[Terminada] El destino es caprichoso y más cuando se trata de algo como lo que pasará entre ______ y Louis Tomlinson. Una relación del pasado rápida, alocada, peligrosa que le llevó a ser quien no era. Todo acabó, pero no para siempre. Ambos estaban equivocados cuando prometieron no volver a verse.

viernes, 19 de julio de 2013

Capítulo 7.

El taxi aparcaba como de costumbre en frente de ese horrible lugar.

No podía negarme bajo ningún concepto que me intimidaba y me llegaba a causar pánico.

Comencé a andar por esas calles que ya me resultaban demasiado familiares.

El intimidante sonido de las motos ya estaba entrando de lleno en mis oídos. Los vagabundos de los callejones previos a ese rincón de la ciudad continuaban con sus litronas y su poco aguante a estas alturas de la noche.

-Chst, chst.

El chistido de alguien llegó a mí, pero preferí no darle importancia.

-Chst. –Insistía.

Agarré el extremo de mi jersey blanco y conteniendo la respiración, continué andando.

Mi bolso estaba colocado delante de mi cuerpo, sujetado por mi otra mano.

-_____. – Exclamó.

Mis labios cogieron una gran cantidad de aire cuando escuchó a esa voz exclamar mi nombre.

Los pasos apresurados hacia mí me hacían entrar más aún en estado de pánico, y la idea de echar a correr se me pasó como un instantáneo flash por mi mente.

Pero la mano de esa persona consiguió alcanzar mi brazo arqueado sujetando mi bolso antes de que yo echase a correr.

Mis labios mordidos sintiendo el tacto de esa mano encima de mi jersey.

-¡Tía! Te llevo llamando desde el principio de los callejones. Estás sorda.

La voz de Alison me tranquilizó. Mi respiración pareció tranquilizarse y mis labios dejaron de ser mordidos.

-Alison. – Musité dándome la vuelta y dándole un gran abrazo. -¿Qué haces aquí?
-No podía dejarte sola… - Contestó. – Aunque no apoyo tu remota decisión de venir aquí.

Sonreí y abracé de nuevo a mi amiga. Sabía que no me dejaría sola.

Las dos comenzamos a andar hasta el círculo.

Había más gente de lo normal, todos con sus puños arriba exclamando la misma frase. Me intimidaba el grito profundo de tanta gente junta. Era un mundo totalmente paralelo al mío.

-¿Estás bien? – Preguntó Ali.
-Sí. – Contesté.
-Hey.

La voz de un chico hizo que nos girásemos las dos a la vez.

-¿Qué hacéis aquí? – Replicó. Era Adam.
-¿Y tú? – Preguntó mi amiga.
-Este es mi sitio, Alison.

Ali resopló y giró los ojos.

-¿Tú sitio? Eres un crío, Adam.
-¿Viniste a por mí otra vez?
-No. Haz lo que te dé la gana con tu vida. Yo he venido a acompañar a mi amiga.

El rugido de una moto cerca de nosotros apareció interponiéndose entre los tres.

Una moto negra y grande se situó rápidamente en frente de mi cuerpo.

Alison peinaba su pelo mientras iba al lado de Adam, a continuar con su conversación, dejándonos solos a él y a mí. 

Revisé el corpulento chico que se encontraba apoyado en la moto, con sus botas de siempre y su chaqueta de cuero. Su flequillo ahora algo desplazado para la izquierda, metido en su oreja. Sus ojos intimidantes mirándome.

-Viniste. – Musitó cerca de mí.

Su mano se acercó hasta mi rostro, donde la posó suavemente y acarició mi mejilla.

-Sí. – Contesté intimidada.

Él sonrió e hizo rugir más potentemente la moto.

-Lo sabía. – Añadió.

Encogí mis hombros y de nuevo coloqué mi bolso delante de mí.

-Ahora sé que la suerte me acompañará.
-Vine solo esta vez, no te acostumbres. – Le dije, seria, fría.
-¿Hacemos un trato? – Sugirió.
-¿Cuál?
-Si gano, me concederás el estar contigo cuando yo quiera. Si pierdo, no insistiré más en ti. Te dejaré en paz.

Mis ojos se cerraron no contenta por ese trato. No quería dejarle de ver. Pero, sin embargo, la seguridad que mostraba ese chico era total y completa. Debería de haber corrido demasiadas veces para saber que no tendría problema en llegar el primero a la meta.

-Está bien. – Contesté. – Hecho.

El chico sonrió metiendo su mano en el bolsillo derecho de su pantalón entallado.

-Ten. – Me exigió. – Cuando termine la carrera quiero que me lo devuelvas. No te vayas sin hacerlo.

El chico esperó a que ofreciese mis manos y posó cuidadosamente el colgante con la T en ellas.
Mis ojos mirando los suyos que estaban pendientes viendo resbalar el colgante por mis manos.

-¡Tommo! – Una voz a unos metros de nosotros exclamó un extraño nombre.

Louis se giró dejando marcarse la tensión en su cuello. Un aroma se desplazó cuando hizo ese brusco gesto.

El chico levantó el pulgar correspondiendo al otro chico. Después, me sonrió y aceleró su moto. Se desplazó hasta el centro del círculo, donde la gente comenzó a abrirle paso para que se situase en la meta con su grande e intimidante moto.

-¿Vienes a verle? – Preguntó Adam a mi lado, seguido de Ali.
-Sí. – Contesté.
-¿Qué tienes con Tomlinson?

Suspiré al escuchar esa pregunta que ni siquiera yo sabía la respuesta. Estaba claro que me gustaba, me encantaba. Y yo a él igual.  Pero no tenía la respuesta exacta a esa pregunta que me acababa de lanzar el hermano de mi mejor amiga, el que parecía estar al día de muchas más cosas que yo sobre Louis Tomlinson.

-¿Sales con él? – Insistía en mi constante silencio.
-No, Adam. – Contesté.
-¿Os gustáis?
-Bueno, yo…
-¿Os gustáis? – Replicó Alison.
-Ali…
-¿Tienes algo con él, _____? – Insistía ahora mi amiga.
-Quizás. Puede. No sé.
-Por eso querías venir a verle correr, ¿no? ¿Sois novios?
-¿Hablas enserio, Ali? ¿Cómo voy a ser su novia? – Contesté irritada.
-¿Entonces? ¿Te gusta?

Mi mirada continuaba mirando la de ella. Mi frente fruncida.

-¿____? – Insistía la chica.
-¿Qué tiene de malo, Ali? – Contesté.
-¿Sabes cuál es este mundo? ¿Lo sabes?
-Déjala, Ali.

Adam se acercó a mí y pasó su brazo por mi cuello, arropándome de las crueles palabras que estaba usando Alison para hacerme sentir culpable.

-Ella tiene derecho de estar con quien quiera, aun que sea un tipo completamente diferente a ella. Siempre estás metiéndote en la vida de los demás. Déjala vivir, déjame vivir. – Exclamó

Ali dio un golpe brusco con su cabeza y comenzó a andar hacia el final de la calle enfadada.

Me intenté soltar del cuerpo de Adam para perseguirla y alcanzarla, pero no lo conseguí. El chico tiró de mí hacia él.

-Si te gusta Louis, adelante. No es el tipo de chico que toda madre quisiera desear para su hija, pero no por eso tienes que hacer caso a mi hermana. Si a ti te gusta, te tiene que dar igual lo que diga todo el mundo. A Alison mañana se le habrá pasado el enfado.

Miré a Adam, que intentaba convencerme de algo que ni siquiera yo sabía.

-Vino aquí por mí, Adam. – Contesté.
-Y tú viniste aquí para ver a Louis. Vamos, estará a punto de empezar la carrera.

Adam cogió mi mano y me arrastró hasta el círculo impidiendo que me fuese detrás de Ali. El mogollón de gente estaba arropando a esas tres motos ocupadas por chicos de mismo estereotipo. Mi cara estaba totalmente perdida. Yo estaba perdida.

-¿Esto es peligroso? – Pregunté a Adam.
-Lo es. – Contestó.
-¿Puede pasarle algo?
-Puede, pero no le pasará. Ha corrido demasiadas veces. Su imponente personalidad es por ello. Jamás existió alguien que fuese capaz de ganar a Louis Tomlinson en una carrera.

Mis ojos miraban al perfil de Louis que miraba a uno de sus oponentes. Mi corazón acongojado y mis manos apretando con fuerza el colgante. Necesitaba que pasase ya esa angustiosa carrera.

Adam abrió más paso por la gente. Ambos nos situamos en una de las primeras filas.

Las manos de los chicos comenzaron a acelerar el manillar de las motos, preparando a todos los espectadores.

-¡Adam! – Exclamó una chica detrás de nosotros.

Mi mirada no podía desviarse de Louis. Él miró hacia atrás, haciéndome creer que tenía un sexto sentido que le avisaba de donde estaba yo.

El chico esbozó una leve sonrisa y me guiñó el ojo, cosa que me tranquilizó.

Una sonrisa se dibujó en mi rostro. Le mostré su colgante entre mis manos y le agarré fuerte. Él contestó con otra sonrisa más destacada ahora.

Una voz masculina pronunció las tres palabras que tanto se habían hecho de rogar. “Preparados” “Listos” 

Diez segundos de pura angustia en los que Louis aprovechó para mirarme de nuevo. “¡YA”

Mis pulmones se llenaron de aire contaminado gracias a las motos. Estas, acelerando su motor, intentando ser las primeras en llegar a la meta.

-¡Hola! – Una voz femenina se posó en mis oídos, mientras yo no retiraba la vista de la carretera, viendo desaparecer las motos.
-Hola… - Musité confusa cuando por fin la miré.

Una chica morena, ojos oscuros y con unos labios rojos me miró. Mostraba una sonrisa amplia y sincera.

-Ella es Judith. – Informó Adam. – Mi novia.
-Oh, encantada. – Dije acercándome a ella y dándole dos amables besos. – Soy _____.
-¿Qué haces por aquí? No parece ser tu estilo de vida… - Contestó mirándome de arriba a abajo.

“Tommo encabeza la carrera” La voz del chico que estaba subido a un gran muro, con un micrófono en su mano, me calmó. Miré de nuevo a la carretera y vi derrapar las ruedas de esas motos, dejando marca en el suelo.

-¿____? – Insistía la chica.
-Bueno... – Contesté. – No del todo.

Judith esbozó una sonrisa y yo encogí mis hombros.

-¿Quieres venir a tomar algo? – Propuso.
-Esto…
-¡Venga! ¿Acaso esperas a alguien?
-Sí. – Contesté segura de mí misma. – A Louis.

La chica abrió sus ojos en forma de sorpresa.

-¿Tommo? – Replicó.

Asentí con la cabeza inocente.

-¿Enserio le esperas a él?
-Sí. – Confirmé.
-Bueno, pues…
-Pero iré con vosotros.

******

“Última vuelta, Tomlinson en cabeza.” El chico del micrófono anunciaba que la carrera estaba a punto de terminar. Mi cabeza permanecía pendiente del estado de esa carrera, aun que por ahora no pintaba mal.
Estaba rodeada de esa gente, acompañada de Adam que estaba ausente en mí. Ellos solo bebían y tomaban drogas.

-¿Quieres? – Me ofreció Judith de su vaso.
-No. No bebo, gracias. – Contesté.
-¿Sabes que a Louis no le gustan las pijitas, ni las estrechas?

El comentario de esa chica, ya algo bebida, no me sentó muy bien. Pero evité mostrarlo para no entrar en peleas.

-Da igual. No quiero beber.

La chica encogió sus hombros y llevó su gran vaso de vino a la boca. Adam se encontraba detrás de ella, rodeando su cintura con las manos, mientras agarraba un cigarro con sus labios y daba largos tiros de él.

-Vamos, _____. Sólo un poco. – Ahora insistía Adam. – No pasará nada.

Judith me miró con sus ojos rojos. Su frase de "A Louis no le gustan las pijitas" resonaba en mi cabeza. La chica sonriente de nuevo tendió un vaso, ahora completamente lleno y exclusivo para mí.

Cogí el vaso con mis manos y contuve la respiración mientras di un trago a ese vaso.

Tragué poniendo cara de disgusto. Eso estaba asqueroso.

-¿Ese inútil trago? – Rechistó Judith. – Vamos, otro.
-No… - Negaba.
-¡Vamos! – Adam. - No pasará nada.

Di unos cuantos tragos presionada por los comentarios de los dos chicos. Casi me había bebido por completo el enorme vaso de plástico que me habían ofrecido.

Las voces de la gente parecían ajetrearse. El nombre del ganador acababa de ser anunciado. La moto de alguno de los tres habría cruzado la línea de meta, pero mi mente no se percató. Estaba pendiente de la insistente presión de ellos dos.

De nuevo el vaso se dirigía a mi boca. Dio un largo trago. Muy largo.

-______. – Pronunció Louis.

Mi cabeza giró en dirección a su voz. El chico estaba a mi lado. Tragué deprisa el alcohol.

-Louis. – Pronuncié.

Toda la gente detrás de él, con el puño levantado animándole. Parecía ser el ganador de la carrera. Mi cabeza estaba aturdida. Parecía que el alcohol había empezado a afectarme.

-Enhorabuena. – Le dije entregándole el vaso a Judith de nuevo.
-Gracias. – Contestó serio. - ¿Qué hacías?
-Nada, yo… nada.
-Vámonos. – Dijo.

El chico pasó su mano por mi cuello y me comenzó a dirigir los pasos alejándome de toda esa gente. Nos dirigíamos a la famosa esquina, la cual estaba deshabitada.

-¿Por qué has bebido? – Preguntó Louis.

Se situó delante de mi cuerpo, dejando caer de nuevo el flequillo por su rostro, sin importarle la clara victoria que parecía haberse ganado.

-No quiero que hagas nada de lo que tú te puedas arrepentir, ____.
-Quería beber, Louis. 
-¿Estás segura? Parece que te sube rápido el alcohol. Mírate.


Asentí con la cabeza. El chico sonrió tranquilo al verme sonreír.

-Aquí tienes tu colgante. - Contesté dándoselo de nuevo.
-Me has dado suerte. - Musitó.

Sonreí ruborizada.

-Tenemos un trato pendiente. - Añadió.

"A Louis no le gustan las estrechas" La frase retumbaba en mi cabeza. Yo estaba segura de que no era ninguna estrecha, y sabría perfectamente que tenía las suficientes armas de mujer para seducir y ganarme a Louis Tomlinson. 

-Venga, ven. Vamos a divertirnos. - Musité.

Tiré de su mano hacia el círculo de gente. El chico no se negó y siguió mis pasos. La decisión quizás no fue la correcta, pero debido a mis ganas de demostrarle a esa chica que no era ninguna pija ni estrecha, y el nivel de alcohol en mis venas, fue lo que me llevó a tomar esa inocente decisión.

PD. Quiero decirle a mis Nerrys que Nerea os adora. xx 

5 comentarios:

  1. AsdfghaklbadkzbMeixgAsldjzNdxkGahdkaasdfadcld
    Como escribes tan bien?!?
    Me encanta esta novela, sinceramente, de las mejores que he leído.
    Aunque rayita... JAJAJAJAJAJA no debería cambiar, si un chico te quiero te quiere tal y como eres peor bueno..... Si no la novela no tendría intriga ni nada....
    Gran capítulo
    Besos <3
    PD: Las Nerrys te amamos y te idolatramos =)

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  2. jo, hace mucho que no te comentaba porque no he podido, perfecto como siempre el capi cielo, esta novela como todas las demas promente:3
    P.D: I'm Nerry bitches :)

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  3. Meeee encanta miiiil. Es la primera vez que comento, pero me leí toooodas tus novelas y todas me encantan igual. Me hago Nerry. :))
    PD: La novela se me parece un pocito a 3msc, Te inspiraste en esa peli? :))

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  4. Soy una orgullosa Nerry!! jo tia me da pena ___ se esta metiendo en unos embolados y Dios, me recuerda tanto a mi, buah tu. Me esta gustando mucho tu novela, de corazon nere

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  5. Rayita bebio droga, mi droga es esta nove :) La amo!!

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