Este capítulo va dedicado a: @TheSwaggerHarry
*
Mi mirada seguía fijada en el punto exacto
donde el chico aparcó su moto. Mis piernas empezaron a andar inconscientemente.
Mis manos temblaban y mi estómago parecía
dar pequeñas patadas al acercarme cada centímetro. El chico continuaba dado la
vuelta, enredando con algo de su moto.
Mis ojos como hipnotizados mirándole. No
quería ir, sin embargo, estaba yendo.
“Para” Me ordenaba, pero me hacía caso
omiso.
Apenas me separaban dos pasos de su
espalda. ¿Sería Louis?
Mi corazón apresurado y mi mano lentamente
alzándose a tocar su hombro. Faltaban unos centímetros, solo unos centímetros.
-¡_____! – Exclamó alguien detrás de mí.
Mi cuerpo saltó sobre sí y miró hacia atrás.
Era Josh, venía hacia aquí.
Mi mirada de nuevo se giró a mirar a la
silueta masculina que se había parado.
-¿Louis? – Repliqué.
El chico me miró, poniendo cara de asustado
cuando me vio tan cerca de él.
-¿Quién eres? – Preguntó sofocado.
-Oh, Dios, discúlpame… Yo… pensé…
El chico arqueó las cejas y resopló,
devolviendo sus manos a la moto. Parecía que algo de ella se había descuadrado.
Una parte de mí se calmó porque no era él y
mi promesa continuaba firme, pero otra parte de mí, y la más fuerte, se sintió
decepcionada e insatisfecha cuando vio que ese chico no era Louis. Incluso no
tenía comparación. Louis era más… diferente.
-¿Qué coño haces? – Preguntó Josh cuando
llegó hasta mí.
Su mano cogió mi brazo cerca de la mano y
tiró de mí hacia él, comenzando a andar arrastrando mis pasos.
-Josh, suéltame. – Exigía.
-No pienso soltarte. ¿Estás loca? ¿Cómo coño
has dejado así a tu madre?
-Te dije que no quería verla. – Grité en la
cara del chico, soltando bruscamente mi brazo de su mano. – Tú insististe, no
me culpes.
-¡Me pedí que no me defraudaras y lo has
hecho! – Exclamó.
-Ah, ¿Sí? ¿Te he decepcionado? Pues
tranquilo, no te pienso decepcionar más.
Mi pelo siguió a mi cabeza cuando esta
siguió hacia una dirección inconcreta. Sin rumbo a ningún sitio. Simplemente
quería dejar a ese imbécil en medio de la carretera. ¿Qué coño querría ese
chico de mí? Solamente quería mi bien y lo único que hacía era joderme.
Era obvio que el único que me entendería en
esta situación sería Louis, pero Louis…
-Espera, espera. – Dijo Josh situándose
delante de mí.
Su voz sofocada mientras se agachaba,
apoyándose en sus rodillas recobrando aire. Su frente se arrugó cuando desplazó
su mirada hacia arriba para dar con la mía, que por alguna razón, me paré.
-Qué. – Respondí seca.
-Está bien, está bien. No te voy a forzar.
Tómate tu tiempo. – Contestó.
-Quizás te decepcione porque necesite más
que el debido. Quizás toda la vida, por ejemplo. – Dije.
-No. De verdad. Lo siento, quizás no debí
forzarte tanto.
El chico volvió a su postura habitual
mientras me decía eso y dejaba escapar unos últimos sofocos durante esa frase.
-Déjame ayudarte, _____. Sé que puedo, solo
si tú me dejas.
-Josh, estoy bien. No necesito ayuda. Estoy
bien, joder.
Mis manos pasaban desesperadas por mi cara
intentando desahogar esa impotencia que tenía dentro de mí. Mi vida había
cambiado tanto en el último mes que hasta mí misma me sorprendía.
-Necesitas ayuda, y yo te la voy a dar. ¿Por
qué no dejas de lado ese comportamiento pasota y me escuchas? ¿Acaso no quieres
salir de esta maldita vida donde te ha metido ese Louis? ¿Acaso no quieres volver a
ser la chica centrada, madura y normal que siempre has sido?
Le miré mientras él me atravesaba insistente
con la mirada. Su sonrisa se me contagió y terminé aceptando con la cabeza,
como normalmente a lo que me pedía él.
-Pues déjame enseñarte los secretos para
hacerlo. – Añadió Josh.
-Está bien.
El chico agrandó su sonrisa cuando acepté.
Quizás su ayuda me sirviese, quizás no, pero quería salir de esta mierda de
vida donde me había metido Louis, y sobretodo, que Josh dejase de insistir.
-Vamos a casa. - Sugirió.
Un trayecto algo más corto que el de ida, su sonrisa no se despegaba de
su rostro y mi gesto aún seguía constante, perdido, dañado…
Llegamos a la casa de Josh. De nuevo pasamos por ese decorado tan bien
organizado.
-No me cansaré de decirte que esta casa es preciosa. Y es tan diferente
a la de…
-No. – Interrumpió mi frase Josh encendiendo la luz del salón. – La clave
para abandonar todo eso, es olvidarte de él. Olvidarte de todo lo que tenga que
ver con él.
-Bien. – Contesté.
Un silencio incómodo de nuevo se apoderó de la situación.
-¿Qué hacemos? – Pregunté.
-Tú irte a dormir, señorita. Necesitas recuperar el horario para
regresar a clase. – Contestó.
-¿Enserio quieres que vuelva a clase?
-Claro que sí. Debes de volver a clase. Eso te podrá ayudar a ser
como antes. No quiero imaginar lo feliz que se pondrá Frank.
-Mañana es sábado, Josh. No tengo que hacer nada…
-¡Tengo una gran idea! – Exclamó él.
-Ah, ¿Sí? ¿Cuál?
-Si la chica obediente se va a dormir, mañana nos vamos de compras.
Sonreí al ver la propuesta de Josh. Ese chico era ingenioso y sabía cuál
era mi punto débil.
-¿Dónde has dicho que está mi habitación? – Pregunté sonriendo.
Narra Louis.
Mis manos seguían repartiendo una paliza al saco de boxeo. Ninguna
protección en ellas, incluso la sangre había amenazado por salir de ellas.
Mi cara estaba sudorosa, llevaba así horas. Los golpes era lo único que
me tranquilizaba, y ya ni siquiera.
¿Cómo podía haber sido tan imbécil? ¿Cómo la pude dejar ir? ¿Cómo coño
pude ser tan obsesivo? De verdad la quería y en ningún momento quise hacerla
daño. Nunca.
Un nuevo golpe tan fuerte como pude con la derecha a ese maldito saco de
boxeo.
Ella era especial, diferente. ¿Por qué coño tuve que perderla? Fui un
completo imbécil. ¡Ella prometió no volver a verme! ¡Y yo a ella! Pero lo iba a
cumplir.
No pensaba volver a verla nunca en la vida. Jamás.
La di todo lo que ella necesitaba cuando nadie más había sido capaz de
ofrecerle ni lo más mínimo y me lo pagaba con esto.
Cinco golpes seguidos ahora a ese saco. La rabia continuaba, crecía. Y ya ni siquiera
esto me desahogaba.
Mi mano paró de golpear el saco cuando mi móvil comenzó a vibrar en la
mesa de encima.
Acaricié mi pelo empapado de sudor poniéndolo detrás de la oreja y me
dirigí al móvil inclinando la pantalla para ver de quien se trataba. Adam.
Lo solté de nuevo en la mesa y me dirigí de nuevo al saco. Sin embargo,
el teléfono no paraba de sonar.
Al fin me rendí y opté por contestar.
-¿Qué quieres, Adam?
-Por fin contestas. ¡Hay una pelea increíble aquí! – Exclamó Adam. –
Veniros tú y _____. ¡Va a ser increíble!
-No. – Contesté.
-¿No? - Replicó.
-Que no pienso ir, Adam.
-¿Estás bien, tío? – Preguntó.
El ruido de toda aquella gente gritando detrás del micrófono del
teléfono era demasiado. No escuchaba bien su voz pero tampoco quería escuchar
más. Ignoré esa pregunta colgando el teléfono.
Mis manos lo soltaron con desgana encima de la mesa de nuevo y me dirigí
hacia el saco. ¿Por qué no quería ir a El Foco? ¿Acaso estaba cansado ya? ¿Acaso me di
cuenta de que mi preferencia era ella y ya nada más me importaba? Tenía que
deshacerme de todo esto. Tenía que olvidar todo y sobretodo, de ella. La clave sería abandonar todo esto. Tenía que irme lejos, muy
lejos.
Narra _____
Al día siguiente.
-¿Puedes hacer el favor de meterte ya en el coche y dejar de mirarte ese
grano? – Dijo Josh.
-¿Acaso no lo has visto? – Contesté señalándolo mientras montaba en el
coche.
-¿No…?
-¡Estás ciego, Josh!
-Tú eres la exagerada. – Contestó el chico arrancando el coche.
Crucé mis brazos indignada. Ese grano se me veía mucho y ni siquiera
podía taparlo, pues el maquillaje me lo olvidé en casa de Louis.
El chico sonreía a mi actitud. ¿Quién se creía? ¿Acaso él no había
tenido granos?
-No he visto a nadie que se enfade porque le digan que un grano no se le
nota… - Comentó riendo.
-¡Es que sí se me nota! Me cabrea que no lo admitas.
-Estás preciosa sin maquillar. Lo natural es bonito. – Dijo.
-No es bonito, Josh. Este grano no es bonito.
El chico resopló y continuó el camino sonriendo. Mi actitud continuaba
siendo la misma. Ese chico era demasiado perseverante y cabezota, pero no más que yo.
-Llegamos. – Exclamó el chico echando el freno de mano a su coche.
Le miré aún enfadada y él me dedicó una sonrisa antes de abandonar el
coche.
Le imité saliendo y cerrando la puerta antes de ponerme a su lado.
-Vamos, no te enfades. – Dijo el chico dándome una pequeña palmadita en
la espalda.
-No lo hago. – Contesté aún refunfuñando.
Ambos abandonamos el aparcamiento y entramos a un gran centro comercial
que yo desconocía. Mi boca se abrió cuando vio tres plantas llenas de tiendas.
-¿Por dónde quieres empezar? – Preguntó el chico.
-No tengo dinero, Josh…
-Yo invito.
-¿Estás loco?
-No.
-¿Me vas a comprar tú la ropa? – Pregunté sobresaltada.
-Solo con una condición.
Giré la cabeza esperando una respuesta.
-Nada de ropa de cuero, ni nada que tenga que ver con todo eso de antes,
¿vale?
-Pero, ¿Lo dices enserio?
-Claro. Puedes comprarte lo que quieras. Sino, no te hubiera traído aquí.
Sonreí cuando escuché que el chico me compraría la ropa. ¿Por qué lo
haría? Aún así, no quise pararme a pensar en porqués y me abalancé sobre él poniéndome
de puntillas y pasando mis manos por su cuello para abrazarle. Supongo que si lo haría era porque quería.
-¡Gracias! – Exclamé.
Sus manos se posaron en mi espalda aceptando el agradecimiento y me miró
cuando nos despegamos.
-No me hacen falta.
******
Pasamos toda la mañana de compras. No quise coger gran cantidad de ropa,
pero él insistía en que cogiese toda la que me gustase. ¿De dónde sacaría tanto
dinero? Él ni siquiera me había dicho que trabajase.
Las tiendas eran enormes. Quizás tres veces más de lo que yo estaba
acostumbrada a ver.
Mis manos hurgaban en esas perchas donde había muchísimas prendas, y
todas preciosas.
-Mira. – Exigió el chico.
Mi mirada abandonó un segundo la ropa y le miró a él. En su mano tenía
un vestido. Era blanco y ceñido.
-¡Es precioso! – Exclamé acudiendo a él.
-Lo sé. Y a ti te debe de quedar fantástico. ¿Por qué no te lo pruebas?
-No, Josh… Yo nunca me pongo vestidos tan elegantes.
-Bien, hoy sí. Tengo una cena de empresa, necesito acompañante. ¿Quieres
acompañarme?
-¿Lo dices enserio?
-¿Por qué piensas que todo lo que te digo lo digo bromeando? – Preguntó él
sonriendo.
-Es que es tan… tan… surrealista que…
-Es totalmente enserio, ______. Quiero que me acompañes a la cena de
empresa.
-No, Josh.
-¿Acaso te quieres quedar sola durante toda la noche en mi casa?
-Quizás lo prefiera.
-Por favor. - Me suplicó él. - Por favor...
Sonreí al ver que fingía pucheros con su boca. Era tan dulce.
-Vale, vale. - Acepté cerrando los ojos. - Pero deja de hacer esos pucheros, me siento ridícula.
El chico sonrió mientras yo emprendí camino hacia los probadores. Mi mano sujetaba ese vestido
con el cual entré. Josh entraba detrás de mí sujetando todas las bolsas.
-Espera fuera. – Dije.
-Sí.
-Y no mires. – Advertí arqueando las cejas.
-Tranquila. – Contestó con una sonrisa pícara.
Me miré en el espejo mientras me desnudaba. Ese vestido era bonito,
precioso. ¿Por qué el chico se habría interesado en que yo le acompañase a una
cena? Si no pintaba nada con él. No pintaba nada en ese sitio.
Agarré mi pelo para subir la cremallera que tenía a un lado. Me quedaba perfecto. Sonreí al espejo. Qué bien me sentaba el blanco.
Hacía tanto que no me lo ponía…
-Oye, ¿Estás bien? – Apresuró Josh.
Corrí la cortina y posé para que el chico viese como me sentaba el
vestido.
Su boca y su gesto contestaron antes que su boca. Apenas sus ojos
pestañeaban.
-Oye, ¿Estás bien? – Pregunté imitándole.
-¡Estás preciosa!
-Gracias. – Contesté sonriendo, tímida.
Sentí como si me pinchasen los mofletes, pues estos estarían
enrojecidos.
-Incluso ese enorme grano se te camufla mejor. - Añadió Josh sonriendo.
Apreté mis dientes y cerré la cortina dejando a Josh fuera. De nuevo recogí mi pelo para
desabrocharme el vestido, pero la cremallera parecía haberse atascado. Lo intenté un par de veces pero me di por vencida.
Asomé la cabeza por la cortina, mirando a Josh.
-Josh, ayúdame…
-¿Qué pasa? – Preguntó él aún aturdido.
-La cremallera…
El chico soltó una carcajada y ladeó su cabeza.
-¿Qué la pasa?
-Que no baja...
-¡¿La has roto?! - Exclamó riendo.
-¡Cállate! Pasa y ayúdame. – Le exigí.
El chico sonrió y se acercó a mí sonriendo.
-Cierra la cortina. – Mandé.
El chico posó sus grandes manos en la cremallera, y sus nudillos
contactaron con mi piel. Esta se estremeció.
Tiró bruscamente de ella y no funcionó. El chico sonrió al ver mi
reacción.
-Josh, vas a romperlo.
-¡Ya está roto!
Ladeé mi cabeza y el pelo cayó por encima de la cremallera.
-Eh, eh. – Se quejó. – El pelo.
Su otra mano retiró despacio el pelo. Sus nudillos rozando con mi cuello hizo
que mi respiración se acelerase.
Sus ojos y los míos se estaban mirando. Ambos nos mirábamos. Por un momento Josh paró de intentar bajar la cremallera. Parecía que
nos atraíamos. Parecía que había atracción. Parecía que íbamos a besarnos.
PD. Aún sigo apuntando a gente para dedicar capítulos, ¿Alguien que no me lo haya dicho quiere que le apunte? Ponedme un comentario con vuestro twitter y blog :) (Si no también en twitter)
Jo, esque escribes jodidamente bien jsdokjajfijiaofj*-* cada vez amo más tu forma de escribir:3
ResponderEliminarMi twitter es @srtashoran y mis blogs son: http://novelahaarrystylesytu.blogspot.com.es/ y http://novelaaniallhoranytu.blogspot.com.es/
Muuuchas gracias :')
Perfecto. Cada capítulo supera al anterior.
ResponderEliminarBesos <3
http://there-are-kryptonite-0n-air.blogspot.com.es/ y soy @Kryptonite0nAir <3<3<3 Nerea eres genial en serio
ResponderEliminarNEREA, GUAPA, CON CADA CAPITULO ME SORPRENDES MAS!!! Eres fantastica, jo. Siguieeeeeeeeeeeeeente *.*
ResponderEliminarSoy @adreamermore__ y tengo tres blogs jeje :)) http://irememberwhenyouloved.blogspot.com.es/
http://niallhoransummerlove.blogspot.com.es/ http://quierounavidanormalcontigo.blogspot.com.es/ Besoooooooooooooos!!! xx
Increible Nerea! Sigue asi! Un besito
ResponderEliminarAlba xx
hala hala!! Aqi hay lio pero vamos!! ahha q fuerte.. me encanta josh oye, mas mono el!! PD: Mi twitter: @MartaRL_27, ya lo sabes supongo! ahha me encantaria que me dedicases el capi q mas te haya gustado escribir. Sería un honor ;)
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe encanta como escribes, sigue así. Por cierto I love Louis
Eliminar