con su aliento.
Retumbaba en las paredes el
ruego que hacía décimas de segundo le pedía. Louis parecía no haberse enterado.
-Louis… -
Susurré. – Bésame.
El chico se
acercó con sus labios ansiosos de los míos, pero no los rozó. Simplemente hecho
una ráfaga de aliento en el interior de mi boca y yo la cerré instantáneamente
para saborearlo. Junté mis labios y los apreté. Miraba a los suyos. Segundos
después, subí los ojos acariciándole la mejilla con las pestañas. De nuevo me
encontré esos inmensos ojos azules.
-¿Estás
segura? – Preguntó, también susurrando.
Tragué
saliva dejando oír mi fuerte respiración y mirándole perdida a los profundos
ojos azules.
-Bésame,
joder.
Tiré de su cuello e impulsé su rostro hacia el
mío. Louis giró la cara y chocó bruscamente con mis labios.
Abrió su boca
dejando paso a la mía y el chico agarraba con fuerza mi espalda para que no me escapase, como la vez que me besó en el coche.
Nuestras
respiraciones iban al mismo ritmo y sentía como si la complicidad que tenía con
Louis no la tuviese con nadie más.
Su mano
seguía jugueteando en mi espalda mientras la otra cogió la mía de su cuello y
la atrapó llevándola bruscamente a la pared, donde entrelazó sus dedos con los
míos.
Tras unos
minutos invadidos en ese beso tan apasionado, el chico se retiró, finalizando
el beso con un toque dulce y apasionado.
Se relamió
los labios y yo abrí con cuidado mis ojos, esperando la complicidad que, como
nunca fallaba, estaba en sus ojos.
Los dos nos
intentábamos comunicar con la mirada, mientras que en mi mente solo retumbaba
un “Qué. Has. Hecho.”
Miraba ansiosa y deseosa de más a Louis, pero mi lado
coherente apareció, quizás un poco más tarde de lo que debió de aparecer, y estando acostado y tapado en mi mente por las ganas y la ansiedad que tenía por
besar de nuevo esos labios gruesos y rosados que tantas cosas me causaban.
El chico fue
relajando la presión con la que tenía apretada mi mano y retiró la mano de la
espalda para acariciarme con la mano la mejilla.
Pasaba muy
despacio sus dedos por mis mejillas. Cogió aire y pareció dejar
mostrar también su lado coherente.
-Sé que
quieres a Josh. – Dijo. – Y estoy seguro de que esto ha sido todo culpa mía.
Fruncí el
ceño y vi como una sonrisa radiante se escondía detrás de esa capa de miedo y
pánico que tenía Louis siempre que decía algo que se involucrase en perderme o
alejarse de mí.
-No debió de
pasar nada. – Añadió.
-No ha sido
tu culpa, Louis. Hemos sido los dos… Yo tenía ganas. – Dije.
-Pero tú no
debiste hacerlo.
-Te dije que
estaba segura.
-Tienes
novio, ______. Yo sé que quieres a Josh. Le has sido infiel…
Entonces me
acordé del capítulo, del párrafo, de la línea y de la frase exacta de uno de
los libros que más me gustaron cuando mi mayor afición era leer:
-No solo se
es infiel besando. – Musité.
Louis arrugó
el entrecejo y soltó repentinamente mi mano, alejándose un par de pasos de mí.
Alguien interrumpió
nuestra conversación tan llena de tensión y deseo. Un chico abrió la puerta que
estaba bajo el escalón y, detrás de un rostro sonriente, aparecieron todos,
riendo a unísono.
Louis chocó
sus manos en las caderas y me miró girando el gesto. Yo le miré con cierta
complicidad y devolví la mirada para seguir analizando al simpático grupo que
invadía el pasillo.
-¡Louis! –
Exclamó uno de ellos. -¿Qué hacéis aquí?
-Había gente
ahí afuera. – Comentó, con un tono apagado y una sonrisa débil.
El chico
arqueó una ceja mirando a Louis. Después, me miró a mí. Una tímida sonrisa se
me dibujó en el rostro, ruborizándome.
-¿No piensas
presentarnos a la chica que ha invadido nuestra intimidad? – Preguntó el chico.
-Oh, claro.
– Exclamó Louis. – Ella es _______.
Sonreí
cuando vi que había siete o diez chicos, y que continuaban saliendo más de la
puerta. Todos me miraban y mi rubor comenzaría a aumentarse. Después sonrieron
y me saludaron. Algunos con un entusiasta “Hola” Otros con un gesto brusco con
la cabeza, otros con la sonrisa y algunos con la mano. Yo me limité a
entrelazar mis manos y ponerlas delante de mis caderas, mientras miré tímida a
Louis, que no me dedicaba ninguna mirada.
-Nosotros
nos vamos al campo, Louis. En una hora empieza el partido y tenemos que calentar. – Comentó un chico, lanzando
una tela negra a Louis. La cogió al vuelo. -¿Vienes?
-Id
vosotros. – Mandó Louis. – Ahora iré yo.
El compañero de Louis hizo un gesto con el dedo sobre su frente, de obedecimiento, y todos
comenzaron a seguirle mientras le
mandaban sonrisas a Louis, y daban palmaditas en sus brazos o espalda.
Todos
continuaron el largo pasillo hasta agarrar el pomo de una nueva salida de
emergencia. Empujó hacia fuera de ella y se abrió. Todos salieron y de nuevo el
pasillo se quedó vacío, con miradas cómplices entre Louis y yo.
El chico
cogió aire y negó con su cabeza, mientras que su rostro dibujaba una sonrisa.
-No te
entiendo, ni te entenderé nunca. – Comentó.
Encogí mis
hombros con un gesto inocente y sonreí.
-Ven, anda.
Te adjudicaré un sitio estupendo.
Louis musitó
eso y, segundos después, agarró mi mano andando por el pasillo hasta abrir la
misma puerta que habían abierto minutos antes sus compañeros, y dejando que el
frío nos rodease y se apoderase de nosotros.
Él iba en
pantalones cortos y manga corta, y no se inmutaba. Yo estaba casi tiritando.
Un pequeño
estadio se avistó desde mis ojos y observé todo lo que pude, con cautela. Mi
boca se entreabría y contaba que unas mil personas cogerían en este pequeño
sitio.
-Es aquí. –
Me señaló Louis con el índice, el que antes jugueteaba por mi espalda.
Miré hacia
donde me indicaba y vi que era el banquillo. Fruncí el ceño y le miré.
-¿El
banquillo? – Reclamé.
-¿Algún
problema, señorita?
-No puedo
estar aquí, Louis. Soy una espectadora.
-Perdona,
nena. Bob es el que debe de encargarse de eso y no creo que tenga ningún
problema con tenerte aquí.
Sonreí
convencida de su frase y encogí mis hombros.
-¿Me deseas
suerte? – Preguntó el chico, juguetón.
-Te la deseé
hace diez minutos.
Louis soltó
una insonora carcajada y tapó su boca con su otra mano, incrédulo.
-Seguro que
ganamos, entonces.
Asentí
mientras un fuerte grito de uno de sus compañeros, le llamaban.
-¡Ya voy! –
Gritó.
Su mirada
volvió hacia mí.
-¿Te apetece
ir al restaurante de Adam a cenar de nuevo? – Preguntó. – Seguro que él estará
encantado de volvernos a ver.
-Bueno. – Me
encogí de hombros y miré al suelo. – No lo sé…
-No acepto
un no como respuesta.
Sonreí
tímidamente y le miré a los ojos. ¿Por qué? ¡¿Por qué diablos su mirada tenía
tanto impacto en mí?!
Me desordenaba todos los sentidos, me daba la vuelta a
todos los órganos y mi lengua se retorcía hasta causarme sensación de asfixia.
¿Qué estabas haciendo conmigo, Louis Tomli… Louis?
-Te quiero.
– Susurró de improvisto Louis. – Pero es un secreto.
Su dedo índice
se posó entre mis dos labios, los que creaban un hueco. Asentí con la cabeza,
asombrada de lo que estaba diciendo.
Besó
rápidamente mi mejilla y se fue hacia donde los demás.
-Suerte… -
Dije, casi en susurro.
Louis
pareció escucharme y se giró mientras corría para sonreírme, a la vez que se
ataba esa tela negra que mostraba que era el capitán del equipo al brazo. Yo le
devolví la sonrisa mientras dejaba mi cuerpo resbalar en el aire hasta
aterrizar en la butaca.
***
El estadio
estaba bastante lleno para ser un equipo tan pequeño. Me preguntaba contra
quién jugarían y qué contactos habría conseguido Bob.
Hablando de
Bob, acababa de aparecer en el campo, mirando hacia todas direcciones y
comprobando que sus chicos estaban haciendo su trabajo. Su cabeza giró hacia la
izquierda, y se encontró el banquillo, donde me encontraba yo.
Su gesto fue
de sorpresa, y luego arrugó el entrecejo. Se acercó apresurado a mí.
-¿Qué haces
aquí, querida? – Preguntó sofocado.
-Louis me
dijo que no te importaría.
-¡Vaya con
Louis!
-Bob, si
estorbo puedo irme… - Dije levantándome.
-¡No, no! –
Negó apoyando sus manos en mis hombros y invitándome a tomar de nuevo mi
asiento.
El hombre se
sentó a mi lado, apoyando sus palmas de las manos en sus rodillas, con las
piernas separadas.
-¿Qué tal el
día? – Preguntó. ¿Qué tal con Louis?
Sonreí al
ver lo directo que era Bob siempre.
-Bien, Bob.
Todo bien.
-¡Estupendo,
diría yo!
-¿Por qué? –
Pregunté exclamando.
-El rubor de
tus mejillas dice que todo ha ido sobre ruedas. Ese chico es genial.
Sacudí la
cabeza mientras acariciaba mi pelo, nerviosa y sonriente.
-¿Y tú qué
tal?
-Genial,
ultimando los detalles que faltaban.
-Hay
demasiada gente, ¿Contra quién juegan?
-Es un
equipo que puede optar a la primera división. Tiene bastantes seguidores.
Asentí con
la cabeza, interesada por el tema de conversación de Bob, quien dio un giro
brusco y me tendió una bufanda del equipo por mi cuello.
-Esto es
para ti. – Comentó.
Sonreí.
***
El partido ya estaba en marcha y miraba hacia el campo, hacia Louis, quien buscaba ansioso
el balón, como un buen delantero. De vez en cuando se podía apreciar como
gritaba, pero era un grito insignificante, se encontraba bastante lejos como para escucharlo.
Estaba
pendiente del partido, mirando de vez en cuando también a Bob junto al
entrenador, que se habían levantado y se habían puesto en la línea que se les
permitía, y quienes se desesperaban cuando fallaban una ocasión de gol.
Yo, estaba al
lado de uno de los jugadores que jugueteaba con sus dedos, nervioso del juego.
El momento
de satisfacción llegó cuando Louis cogió el balón cerca del área. Todos nos
pusimos de pie, incluida yo. Mis manos agarraban la bufanda mirando la jugada
del chico. Rezaba por que marcase. Cerré los ojos y los volví a abrir, justo en
el momento donde el balón se metió dentro de la red. Gran parte del público se volvió loco. Bob y el entrenador se dieron un abrazo amistoso y yo sonreí, apretando con todas mis fuerzas la bufanda y felicitándole en mi mente. Louis se acercó
corriendo y pasó de largo en frente del banquillo. Me señaló con el dedo y se
besó la mano.
-Creo que te
lo ha dedicado a ti. – Musitó Bob.
Sonreí
satisfecha, cuando me vi interrumpida, de nuevo, por el sonido del teléfono
móvil.
-¿Sí? –
Contesté.
-______.
La voz tenue
y creía que femenina, se escuchaba al otro lado del teléfono.
-¿Quién
eres? – Pregunté, gritando y tapándome el otro oído para escuchar con más
claridad. Yo y mi manía de no mirar quién llamaba.
-Soy Alison,
______. – Dijo.
-¿Qué pasa?
– Pregunté preocupada.
-Josh me ha
llamado pensando que estabas todavía conmigo. Menos mal que sé disimular bien,
querida.
-¿Y qué te
ha dicho?
-Te está
organizando una cena de aniversario y quiere que te entretenga hasta al menos
las diez.
Mis ojos se
agrandaron y sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo. Me sentí como una mierda.
Josh organizándome una cena de aniversario y yo aquí, con Louis, ocultando
gracias a mi mejor amiga mi paradero…
Cerré los
ojos e intenté asumir mi culpa.
-Ali…
Gracias. – Murmuré.
Colgué el
teléfono mientras que anunciaban el final del partido 0-1 habían ganado los
Blews.
-Bob, tengo
que irme. – Le grité antes de que fuera a celebrar la victoria.
-¿Dónde? –
Preguntó.
-A casa.
Josh me está buscando.
Bob frunció
el ceño y me miró confundido.
-¿Va todo
bien?
-No te
preocupes. Dile a Louis que… ya le llamaré.
No dejé que
Bob contestara y salí corriendo en la misma dirección por donde me había guiado
Louis.
Atravesé el pasillo gris, ruborizada por el momento que había compartido
con Louis, en la que me quedé observando unos minutos.
¿Por qué
había hecho eso? ¿Por qué me arrepentía ahora? ¿Por qué coño lo había hecho?
Louis tenía razón, y le estaba siendo infiel a Josh.
Él solo
era una simple atracción, una simple química. Mi química. Mientras que Josh era
la estabilidad y la pieza principal de este puzzle.
Las voces de
los jugadores invadieron las paredes y corrí hacia el cambiador para salir de
ahí. Me enrollé la bufanda en la muñeca y corrí lo más rápido que pude hacia la
salida donde estaba Tommy.
Le saludé
con un gesto rápido de cabeza y él me dejó salir.
Estaba
perdida en esa entrada del estadio y no sabía dónde ir. Necesitaba encontrar
algún método para llegar antes de las diez con Josh. ¡Era una idiota! Dentro de
unos días haríamos un año y yo estaba aún obcecada en el pasado… ¡Totalmente
idiota!
Miraba para
todas direcciones e intentaba buscar una salida, pero no la encontré.
Me senté en
un banco solitario, a unos pasos del estadio, donde no pasaba nadie, cerca del
parking, en el que medité qué hacer durante quizás una media hora.
-Hola. – Musitó
alguien detrás de mí.
Me giré
alarmada.
-Te estaba
buscando. – Añadió, Louis. – Ya he hablado con Adam.
Louis señaló
al restaurante de enfrente de nosotros donde trabajaba Adam.
-¿Qué haces
aquí? – Pregunté. – Le dije a Bob que te dijese que ya te llamaría.
El chico
frunció el ceño y me miró perdido.
-¿Ha pasado
algo?
-Me siento
como una mierda, Louis…
El chico
miró hacia el suelo y comprendió de qué se trataba.
-En unos
días Josh y yo celebramos nuestro aniversario y yo estoy sin poderme contener a
ti, besándote y acompañándote a estúpidos partidos en los que tú me dedicas goles
y después me invitas a cenar. Algo no cuadra, ¿No crees? Esto debería de hacerlo mi novio, no mi 'amigo'.
El chico
encogió sus hombros y se dejó llevar por la impotencia.
Me puse de
pie y mientras me deshice la bufanda de la muñeca y se la tendí en el cuello,
posándome en frente de él.
-Mejor me
voy. – Musité.
-¿Dónde?
Déjame llevarte, estas horas son peligrosas.
-No. No,
Louis. No es lo mejor. Me cogeré un taxi.
-¿Otra vez
te vas? – Preguntó, quizás algo desesperado.
-Tengo que
irme.
-No, no, no.
Me estás mareando, _______. ¿Por qué coño me haces esto? ¡¿Otra vez?!
Le miré
arrepentida y encogí mis hombros en modo de disculpa.
-Lo siento…
- Musité.
Comencé a
andar hacia ningún sitio y me alejé unos metros de él, escuchando como seguía
gritando cosas que oía, pero no escuchaba.
De nuevo la
impotencia, la rabia, la culpabilidad y sobre todo, la confusión, se apoderaban
de mí. Ya era hora de que me replantease qué sentía o qué no sentía por Louis.
Caminé
durante unos diez minutos cuando mi móvil de nuevo sonó e interrumpió mis
pensamientos.
-¿Sí? –
Contesté.
-Hola,
cielo. ¿Qué tal te va todo con Ali?
Era Josh.
Oh, no. Quería llorar.
-H-hola,
Josh. – Contesté. – Todo bien, aún estaré un rato con ella.
Un grito ahogado de
hombre me sobresaltó detrás de mí. Escuché como se quejaba, pero no le quise
dar mayor importancia.
-Sí, sí.
Mejor. Que te entretenga. – Dijo.
-Lo hará… -
Musité en un suspiro.
-¿Qué habéis
hecho? – Preguntó.
-Tarde de
chicas, ya sabes. ¿Y tú?
-Nada,
pensar en lo que haría el equipo de los Claws, me informé que es el equipo de
Louis Tomlinson, ¿no?
Fruncí el
ceño al escuchar lo que Josh me acababa de decir.
-¿Los Claws?
– Repliqué.
-Sí. ¿No es
así como se llama?
De nuevo un
grito vacío se escuchó detrás de mí. De nuevo me hizo sobrecogerme. ¿Y si
alguien estaba en peligro?
-No. Son los
Blews. – Le corregí, confundida.
-Eso ponía
en Internet.
-¿Y para qué
has buscado sobre él en internet?
Me paré un
segundo en seco y escuché como los quejidos ahora eran más graves. Por un momento, asocié internet con Matthew.
Matthew. Ese era el nombre de la tarjeta que tenía Josh en el coche y por la cual se preocupó tanto cuando la cogí, pero también era el hombre de cabeza rapada y tan corpulento, sumamente raro que fingió ser seguidor de los Claws.
Un montón de preguntas se abarrotaron en mi mente ¿Claws?
¿Gritos? ¿Quejidos? ¿Internet? ¿Golpes? ¿Matthew?
-¡Eres un
maldito hijo de puta, Josh! – Grité a través del móvil.
Colgué
rápidamente y, con las lágrimas amenazantes, corrí en dirección al parking. No
podía creer lo inocente e ingenua que había sido. Ahora cuadraba todo un poco más.
Joder,
Louis.
Siguela!! No entendi la ultima parte xD
ResponderEliminarMe encanto cuando rayita y Louis se besaron. Me emociones so much! ♥
sii siii entendi algoo, seguro que le hacen algo a louis... por favorr siguelaa me muerooooooooo :)
ResponderEliminarAMOOOO TU NOVELA, NO SE SI TE LO DIJE, PERO NERI LA AMOOOOOOO :)
ResponderEliminarWe love it!!!! :) No comentamos más q esq nos hemos quedado sin pqlabras cn este cap. Nos hemos quedado flipando vamos, sorprendente el fina :P. Bss guapa
ResponderEliminarHOLAA!! :DD Yo soy la anonima del ask que te dice que eres su pequeña idola y que te adora ! :D Y tambien soy la que te pidio estar con Niall en alguna de tus noves al principio de esta :DD Yeah baby.. That's me ;) EL CAP HA SIDO PERFECTOOO !!!!! Dios tanta perfeccion me mata *-* SIGUELA PRONTO PLZ!! Louis ! LOUIS ! QUE LE HAN HECHO A LOUIS ?! :OO Siguela prontoo plzz !!! <33 Te adoroo idolaaa !!! Xx
ResponderEliminarLloro como una niña indecisa que va en busca de algo mejor, una chica perdida. Jobar jobar Odio a Josh tia, es el peor personaje que he visto, alguien que hace lo que sea, metiendose en la vida intima de lso demas- Busca la felciidad de rayita ________ pero obviamente la acaba de perder. Estoy muy en shock con lo de los gritos y la llamada, lo estaba entendiendo todo y tia.. estoy llorando. Es que es ponerme en la situacion de _____ y sentirme como una mierda.. Es dificil. Gracias
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