[Terminada] El destino es caprichoso y más cuando se trata de algo como lo que pasará entre ______ y Louis Tomlinson. Una relación del pasado rápida, alocada, peligrosa que le llevó a ser quien no era. Todo acabó, pero no para siempre. Ambos estaban equivocados cuando prometieron no volver a verse.

martes, 23 de julio de 2013

Capítulo 10.

2º Capítulo de hoy.

Aún seguía en shock. En mi casa solo se escuchaba el coordinado sonido del reloj. Mi mente estaba aturdida. Mi padre se había marchado a un lugar desconocido, dejándonos a mi madre y a mí solas, sin siquiera despedirse de ninguna. ¡Una maldita carta!

Y mi madre… mi madre prefería irse, huir de todo. Abandonarme, porque eso hacía.

Mi respiración no podía calmarse, mi estado de nervios parecía estar agitándose. Necesitaba algo que me calmase. Necesitaba algo.

“-¿Estás segura de que no quieres? Te tranquilizará” “-Una calada solo.”

Esas frases aparecieron como flashes en mi mente. Louis me había dicho que los cigarros tranquilizaban, y yo necesitaba tranquilizarme.

Aparté a Bruce de mis piernas y comencé a apresurar mi paso hacia la planta de arriba. Entré en la habitación de mis padres y me dirigí inmediatamente en los cajones.

Tiré de ellos esperanzada de encontrar un paquete de tabaco.  Todos estaban completamente vacíos.

Un clavo pareció clavarse en mi estómago cuando se percató de que mis padres habían desaparecido y, ¿Quién me aseguraba que no para siempre?

Mis lágrimas ahora se escapaban desbordadas mientras miraba en los cajones del armario. No había rastro de ningún paquete de tabaco. 

Bajé corriendo a la cocina y observé por toda ella. Giré mi cabeza a ambos sentidos y abrí los cajones de los cubiertos, sin éxito. Hice lo mismo con los demás cajones.

No había rastro de esa droga que mi cabeza estaba necesitando.

Mis manos tiraron ahora de la puerta del mueble que había encima del fuego.

Mi pecho pareció calmarse cuando encontró una caja con al menos cinco paquetes de tabaco. Sonreí abriendo uno rápidamente y poniéndomelo en la boca.

No tenía tiempo para buscar un mechero, así que cogí una caja de cerillas y lo prendí.

La tos de nuevo invadiendo mi garganta. No sabía fumar, estaba claro. Pero era el único método de tranquilizarme.

Mis pulmones invadiéndose de humo, de droga. Mi sangre contaminándose y mi cabeza tranquilizándose.

¿Qué más daba si me drogaba? ¿Ahora a quién le iba a importar? ¿A unos padres que sólo servían para abandonarme? Inútiles.

El timbre de mi casa sonó. Subí la mirada de la encimera de la cocina cuando lo escuché. Bruce ya había acudido a ladrar a la puerta.

Me dirigí dando caladas intensas a ese cigarro. Parecía que ya estaba mejorando.

-Bruce, apártate. – Mandé.

Cogí el pomo de la puerta y tiré de él, soltando el humo hacia el exterior, sin percatarme que había ido a parar a ella.

-Ali… - Pronuncié.

La chica se quedó paralizada cuando me vio con el cigarro en la boca.

Se dio media vuelta y comenzó a bajar los escalones de mi casa.

-Espera, Ali. Ali. – Exclamé mientras arrojaba la colilla al suelo, pisándola.

Mis piernas comenzaron a correr detrás de ella, situándose en frente, impidiendo su continuo paso.

-No te vayas, por favor.

La chica comenzó a cambiar su gesto por uno de enfado y ladeaba su cabeza.

-No puedo creerme esto, _____.
-No lo entiendes. Tengo razones para hacerlo.
-Mi madre me ha llamado contándome lo que ha pasado. En cuanto me he enterado he salido disparada del trabajo, jugándome un despido. ¿Para qué? ¿Para ver a mí amiga drogándose?
-Alison, mis padres me han abandonado.
-¡No te han abandonado! Abandonar es lo que hizo el mío, que no está vivo. Tus padres se han marchado pero tienes al menos la esperanza de volverles a ver. Sin embargo prefieres refugiarte en eso para calmar tu rabia. ¡Qué genial! ¿Te imaginas que yo hubiera hecho lo mismo que tú cuando llamaron a mi puerta diciéndome que mi padre estaba muerto? No dejas de sorprenderme.

La chica se abrió paso impidiendo mi cuerpo y emprendió de nuevo camino hacia la puerta del exterior que mi madre posiblemente se habría dejado abierta.

-No, no, Ali. Sólo era uno. Louis me dijo que tranquilizaban.  

Su paso se estancó cuando exclamé esa frase. Su cuerpo se empezó a girar despacio hacia mí, penetrándome con la mirada. Mis ojos abiertos y mi cabeza pidiendo que la tierra me tragase por haber dicho eso.

-Louis, Louis, Louis… - Musitó. – Pues si tan buenos consejos da él, vete con él.
-No, Ali. Te necesito, te necesito conmigo. – La rogaba sujetándola fuertemente de su brazo. – Yo estuve contigo cuando más me necesitabas.
-Estuvo _____, no tú. Tú ahora eres una completa desconocida para mí, y Alison no necesita desconocidas contaminantes en su vida.   

La chica hizo un gesto brusco con su brazo y soltó mi mano de él. Atravesó lo poco que le quedaba de jardín y cerró de un portazo la puerta de metal que había en el exterior.

Mis manos se dirigieron a mi cara intentado entender lo inentendible. Intentando saciar lo insaciable. Todo el mundo me estaba abandonando cuando más lo necesitaba. Las palabras de Alison me dolieron mucho más de lo que podría haber imaginado en una situación así. Aun que, ¿Para qué mentir? Jamás me hubiera imaginado una situación así.

Todo el mundo me había abandonado. Todos. Pero algo en mi interior me gritaba intentando tener algo de esperanza después de la discusión que habíamos vivido antes: Todos se habrán ido, pero él estará.

******

Mi dedo pulsando insistente el timbre de su casa. Mi corazón apresurado esperando que girase por fin ese pomo y pudiese refugiarme en los brazos de alguien.

No había respuesta. Pulsé tres veces el botón. Nadie contestaba.

-¿Buscas algo? – Preguntó una voz detrás de mí.

Giré mi pelo y miré sus ojos celestes, atenuados por la leve luz.

-Louis…
-¿Qué haces aquí?
-Te necesito.

El chico frunció el ceño cuando vio que pronuncié esa frase de desesperación dejando escapar unas inevitables lágrimas.

-¿Estás bien?
-¿Podemos entrar?
-Claro, claro.

El chico se situó delante de la puerta insertando la llave en la cerradura,

-Pasa. – Permitió tomando mi bolsa en sus manos.

De nuevo respiraba el aire de esa casa que hacía escasas horas que había abandonado.

-¿Y estas bolsas? – Preguntó.
-Necesito que me acojas unos días. Ha pasado algo…
-¿El qué? – Preguntaba él frunciendo el ceño.
-¿Acaso no me vas a abandonar tu también?
-¿Abandonarte? ¿De qué hablas?

Le conté entre lágrimas todo lo sucedido a Louis. El chico parecía no dar abasto, y así lo mostraba su constante gesto de preocupación. Ambos estábamos sentados en el sofá y el chico pasando sus brazos por mi espalda, cubriéndome y refugiándome como nadie había sido capaz de hacer.

-Puedes quedarte aquí todo el tiempo que quieras. – Dijo.
-Pero solo si no molesto…
-¿Molestar? No seas idiota. – Musitó.

Sonreí al ver que Louis era el único que estaba haciendo algo por mí. Ni mis padres ni mi mejor amiga habían sido capaces de mantenerse conmigo en una situación así. Nadie.  Sólo él.  Sin embargo, mi gran apoyo en esos duros momentos, se convertiría en, como bien sabía Alison, mi ruina.

-¿Quieres? – Ofreció un cigarro.

-Sí. – Contesté. 

PD. Felices tres años, Nerryctioners (L) (L) 


3 comentarios:

  1. Asdfghasfhjlashdlanddld. Perfecto
    Quiero el siguiente ya!! JAJAJAJAJAJA por favor, haz algún maratón algún día.
    Besos <3
    Felices 3 años!!

    ResponderEliminar
  2. holaa!!
    soy nueva y fiel lectora!!
    y quiero que la siguas!
    porque me E N C A N T A
    is PER-FECT!
    besos y siguelaa!! ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. hola!! yo tambien soy lectora de nerea y.. solo qeria decirte que lo de PER-FECT me ha matado!!! ahhaha

      Eliminar