Ambos
atravesamos de nuevo el laberinto tan pequeño que había detrás de ese edificio
del hospital, y emprendimos nuestro mismo camino de antes, pero al revés.
Sonreía como
una idiota. Esa era la reacción que tenía yo al estar junto a Louis. Estaba
atontada, anonadada... Era yo.
-¿Entonces
vendrás a verme? – Me preguntó Louis antes de girar la esquina.
Le miré y
observé como una sonrisa amplia se reflejaba en su rostro.
-¿Y qué
ganaría? – Pregunté juguetona.
-Te dedicaré
un gol. – Contestó seguro.
-¿Y si no
metes?
-Lo haré.
-¿Cómo estás
tan seguro?
-Porque
siempre lo hago. ¿Por qué crees que Bob aún no me ha echado?
Sonreí
tiernamente y le miré de nuevo.
-¿Crees que
podré? – Pregunté algo más descontenta.
-Espero que
tengas tiempo para un idiota como yo. – Contestó con una media sonrisa.
-¿Por qué te
llamas idiota?
-Bueno,
quizás la palabra que mejor me describa sea cabezota.
-¿Y por qué?
El chico
removió sus manos dentro de la chaqueta vaquera y, mirando al suelo, sonrió
tímidamente. Le miraba contemplando sus perfectas facciones y sus agitados
pasos que llevábamos ambos al compás.
-Es igual. –
Dijo.
Cogí aire y
regresé la mirada hacia el frente, casi a la entrada.
Mi gesto se
sorprendió cuando vi a escasos pasos de mí a Josh, mirando en todas
direcciones, quizás buscándome.
Sus ojos
dieron con los míos y, automáticamente, miró a Louis revisándole de arriba
abajo, incrédulo, sin terminar de cuadrar del todo bien la escena.
¿Y qué pasaría ahora? Miré de reojo a Louis quien también se había dado cuenta de que Josh estaba a escasos cinco metros de nosotros y vi como giraba su gesto en forma de decepción.
-Lo mejor
será que me vaya. – Susurró, sin quitar la mirada de Josh. – Espero tu visita
en el partido. – Me miró y me guiñó un ojo.
-Eso
intentaré. – Contesté, seria y seca a su mismo tono.
El chico me
agarró del hombro para darme dos tiernos besos en las mejillas. De nuevo su
aroma me rodeaba y cerraba los ojos para disfrutar de él. Sin embargo, debería
de cerrar los ojos por lo que me esperaba ahora con Josh…
-Hasta
mañana. – Se despidió.
-Adiós,
Louis. Gracias.
Sonrió y,
metiéndose de nuevo las manos en los bolsillos de la chaqueta, comenzó a andar
quizás hasta su coche.
Le miré por
unos segundos y, después, devolví la mirada al gesto fruncido de Josh.
En ese mismo
instante quise desaparecer del mapa. Quise que la tierra me tragase.
Me acerqué y
me puse frente a él, mirándole a los ojos desde una altura inferior.
-Hola… -
Dije, casi en susurro.
El chico
tragó saliva y me miró desde arriba.
-¿Qué hacía
él aquí?
-Vino a ver
a mi madre. – Contesté nerviosa.
-¿No estaba
en Inglaterra?
-Ahora no.
-Ya veo… -
El chico rodó los ojos y de nuevo bajó su mirada para coincidirla
con la mía. – Te ha faltado tiempo entonces para hablar con él.
-¿Por qué
nuestro principal tema de conversación tiene que ser siempre Louis?
-¿Quizás
porque tú solo parece que vivas por él?
-¿Te estás
oyendo? ¡Josh! ¿Dónde está el chico comprensivo y adorable con el que yo viví
tanto tiempo? ¿Acaso no confías en mí?
-Claro que
confío, ______.
-Entonces,
¿Por qué tienes esta reacción con Louis?
-¡Estuvo a punto
de pegarme! Y soy rencoroso.
-Pero no lo
hizo, Josh. Debiste de fijarte en ese gesto y darte cuenta de que Louis ha
cambiado. Tomlinson te hubiera dejado la cara tatuada en el asfalto. Pero Louis se
auto controló y se dio cuenta de que no llegaría a ningún lado pegarte. Ni
siquiera merecía la pena prestarte atención. Deberías hacer lo mismo. Te estás
comportando como un crío.
El chico
pareció sentirse reñido y bajó la mirada al suelo.
-Soy
psicólogo, _______. – Musitó. – Y sé de sobra que las personas nunca cambian.
-Pues
deberías echarte una hojeada a algún libro de psicología. Quizás ya se te estén
marchitando las ideas.
Le miré por
última vez y agarré el asa de mi bolso para emprender camino hacia la
habitación donde estaba mi madre. Subí por el ascensor y no tardé más de tres
minutos en llegar al pasillo donde me había “re-encontrado” por llamarlo de
alguna manera, con Louis.
Sonreí al
ver la reacción que tuvo con la doctora. ¿Por qué me puse celosa? Louis no era
nada mío, no era nada de mi propiedad para que ese gesto tuviese tal efecto
sobre mí. Sin embargo, no pude evitar no controlar mi pequeño ataque de celos.
Di un
respingo sobre mí cuando sentí la respiración agitada a mi lado de alguien. Me
giré con cuidado y me percaté de que era Josh, quien estaba apoyado en sus
rodillas retomando el aire.
-______. –
Exclamó entre recogidas de aire para no sofocarse más.
Le miré
preocupada y esperé a que se pusiese en su posición normal y pudiese articular
palabra.
-Lo siento… -
Musitó por fin, entre aún fuertes aspiraciones. – Lo siento de verdad.
Le miré y vi
como el chico parecía realmente afectado mientras recobraba el aire.
-Tengo que
aprender a controlar estos ataques de celos. – Dijo.
¡Vaya! Eso
justo estaba pensando yo, pero con Louis.
-Pero es
normal que me sorprendiese verte con él. Entiéndelo…
-Lo
entiendo, Josh. Pero debes de confiar en mí. Ya te lo he repetido que solo es
mi amigo.
-Está bien,
está bien.
El chico
cogió mis mofletes con sus gigantes manos y me subió la cabeza hacia sus ojos. Sentía
su respiración agitada chocar de frente en mi rostro, mientras me perdía en sus
ojos azules.
-¿Cómo no
voy a confiar en ti? Claro que lo hago.
Me sonrió
levemente y me contagió el gesto.
-Te quiero,
______.
Sus labios
se posaron suavemente sobre los míos y me ofreció un suave y delicado beso.
***
-¿Cómo que
te tienes que quedar toda la noche? – Pregunté a mi madre sin comprender lo que
me decía.
-No te
preocupes, cielo. Está todo bien. Ya sabes que es mejor hacer todas las pruebas
posibles para descartar cualquier peligro. – Comentaba mi madre. – Además,
mañana por la mañana ya estaré en casa.
-Bien, pues
me quedaré a dormir contigo. El asiento es muy cómodo.
-No. Ni
hablar. – Se negó la mujer inclinándose sobre la silla. – No.
Bob la sujetó
de los hombros y la apoyó de nuevo en la cama, para que no hiciese ningún
esfuerzo más.
-Ya me quedo
yo, ______. – Dijo el hombre. – Puedes ir tranquila.
-Pero Bob…
-¡No! No hay
peros que valgan, señorita. Me quedaré con Julie encantado.
Ambos se
mandaron una sonrisa cómplice llena de amor y empatía. Los ojos de los dos se
iluminaron cuando compartieron miradas. Y eso me hizo preguntarme si yo con
Louis o con Josh podría llegar a tener esa mirada de ilusión, cariño,
complicidad y sobretodo, esa mirada de amor…
-Entonces
iré a por el coche. – Añadió Josh. - ¿No?
-Sí, sí. –
Contestó por mi Bob. – Claro.
-¡Bob! – Le regañé.
Josh nos
miró sonriente y salió de la habitación. Mi ceño fruncido intentando mostrar
enfado continuaba acompañado de una mirada asesina hacia Bob.
-Cielo, ve
con Josh. – Añadió mi madre.
Mi mirada
fue hacia a ella y de nuevo vi la radiante sonrisa que lucía, a pesar de la
situación.
-Estaremos
bien.
La miré
sonriendo. Sabía que tenía razón.
-Está bien. –
Cedí por fin.
Los dos
sonrieron a la vez y me acerqué a la cama para besar a mi madre, con cuidado.
-Buenas
noches mamá. Descansa. – Dije.
-Buenas
noches, cielo. – Dijo besándome la frente.
Me alejé de
su cama y me dirigí a Bob, quien estaba desde un ángulo de la habitación
observando todo.
El hombre me
cogió de la espalda y me acompañó a salir de la habitación, saliendo al pasillo
y entornando algo la puerta.
-¿No tienes
nada qué decirme? – Preguntó.
-Mmm, no.
Miré hacia
el suelo intentando pensar algo que tuviese que decirle.
-¡Ah, sí! –
Exclamé. – Si pasa algo con mi madre, lo que sea, llámame.
El hombre
cerró los ojos y negó la cabeza poniendo una de sus manos en la frente.
-¿Qué voy a
hacer contigo, cielo? – Preguntó.
Había pasado
muy poco tiempo desde que nos conocíamos, pero ambos teníamos mucha confianza. Demasiada, diría yo. Él había estado haciendo de celestino y ayudándome con
todo ese tema de Louis, y parecía que me conocía desde hacía años. Louis…
-¡Louis! –
Exclamé.
El hombre me
miró sorprendido y sonrió con un gesto de alegría abismal.
-¡Pensé que
te lo tendría que decir yo! ¿Vendrás al partido?
-Sí. Claro. –
Dije. – Se me olvidaba. ¿Podrías llevarme contigo?
-Por
supuesto. Pasaré a recogerte sobre las cinco a tu casa, ¿Vale?
-Perfecto. –
Dije.
-Es genial
hacer de celestino.
-¡Bob! Tengo
novio.
-El
equivocado.
Me guiñó un
ojo y me dio un pequeño toquecito en la nariz. Segundos después, abrió la
puerta del todo y metió medio cuerpo dentro de la habitación.
-Hasta
mañana, pues.
Y cerró.
Me quedé
boquiabierta pero con una gigantesca sonrisa en la cara. Bob estaba luchando
contra viento y marea para que Louis y yo tuviésemos cualquier acercamiento.
Dentro de la desgracia que tuvo el susto de mi madre, le había venido hasta
bien. Él sabía todo, exactamente todo lo que pasaba entre Louis y yo. Me
sorprendía la de información que seguramente el hombre supiese de mí, y
conociéndole, que habría conseguido sonsacar a Louis.
Bajé a la
entrada del hospital, donde Josh me esperaba aparcado justo en la puerta.
Avisté el coche y corrí apresurada hacia dentro.
Abrí la
puerta del vehículo y le miré con medio cuerpo fuera.
-¿Se puede? –
Pregunté.
-Claro.
Josh comenzó
a buscar la cadena de radio que se había de nuevo desconfigurado. Miré al asiento
donde me sentaba normalmente y, casualmente, había una tarjeta rectangular con
algo apuntado por la parte trasera, que era por la parte que estaba.
Fruncí el
ceño cogiéndola y leyéndola. Un número de teléfono junto a un nombre. “Matthew”.
Era la letra
de Josh, parecía que lo había escrito deprisa.
-¿Qué es
esto? – Pregunté.
El chico me
miró soltando el botón de sincronización y, sorprendido, me arrebató la tarjeta
de las manos.
-¿Dónde
estaba? – Preguntó ahora él, nervioso.
-Aquí. –
Dije señalando debajo de mí.
Josh frunció
los labios y negó con la cabeza mientras se guardaba la tarjeta en la chaqueta.
Su reacción me dejó algo descolocada, pero no le quise dar mayor importancia. Ahora lo que
importaba es que mañana iría a ver a Louis jugar. Y que me dedicaría un gol.
haiiiiiiii siguelaaa porrfavorrr me muero de ansias,, HERMOSA NOVELA, LA MAS LINDA QUE LEI HASTA AHORA ENSERIO :) escribes muy bienn xD
ResponderEliminarOh Dios mio, amo tus novelas, las he leido todas, y sinceramente me encantaron, cuando mis amigas me dicen que les pase alguna novela les paso una de las tuyas, y dicen que son buenisimas, solo te falta una de Liam y tienes una de todos, me has dejado con intriga, siguelaa.
ResponderEliminarSaludos desde Venezuela<3
Me encanta, como siempre
ResponderEliminarEEMMMM Bob es mi ídolo, hahahah en serio, soy fan de ese celestino!! jajaja Quien es Matthew la estas liando mazoo1! Y ME ENCANTAA!! ahha de verdad, amo esos giros inesperados que le das a la novela, la hacen única. Merci Nere! :) Tequi
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