“Louis Tomlinson. El cabecilla del
mayor grupo de los de aquí. Con ese chico es mejor llevarte bien si no quieres
que el final de tus días llegue antes de lo previsto…”
Mi cabeza
aturdida solo escuchaba eso. Esa frase era la única información que tenía de
ese chico, ese tal Louis Tomlinson, el de El Foco.
Adam lo
describía con total frialdad y respeto. Ese chico parecía imponer a toda esa
gente de aquel barrio.
Mis ojos
cansados mirando por la ventana, observando cómo la gente abandonaba sus aulas
de segundo de bachiller para emprender camino a sus casas.
Sin embargo,
a fuera del instituto había revuelo. Más gente que de costumbre. El rugido de
unas motos hizo que mi sangre se congelase. Que no circulase más.
Ese sonido
del corazón de las motos me recordaron a él, a ese chico tan curioso que me
salvó de un baboso.
-Y con esto
acabamos el temario de hoy. Pueden retirarse.
El profesor
de latín daba permiso para recoger todo. Mi suave y largo pelo impedía ver con
exactitud donde encajar los libros en mi mochila. Estaba confusa. Esas motos me
habían confundido.
Algo me
hacía estar nerviosa, alguna razón que desconocía.
Insistía en
meter los libros en esa mochila negra la cual minutos después apoyaría en mis
hombros, pero eran intentos fallidos. Parecía como si mis ojos estuviesen
nublados, como si mi vista estuviese aturdida.
-¿Estás bien?
– Preguntó Alison apoyando su mano en mi espalda.
Voté
sobresaltada sobre mi sitio y giré la cabeza dejado deslizar mi cabello detrás
de ella. Mi respiración alborotada y mi pecho bajando y subiendo a toda
velocidad mientras encontré los ojos de Alison.
-Sí, estoy
bien. – Contesté, sin mucho autocontrol.
-Llevas toda
la mañana ausente.
-Tranquila,
Ali. Estoy bien.
Mi amiga
encogió sus hombros y comenzó a dar pasos hacia la puerta. Al fin mis manos temblorosas
cedieron y dejaron introducir mis libros en esa mochila. La coloqué sobre mis
hombros y me situé al lado de mi amiga.
-¿Qué tal el
fin de semana? – Preguntó.
-Bien.
-¿Sólo bien?
-Sí. Estuve
estudiando historia.
-Ya, ni
siquiera me llamaste para salir a tomar algo.
-No me
apetecía.
-Pero, ¿Te
pasa algo? Estás rara. Muy rara.
-Que no me
pasa nada, Ali. Estamos en época de exámenes, estoy totalmente centrada en eso.
-Parece que
el que vinieses conmigo allí te cambió, _____.
Mi
respiración se detuvo por un segundo cuando escuchó a mi amiga confesar eso
que, en cierto modo, estaba repleto de razón.
Esa visita a
ese lugar, ese chico… Sólo tenía eso en mi cabeza. Sólo habitaba el momento en
el que el chico agitaba su flequillo mientras daba largas caladas a su cigarro.
-Estás
equivocada, Ali.
La chica me
miró desafiante esperando a una respuesta más convincente. Pero retiré el
cabello que se interponía de nuevo en mi rostro metiéndolo detrás de las
orejas, y continué mi camino por el pasillo agarrando las asas de mi mochila
con ambas manos.
“Corre,
corre” Exclamaron un grupo de chicos al final del pasillo. Todos pasaron
corriendo a nuestro lado desplazándonos hacia atrás y casi haciendo que nos
chocásemos con las paredes.
-¡Qué
brutos! – Exclamó cabreada Ali.
Yo agarré
más fuerte mi mochila recuperándome del repentino sobresalto.
“Vamos,
vamos, hay pelea” De nuevo otro grupito de gente aparecía de la segunda clase
del pasillo, justo por donde nosotras nos encontrábamos pasando.
-¿Qué
demonios pasará? – Se quejaba Ali.
Mi mirada no
podía fijarse en lo alborotado que se encontraba en esos momentos el instituto,
sólo se centraba en él, él, él…
-Louis. –
Exclamó Alison.
En ese momento
mi cabeza se despegó del suelo y abandonó los pensamientos que en estos días
habían sido mi principal quebradero de cabeza.
Mi mirada
buscaba al chico del flequillo, al del cigarro, pero no dio con él. Era un
simple chico rubio de la segunda clase que parecía estar informado sobre lo que
estaba pasando en la entrada del instituto.
-¿Qué ha
pasado? – Insistía Alison.
-Más vale
que te des prisa, Adam está metiéndose de nuevo en movidas. – Contestó el
también llamado Louis.
-¡¿Qué?!
Joder, joder.
Alison soltó
su bandolera en mis manos y echó a correr por lo poco que nos quedaba de
pasillo.
Comencé a
apresurar mi paso para no perderla de vista. ¿En qué se habría metido ahora
Adam?
La gente
animaba a que continuase el enfrentamiento entre el hermano de mi amiga y
seguramente que otro chaval de su tipo.
Me ponía de
puntillas para observar el centro del corro que había hecho la gente pero no se
veía nada.
Sin embargo,
mi mirada se deslizó levemente hacia un hueco que habían abierto.
Corrí hacia
él y me situé en primera fila.
Alison
acababa de abrirse paso entre el mogollón de gente. Al fin salió hacia el
interior del círculo, donde se encontraba Adam y otro chico. El chico seguramente
que sería del mismo sitio que él: De EL Foco.
Mi corazón
parecía asustarse cuando pronunciaba en mi cabeza esas palabras, ese lugar. Parecía
acongojarse y querer refugiarse de todo lo que rodeaba ese sitio, pues no le
gustaba, ni siquiera me gustaba mí. Pero no podía negar que ese chico despertó
cierta curiosidad en mí.
-Adam, para.
– Rogaba Alison.
El chico
permanecía con los puños cubriéndose la cara y dispuesto a pegar a su oponente.
La gente animaba a que la pelea continuase.
-¿Estás
loca? Quítate de ahí. – Se quejó un chico de al lado de Alison.
-Gilipollas.
– Musitó la chica echándole una mirada de desprecio.
El primer
puñetazo del chico llegó a la cara de Adam. Mis ojos aumentaron de tamaño y use
la bandolera de Alison para cubrirme.
-Pero, ¿Qué
haces, subnormal? – Mi amiga se puso en frente del chico que había ofrecido un
puñetazo en la cara de Adam, el cual se encontraba con la mano en su rostro
debido al fuerte golpe. La gente se calmó y paró de animar. La mayoría estaba
callada.
-¿Quién eres
tú? – Contestó el chico.
-Soy su
hermana.
La boca de
ese chico esbozó una leve carcajada que contenía recochineo.
-¿Puedes
apartarte? – Pidió el chico.
-No. –
Contestó firme.
-Alison,
quítate. – Ordenó Adam recuperándose de su golpe detrás de su hermana.
-Adam, ¿Otra
vez? Estoy harta de ti, harta de tus estupideces.
El chico
ignoró la breve retahíla que acababa de ofrecerle su hermana. Depositó su mano
fuertemente en el estómago del otro chico, el cual cayó inmediatamente al suelo
retorcido de dolor.
Alison se
apartó sobresaltada, mientras que Adam se agachó para seguir ofreciendo
puñetazos en la cara del chico que yacía tumbado en el suelo, quizás inconsciente.
Mi amiga se
agarró en la espalda de Adam y le detuvo echándole hacia atrás.
El chico
continuaba con una cara de furia increíble, pero ya controlado gracias a Alison.
-¿Eres
idiota? Otra pelea más. Otra puta pelea más, Adam. ¿Cuándo va a acabar esto?
¡Dime!
La gente
comenzó a deshacer el círculo y a marcharse de la escena satisfechos. Había un
claro ganador: Adam.
Yo
permanecía sorprendida, abrazada a la bandolera de Alison que me cubría medio
rostro.
Un grupo de
gente vestida de negro se acercó a observar la situación. Unos acudieron al
chico que permanecía agachado en el suelo y otros acudieron a Adam y Alison.
Mi mirada se
centraba en la escena que había en el centro. Mis pies comenzaron a andar hacia
atrás para abstenerse lo máximo posible de esa situación, de esa gente, de ese
mundo.
Me alejé
como diez pasos y ahí me sentí segura. Pero no lo suficiente. Una leve brisa de
aire hizo que mi mirada se levantase hacia una dirección que nunca debió ir.
El chico del
flequillo, el del cigarro. Aquel chico tan previamente peligroso estaba ahí. O
al menos eso me parecía.
Pestañeé un
par de veces para asegurarme, pero no cabía duda. Permanecía apoyado en un
muro, vestido de cuero y con las mismas botas militares de hacía unos días. El
cigarro oprimido entre sus rosados labios y su flequillo cayendo levemente por
su rostro.
Mi descaro
hizo que él también levantase la mirada y diese con mi rostro, casi oculto.
Su
compostura en ningún momento se perdió, y soltó con fuerza y chulería ese humo
que había entrado previamente por su boca.
Parecía habérsele
dibujado una sonrisa, pero no estaba segura.
Me
incomodaba que me mirase, pero era todo lo que había pedido en el fin de semana.
Algo que por alguna razón desconocía. Pero ahí estaba él, estaba completamente
segura. Ahí estaba ese tal Louis Tomlinson.
perooo tiiiiaa!!! que fuerte.. me ha encantado !! espero ansiosa el martess!! ha sido increíble me lo he imaginado mazo como si fuera yo y .. oh dios como triunfa el flequillo de nuestro tommoo!! amorr a esta novela. <3
ResponderEliminarAmo infinito hacia esa novela <3
ResponderEliminarSiguela. Me encanto..eres una muy buene escritora. He leido todas tus novelas.
ResponderEliminarMe encanta como escribes. :3