Capítulo dedicado a: @MartaRL_27
*
Odiaba
madrugar, y más si era un domingo. Pero no me quedó otra opción ya que debía
estar con mi madre.
Josh me acompañó
y me dejó en la puerta del hospital, donde me había recogido el día anterior.
Simplemente me dijo que tenía un par de asuntos pendientes de arreglar y que
tenía que irse.
No quise
darle mayor importancia y, tras atravesar el camino que ya había hecho unas
cuantas veces, llegué a la habitación.
Di dos leves
toquecitos en la puerta y entré. Bob estaba ayudando a mi madre a ponerse la
camiseta. Junto a ella, estaba aparcada una bolsa con ropa, se la habría traído
él.
-Buenos
días. – Musité.
Los dos se
giraron ante mi entrada y sonrieron.
-Buenos
días, cielo. – Dijo mi madre.
-¿Qué tal?
¿Cómo estás?
-Bien. –
Dijo. – Solo fue el susto.
La sonreí
amablemente y vi como Bob la agarraba del brazo para ponerla de pie. Ella se
agarro de la cintura del hombre y yo me acerqué hacia la bolsa para colgarla de
mi hombro.
-¿Te han
dado ya el alta? – Pregunté.
-Sí.
-Entonces,
¿Nos podemos ir ya?
-Claro. –
Contestó mi madre. – Ya estamos tardando. Esto es un infierno.
Bob y yo nos
miramos sonriendo. Qué buen hombre, y qué convincente podía llegar a ser.
-¿Y tú qué
tal, señorita? – Preguntó.
-Bien, Bob.
Gracias. – Contesté sonriendo. - ¿Tú has dormido bien?
-Creo que
ese sofá es más cómodo que mi propia cama.
Los tres
reímos a unísono mientras salíamos de la habitación. Dejamos la puerta abierta
y comenzamos a atravesar el pasillo.
-¿Y Josh? –
Preguntó mi madre cuando estábamos esperando el ascensor.
-Se tuvo que
ir a trabajar. – Contesté.
-¿Un
domingo?
Encogí mis
hombros y mi madre frunció el ceño. Su gesto de “Algo no me cuadra” fue lo
único que percibí.
Entramos
despacio en el ascensor junto a una pareja joven.
¿Por qué
puso esa cara mi madre? ¿Acaso había algo raro en el comportamiento de Josh a
lo que yo no estaba prestando atención? No, nada raro. Por ahora.
No era el
primer domingo que trabajaba, o que tenía una reunión.
Salimos del
hospital y emprendimos camino hacia el parking, conducidas por Bob. Nos iríamos
en su coche.
Ambos
estaban cogidos por sus manos mientras que yo iba a la derecha de mi madre,
caminando a su ritmo.
Mi móvil
comenzó a sonar dentro de mi bolso. Lo miré desconcertada y lo saqué del
bolsillo con cuidado.
-¿Sí? –
Contesté.
-Hola,
______. Soy Dina.
-¡Dina! Qué
alegría… ¿Pasa algo?
Louis… ¿Qué
diablos habría pasado con Louis? ¿Para qué sino me querría la persona que me confesó
que fui la que, en parte, salvé el destino de su hermano?
-No, nada.
Simplemente te llamaba para terminar la conversación del otro día. No pude
llamarte antes, estaba… Ya sabes, Louis.
Abrí los
ojos sorprendida y asentí con la cabeza. Dina, era obvio, que no me veía.
-Sí. Lo sé.
Estuvo conmigo ayer. – Informé.
-Bueno,
salió un rato con Ben, así que aproveché para llamarte.
-Dime.
-Quizás no
debería proponerte esto ya que no creo que estés muy a la labor pero…
-¿Sí?
-¿Estarías
dispuesta a trabajar conmigo en mi próximo libro? Por supuesto, te daré
créditos y te pagaré una parte de las recompensas que obtenga.
Mi gesto se
sorprendió y dejé escapar un leve sonido de mi boca. Mi madre y Bob me miraron
sorprendidos. Fruncí el ceño de repente y aclaré mi garganta.
-¿Lo estás
diciendo enserio, Dina?
-Por
supuesto.
-Pero…
¿Sobre qué? Yo no sé escribir.
-Bueno, eso
me gustaría hablarlo contigo en persona, sin correr el riesgo que me cuelgues y
te olvides de mí… - Rió.
Abrí los
ojos y, tras intentar vocalizar, asentí con la cabeza.
-Vale. –
Contesté. – Hoy me es imposible.
-Preferiría
dejarlo para cuando se vaya Louis, si no te importa.
-Claro.
La chica
pareció respirar de alivio. Yo sonreía sin saber por qué. ¿Para qué querría mi
participación en el libro? ¿Qué tenía que ver esto con lo del otro día? Si
quisiera el argumento de mi historia con Louis, ya lo tendría.
-Genial,
entonces. – Añadió. – Muchas gracias, ______. Es un placer poder contar
contigo.
-El placer
es mío, Dina.
-Te llamo
para quedar.
-Sí.
-Hasta
luego.
El teléfono
cortó la llamada y acabábamos de llegar al pie del coche.
Abrimos las
puertas y Bob y mi madre tomaron los asientos de delante, yo me senté en uno de
los traseros.
-¿Quién era?
– Preguntó mi madre abrochándose con cuidado y sin hacer gestos bruscos con el
cinturón.
-Dina. –
Contesté. – La hermana de Louis.
-Louis… -
Susurró Bob.
Mi madre le
miró entre sonrisas y yo le miré malamente por el retrovisor. El hombre
coincidió su mirada con la mía y sonrió.
-No sabía
que tenía hermanas. – Comentó mi madre.
-Hablando de
Louis. – Exclamó Bob. – No podré llevarte al partido, ______. – Dijo. – Se me
olvidó cerrar unos asuntos en mí otra empresa cerca de aquí y tengo que ir.
Le volví a
mirar por el retrovisor. Mi rostro era de sorpresa.
-Bob, si no
es cierto, no tiene gracia.
-Es verdad.
– Contestó el hombre muy serio. – Esta vez te prometo que no es ninguna
encerrona.
-Pero Bob…
-Me dijo
anoche que se pasaría sobre las tres a por ti, a donde Julie.
Puse la mano
en mi frente y negué con la cabeza, escuchando sigilosas risas de mi madre.
-¿Y por qué
a las tres? – Pregunté.
-Ellos
tienen que estar antes. Ya sabes, calentamiento etc.
-¿Y tú irás?
-Cuando
empiece el partido. Yo no hago tanta falta, ______. Solo soy el presidente del
equipo.
Mordí mi
labio arrepintiéndome de haber aceptado ir a ese partido. Madre mía…
***
Caminaba de
un lado para otro del hall de la casa de mi madre. De vez en cuando, asomaba la
cabeza por el pasillo de al lado de la escalera, donde debajo de una ventana,
estaba Bruce durmiendo en su cama.
Mi chaqueta
de cuero marrón se entallaba perfectamente a mi cuerpo y mis zapatos del mismo
color, dejaban una sutil sonido en el parqué.
Bob se había
ido, y mi madre estaba tumbada en el sofá, reposando.
Decidí
caminar hasta la puerta del salón y mirar qué estaba haciendo mi madre.
-¿Estás
bien? – Pregunté asomándome.
-Sí. –
Contestó mirándome. – No te preocupes, cielo. Con algo de reposo estaré genial.
Además, si pasa algo está la vecina. Me ayudará con lo que sea.
Eso me
tranquilizó. Mi madre y la vecina eran buenas amigas, así que si pasaba algo,
sabía que estaba ella.
-Está bien.
– Dije.
La mujer me
miró de arriba abajo y luego giró el labio.
-¿Sabe Josh
que irás?
-No. –
Negué. – No sabe nada.
Mi madre
ladeó la cabeza. Yo también sentía que era una locura, y rezaba porque Josh no
se enterase de mi pequeña escapada.
-¿Qué le has
dicho? – Preguntó de nuevo.
-Que me voy
con Alison. Ya he hablado con ella. Además, él me dijo que trabajaría todo el
día.
-Buena
suerte, cielo…
El timbre de
la casa sonó. Pegué un saltito sobre mí y corrí hacia donde estaba mi madre.
La besé la
mejilla y la acaricié con los nudillos.
-Te quiero,
mamá.
-Pásalo
bien, cielo. Te quiero.
Corrí ante
el insistente sonido del timbre. Cogí aire y abrí la puerta.
El chico
solo sonrió cuando me vio. Yo fruncí el ceño y continué con la mano puesta en
el pomo.
-Hola. –
Dijo.
-Llegas diez
minutos tarde. – Le regañé.
Rió más
fuerte y dejó mostrar las arruguitas de al lado de sus ojos. Yo aproveché para
hacerle una revisión y vi que iba con un jersey de lana beige y una chaqueta de
vaquero negro. Sus pantalones eran también vaqueros y llevaba unas botas
militares marrones. Unas botas similares a las que vestía antes, pensé. Pero
aún así, iba precioso.
-¿Me
perdonas?
-No.
-¿Estás
segura?
-Mucho.
-Entonces el
viaje que nos espera será algo aburrido.
-Lo será. –
Contesté.
El chico
sonrió y de nuevo me revisó de arriba abajo, con una sonrisa muy amplia.
-¿Nos vamos?
– Preguntó.
-Sí, por
favor.
Cerré la
puerta de mi casa y ambos emprendimos camino hasta meternos en su coche. Louis
metió las llaves en la ranura y su coche comenzó a andar.
Era una
sensación diferente a la que sentía cuando iba con él en moto. Podría decir que
me sentía más protegida, pero mentiría. En la moto la protección y seguridad me
la daba él nunca faltaba. Jamás faltaba su protección.
Miraba al
frente cuando estaba incorporándose a la autopista. Nos esperaba un largo
camino hacia el estadio.
-¿No vais
todos juntos? – Pregunté.
-¿Dónde?
-Al partido.
-Sí, solemos
ir.
-¿Y por qué
no vas con ellos?
-Bueno,
ellos estarán en el hotel de allí, yo vine a ver a Dina y a ver cómo iba mi
empresa con el encargado al que le dejé todo a sus manos, y ya que Bob no pudo
venir antes, me esperé para recogerte. Sino ahora mismo estaría con ellos.
-Entiendo.
De nuevo la
misma risa que tenía en la puerta de mi casa salía de su boca.
-Pero, ¿Qué
diablos te pasa?
-¿Alguna vez
has ido a ver un partido de fútbol?
Giré mi
labio inferior y me encogí de hombros mientras ladeé mi cabeza, dejando que el
pelo la siguiese.
-Nunca. –
Contesté.
El chico rió
más alto.
-¿Por
qué? - Repliqué.
-Pensé que
Bob te daría alguna bufanda del equipo.
-¿Acaso
tienes?
-¡Claro!
Somos un equipo con caché.
Se me escapó
una traviesa sonrisa, dejando el aire salir por mi nariz a toda presión.
-Entonces
debo de sentirme afortunada por ir con alguien como tú.
-Debes. –
Contestó firme pero sonriente.
***
-Eh, eh. –
Una voz sigilosa estaba susurrándome al lado de mi oído.
Mis ojos se
entreabrieron y miré con los ojos aún borrosos hacia arriba.
Justo en
frente de mí vi esos ojos azules, acompañados de un gesto de felicidad y una
sonrisa radiante. Mi sonrisa automáticamente se creó y abrí del todo los ojos
para seguir mirando desde abajo a Louis.
-¿Quieres
seguir durmiendo? – Preguntó.
-¡Pensé que
no me dormiría! – Exclamé. -¿Por qué no me has despertado?
-Se te veía
cansada. – Dijo. – Además, es algo entretenido ver como duermes.
Sonreí
tímidamente. Quizás mis mofletes se estuviesen empezando a poner rojos.
Louis me
hacía sentirme cómoda. Era como una almohada personal que podía tener a mi lado
simplemente para consolarme y tranquilizarme. Me hacía sentir algo tan
indescriptible. No sabía exactamente el qué. No sabía ni siquiera qué sentía
por él.
La confesión
de la carta, la confesión de Dina, Bob… Me estaban confundiendo mucho. Sin
embargo, mi mente estaba obcecada en que quería a Josh, y mi idea no podría
esfumarse, pues era lo que realmente sentía.
-¿Has bajado
tú el asiento? – Pregunté.
-Sí. Temí
que te despertases, pero duermes profundamente.
-¿Dónde
estamos? – Pregunté incorporándome.
-Vamos a
comer algo, ¿no?
-¿Ahora?
-Son las
cuatro. Creo que aún hay tiempo hasta el partido.
Encogí mis
hombros y decidí bajar del vehículo, restregándome las manos por mis ojos para
despertarlos más.
Era obvio
que estaba en completa confianza con Louis, hasta que pude llegar a quedarme
dormida a su lado… Era tan
dulce y cuidadoso conmigo que me asustaba. Louis se comportaba como nadie lo
había hecho conmigo.
Ambos nos
pusimos uno al lado del otro y comenzamos a andar.
-¿Acaso
sabes cómo se llama mi equipo de fútbol? – Preguntó.
Le miré
creando una sonrisa pícara en mi boca y sacudí la cabeza. El chico acompañó a
mi sonrisa.
-¿Y tú
quieres de verdad venir a animarme? – Me regañó.
-¡Louis! Me
invitaste tú, ayer. Pensaba informarme de ti con Bob en el trayecto, pero tú
interrumpiste nuestros planes.
-¡No! – Negó
riendo. – Fue Bob el que siempre deja todo para última hora.
-No mient…
El bordillo
donde acababa el parking, se interpuso en mi camino, interrumpiendo mi frase.
Me tropecé y, si no llega a ser por la rápida reacción de Louis, me hubiera
caído de morros al suelo.
El chico
sujetó mi brazo con sus dos grandes manos y apretó para que no me desprendiese
al suelo. Ambos nos invadimos en unas fuertes carcajadas cuando nos dimos
cuenta de la graciosa situación que acabábamos de vivir.
-¡No te
rías! – Le regañé cuando me di cuenta de que solo le faltaba tirarse en el
suelo y dar golpecitos con el puño al asfalto.
-Ha sido muy
gracioso. – Dijo entre carcajadas.
-¡Casi me
mato! – Contesté, también entre risas.
Ambos
continuábamos completamente en nuestro mundo y nos olvidamos de todo nuestro
alrededor. Solo por unos segundos antes de que apareciese un hombre bastante
detallado físicamente, con muchos músculos y el cuerpo bastante trabajado. Era quizás dos centímetros más alto
que Louis y de pelo rapado. Vestía completamente de negro y fingía una sonrisa.
-¿Eres
Louis? – Preguntó. - ¿Louis Tomlinson?
Ambos
fruncimos el ceño y me sobresalté por dentro cuando Louis resbaló una de sus
manos por mi brazo al que tenía agarrado, y la entrelazó rápidamente con la
suya. La apretó fuertemente y casi no me dejaba que circulase la sangre.
Le miré
sorprendida y el chico me ignoró, no le quitaba la mirada al corpulento hombre
que se encontraba frente a nosotros.
-Sí, soy yo. - Dijo apretando la mandíbula. Todos sabíamos que Tomlinson no le gustaba nada.
-Bueno, te sigo desde que juegas para el Claws y empecé a investigar sobre ti. No sabía
que era la primera vez que jugabas al fútbol, ni mucho menos imaginaba que tendrías una empresa de deportes y varios gimnasios y… me encantaría que me firmases un autógrafo. Sería un placer para mí. Intento conseguir todos los de los
jugadores que veo.
-Mmm, sí. Claro. –
Dijo Louis, sorprendido.
El hombre
sacó un folio junto a un rotulador negro y se lo tendió a Louis. El chico cogió
el rotulador con la mano derecha, y soltó mi mano.
-¿Para
quién? – Preguntó.
-Mark. Mark
Matthews.
Fruncí el
ceño cuando escuché ese nombre que tanto me sonaba. ¿Dónde lo había escuchado?
Louis
comenzó a escribir en el papel, no estaba muy segura de si siquiera tenía
inventado un autógrafo para estas ocasiones. Tampoco era un jugador de primera
división para que la gente le conociese por la calle.
-¿Sois
novios? – Preguntó el hombre.
Louis le
miró mientras seguía escribiendo en ese folio y frunció el ceño. Mi cara se convirtió en una sorpresa total.
-¿Por qué? –
Preguntó devolviendo la mirada al folio.
-Antes
estabais cogidos de la mano. En Internet
ponía que estabas soltero. – Dijo.
-No voy a
hacer declaraciones. – Dijo en tono de broma Louis, mirando al hombre.
El
corpulento y de pelo rapado, sonrió algo irónico. Él, obviamente, no conocía el
sentido del humor de Louis.
-Aquí
tienes. – Cedió Louis.
-Gracias.
-A ti. –
Contestó con una amplia sonrisa.
El hombre
comenzó a andar en dirección opuesta a la nuestra mientras observaba el
autógrafo y, tras guardárselo en el bolsillo de atrás del pantalón junto al
rotulador, sacó su móvil y se lo colocó en el oído.
Justo
giramos una esquina y comenzamos a andar hacia la entrada del restaurante.
-Wow, fans.
– Comentó Louis.
Mi gesto
seguía fruncido y algo de ese hombre no me daba buena espina. Matthews. ¿De qué
diablos me sonaba ese nombre?
-Es raro… -
Comenté
-¿Por qué? –
Preguntó. – Ya lo has visto, dice que colecciona autógrafos.
-Pero, ¿Cómo
va a saber tanto de ti, Louis? No juegas ni siquiera en un equipo famoso.
-La verdad
es que es raro… Él dijo que jugaba en…
-En los Claws. – Interrumpí yo.
-Sí, eso. Yo
juego en los Blews. Nunca había
escuchado hablar del otro equipo. – Dijo encogiéndose de hombros.
Fruncía el
ceño todavía. Todo esto me estaba resultando realmente raro…
-Y otro más
a la colección que nos confunden con una pareja. – Musitó Louis.
Sonreí
tímidamente y, por un momento, me olvidé de la rara situación y desfruncí el
ceño.
-Esto era
algo más obvio, me habías agarrado la mano. – Comenté.
-Es que al
principio no me dio buena espina. Prefería prevenir.
Sonreí. El
Louis protector y celoso no había cambiado. La verdad es que a mí ni antes ni
después ese hombre me dio buena espina. Su información sobre Louis era
demasiado concreta para simplemente haberla sacado de internet. Matthew…
Todo esto
estaba resultándome tan raro…
PD. Chicas! Pido perdón por no estar subiendo tan constantemente, es que ahora ya tengo más cosas que hacer y no puedo dedicar tanto tiempo a la novela como en el verano. He intentado subir todos los días pero siempre me ha pasado algo que no me lo ha permitido. La rutina es lo que tiene... Así que, por favor, no dejéis de leer porque os prometo que subiré el final de la novela, y la seguiré lo antes que pueda. Intentaré al menos ir actualizando twitter e informando por ahí si subiré o no. Muchas gracias por todo Nerrys. Os sigo adorando igual o más.
Primera! Dios... Me encanta. No quiero que acabe. Creo que ya sé el papel de Matthews (puto Josh). Team Loyita forever. Síguela, merece la pena ;)
ResponderEliminarNos encanta, siguela pronto esq es tan iqhdiwndosnddoxoxo. Esto... Completamente de acuerdo cn el primer comentario jajajajaj. No queremos q se acabe... Aunque eso no significa q queremos q subas menos a menudo ajajjajaaj. Bueno, q subas cuando puedas bss guapaa
ResponderEliminarOH MY GOD.!!! Pe per pero... este capitulo está dedicado para mí?! Me ha encantado!! Y ya voy encajando las piezas de ese puzzle. Voy entendiendo que Josh es estúpido y que odio a los rapados :) ahah De verdad, agradezco muchisimo que hagas estas novelas porque no sabes lo que nos hacen sonreír. Imaginar. Y soñar. De verdad es un placer ser una de tus Nerrys y que nos quieras tanto. Atentamente. Tu fan PD: Te has dado cuenta?! A la hermana de Lou solo le falta una letra para ser Diana. Oh dios, lo sabías!! ahahha We are Diana
ResponderEliminar