[Terminada] El destino es caprichoso y más cuando se trata de algo como lo que pasará entre ______ y Louis Tomlinson. Una relación del pasado rápida, alocada, peligrosa que le llevó a ser quien no era. Todo acabó, pero no para siempre. Ambos estaban equivocados cuando prometieron no volver a verse.

jueves, 25 de julio de 2013

Capítulo 12.

Paró la moto en frente de la puerta del instituto. El tubo de escape aún permanecía soltando contaminación, pero el intimidante sonido ya no me causaba ningún tipo de sobresalto.

La chaqueta que me había dado Louis permanecía entallada en mi cuerpo.

Bajé de la moto y me situé delante de él. Le sonreí mientras él también se bajaba de la moto, apagándola y poniendo el soporte para que no se desplazase.

-Paso a buscarte a la salida. – Informó.
-Vale.
-Esta noche iré a El Foco. Me acompañarás, ¿no?

Fruncí el ceño mientras su flequillo era arrastrado por su mano hacia la oreja.

-¿____? – Insistía.
-Hace mucho que no vas. – Musité.
-Por eso debo ir hoy.

Encogí mis hombros viendo su rostro tan perseverante. Mi sonrisa se dibujó cuando sus ojos mostraron la obviedad de que mi respuesta sería afirmativa.

-Está bien. – Contesté.

El chico sonrió y apresuró mi cuerpo hacia el suyo, haciéndolos chocar.

-Tengo que irme, Louis.
-Luego nos vemos.
-Por supuesto.
-Ten. – El chico me ofreció un chicle.
-¿Para qué?
-Así nadie se percatará del olor a tabaco.

Sonreí. Louis me protegía mucho. Me cuidaba, cosa que nadie estaba haciendo.

Sus grandes manos se posaron en mis mofletes arrastrando mi cara hasta la suya, envolviéndonos en un dulce beso de despedida.

Su sabor a tabaco me encantaba, era lo que le caracterizaba.

Colgué mi bandolera sobre un hombro y eché a correr lanzándole un beso a distancia.

El chico sonrió y fingió cogerle y guardárselo en el bolsillo de su pantalón ceñido.

Mi sonrisa inmediata cuando vi a ese chico hacerlo.

Giré mi cuerpo y subí apresurada las escaleras ya deshabitadas. Llegaba tarde, pero no importaba. Ya nada me importaba. Sólo quería estar con él.

Atravesé el pasillo corriendo.

Me situé delante de la puerta de mi clase y, después de aclarar mi garganta, di dos golpecitos en la puerta, sofocada.

Las voces del profesor apresurándose a la puerta me avisaron de que estaría a punto de tirar de esta.
Estaba colocando mi pelo cuando él tiró del pomo. Su cara fue algo diferente a la de siempre.

-_____. – Musitó sorprendido.

Giré la cabeza en forma de insinuación y arqueé las cejas.

-¿Puedo? – Pregunté mascando fuertemente el chicle que minutos antes me había dado Louis.
-Llegas tarde… - Balbuceó sorprendido.
-Eso ya lo sé. Ahora, ¿Puedo pasar?

El hombre pasó su mano por su tupé y se retiró para que pudiese pasar a clase.

-_____. – Exclamó mi nombre cuando emprendí mi camino. – Al final de la clase quiero hablar con usted.

Encogí mis hombros y asentí a su propuesta.

Giré mi cabeza y encontré a todas las personas de mi clase mirándome. Todos sorprendidos.

Avisté un sitio al final de la clase y fui directa a él, atravesando los pequeños pasillos que formaban las mesas de los alumnos.

Los cuchicheos pasaron a un segundo plano cuando mi mirada y la de Alison congeniaron. Su cara de sorpresa y su cabeza ladeándose de incredulidad me sorprendió.

Aún tenía el valor de mirarme, después de haberme abandonado en un momento como este.

Aclaré mi garganta sentándome en el asiento. Mi boca no dejaba de masticar el chicle.

Alison giró su cabeza para dar otra vez con mi mirada. Mi gesto frío cuando la miré hizo que se girase lentamente hacia el profesor.

Apoyé la bandolera encima de la mesa y saqué los libros mientras mi móvil vibró en mi bolsillo.

Lo saqué cuidadosamente y lo apoyé en la mesa, refugiándolo con la bandolera.

Era un mensaje. De Louis.

“Mira por la ventana”

Mis ojos se abrieron y se inclinaron hacia la ventana. Era el chico que continuaba apoyado en su moto, tal y como se había quedado. Cuando nuestras miradas se juntaron, el chico me lanzó un beso como antes había hecho yo, con la intención de que lo cazase imitándole a él.

Y así lo hice. Fingí que lo cazaba y lo metí en la mochila. El chico sonrió cuando me vio hacerlo y subió a su moto, arrancándola.

Una carcajada al ver que se iba satisfecho salió de mi boca.

Toda la clase giró su cabeza al escucharla. Mi cara se quedó pálida.

Aclaré mi garganta y el profesor continuó su charla mandándome una mirada furtiva.

******

El timbre acababa de sonar y todo el mundo recogía sus cosas para cambiarse de aula. Yo hacía lo mismo.

Mi sonrisa no había desaparecido en toda la clase. Sin embargo, el ver a Alison irse de clase sin esperarme, me dolió.

-Señorita. – Replicó el profesor desde la otra punta.

Levanté mi cabeza y di con sus ojos.

-¿Puede venir aquí?

Terminé de meter los libros y acudí al profesor.

-¿Qué? – Musité cuando estaba lo suficientemente cerca.
-¿Hay algo que deba contarme? – Preguntó.

Mis brazos se cruzaron mientras masticaba más fuerte el chicle.

-¿Acaso es usted mi padre? – Contesté fríamente.

El hombre sonrió sarcásticamente mientras miraba a la ventana. Mi indiferencia hizo al profesor volver a mí.

-Esto es serio, ______. Estos últimos días has cambiado tanto. ¡El examen de historia ha sido desastroso!  Siempre has tenido buenos resultados, ¿Qué te está pasando?
-La gente cambia, profesor. – Contesté seca.

El hombre negó con la cabeza apoyando sus puños en la mesa, y mirándome fijamente.

-A la gente les cambian. – Musitó.

Un silencio incómodo se creó cuando el hombre pronunció eso.

-Me he enterado de lo de sus padres.
-¿Qué? – Repliqué. -¿Quién coño eres tú para meterte en mi vida?
-Tranquilízate.
-¡No me puedo tranquilizar! ¿Querías que me quedase para recordármelo?
-¡No! – Exclamó el hombre dando una fuerte palmada en la mesa. – Sólo quiero decirte que este no es el camino, ______.  
-¿Y a ti que más te da cual sea el camino? No te influye mi vida, joder.
-Tu método de vida actual no es el mejor…

Mis brazos se apretaron más cuando escuché eso.

-¿Y? – Dije.
-Mírate, por favor. Tú no eras así. ¿Enserio este es el futuro que quieres para tu vida? El chicle no te va a cubrir el olor a tabaco ni nadie va a jugarse el cuello por ti. Entiéndelo. 
-Louis sí que lo haría. Louis se jugaría el cuello por mí. Lo sé.
-Supongo que Louis será ese chico de la moto.

Fruncí el ceño cuando escuché al hombre decir eso.

-¿Cómo lo sabes?
-_____, tengo una propuesta. Conozco a una persona que puede ayudarte. Te escuchará y te aconsejará lo mejor para ti.

El hombre sacó un cacho de papel mientras me decía eso. Después, sus manos escribieron algo en él.

-Ten. – Tendió.

Miré el papel y vi un número de teléfono.

-¿Qué coño es esto? – Pregunté sobresaltada.
-Pregunta por Josh.
-No pienso llamar.
-Inténtalo.
-¡No! ¿Cómo coño te has enterado de todo esto que me ha pasado?
-Me lo ha dicho alguien. Alguien que está realmente preocupada por ti y quiere que te ayuden, ya que esa persona no ha podido.
-¿Quién? – Pregunté.
-Alison.

Mi cara se descuadró cuando escuchó a mi profesor pronunciar el nombre de esa chica.

Mi boca comenzó a derrochar rabia. Mis dientes juntándose mientras la rabia comenzaba a subir por mi cuerpo.

Esa chica estaba jodiendome. ¿Quién era ella para contarle eso a un profesor en derecho de abstenerse de estos temas? ¿Quién coño era ella?

Mi mano tiró de la puerta haciendo que esta recibiese un gran golpe en la pared.

Salí al pasillo mirando en todas direcciones. La vi.

-¡Eh tú! – Exclamé. –Alison. ¿De qué coño vas?

La gente detuvo sus conversaciones cuando me escuchó pronunciar en alto tono eso.

La chica estaba hablando con alguien. Era un chico. Alto y rubio. Ella permanecía sonriente junto al él.

Sin embargo, interrumpí el momento exclamando su nombre. La chica giró su cabeza dejando su pelo seguirla.

-¿De qué vas? – Repetí frente a ella.

Mi mirada desplazándose algo hacia arriba debido a la diferencia de estatura, pero eso no era problema para mí. En ese momento la rabia se apoderaba de mi cuerpo y de todo.

-¿Qué dices, _____? – Preguntaba perdida.
-Por qué coño le has contado a ese subnormal todo. ¿Quién te crees tú?

Su frente arrugada mirándome con incredulidad. Parecía no reconocerme. Ni siquiera yo lo hacía.

-Como una amiga que soy quería ayudarte.
-¿Amiga? ¿Tú mi amiga? Las amigas no van contando los problemas ajenos a gente totalmente fuera del tema. ¡Y mucho menos abandonan a sus supuestas amigas!
-Yo no he abandonado a nadie.
-¡Lo has hecho! Y encima vas contándoselo a todo el mundo. 
-Siento haberte querido ayudar, _____. - Dijo irónicamente, con un gesto de superioridad.


Mi rabia creció cuando escuchó eso salir de la boca de Alison. Sabía que en los próximos segundos, no sabría controlarme, y que la rabia me vencería. 


3 comentarios:

  1. Esta super buena la novelaaa!!
    ya sabes "PER-FECT!" jejejeej
    siguelaaa!!

    ResponderEliminar
  2. dioooss!!! es q lo dl beso de.. "oh cogelo y guardalo" es total. Y puff me dejas muy loca con el capitulo, lo sabes no?

    ResponderEliminar