[Terminada] El destino es caprichoso y más cuando se trata de algo como lo que pasará entre ______ y Louis Tomlinson. Una relación del pasado rápida, alocada, peligrosa que le llevó a ser quien no era. Todo acabó, pero no para siempre. Ambos estaban equivocados cuando prometieron no volver a verse.

sábado, 27 de julio de 2013

Capítulo 13.

-Me das asco. – La musité a apenas dos centímetros de su cara.
-Bien. – Contestó ella.

Mi respiración se aceleró. Tenía ganas de abofetearla delante de toda esa gente que estaba haciendo el círculo entre nosotras. Tenía ganas de desahogar mi rabia en alguien.

Toda esa gente que animaba la pelea me recordó cuando hacía un tiempo la pelea de Adam con el otro chico creó la misma expectación.

-¿Me vas a pegar o qué? – Insistió la chica sin achantarse.
-Si quisiera pegarte ya lo hubiera hecho. – Contesté.
-Mírate, tía. Das pena. – Musitó.

Sonreí sarcásticamente mientras mi cara reflejaba sorpresa al escuchar pronunciar eso a mi amiga.

Mi puño se levantó e iba a ir directamente a su cara. Ahora ya ni siquiera me frenaba el remordimiento del cual vendría acompañado ese puñetazo, o todos los que saliesen de mí.

Mi puño en el aire yendo directamente a aterrizar en la cara de Alison.

-¡Eh! – Exclamó alguien tirando de mi cuerpo para atrás. -¿Qué pretendes?
-Déjame. Suéltame.

Mi cuerpo pataleaba y forcejeaba con el del chico intentando salir de él. Mi voz gritaba con rabia. Mi garganta rasposa intentando convencer al chico que quería destrozarla sin ningún tipo de remordimiento.

Las manos que me rodeaban me soltaron con cautela en el suelo cuando me tranquilicé. Inmediatamente me giró hacia él cogiéndome las mejillas.

-Mírame. – Me exigía. – Vamos, mírame.

Mi respiración agitada mientras que la gente cuchicheaba por detrás.

-Tranquilízate. Ella dice que das pena, pero tú sabes que no es así. Yo confío en ti y sé que sabes controlarte.

Un chico rubio de ojos azules estaba posando sus manos en mis mejillas, pegando su frente con la mía y  susurrándome eso a apenas centímetros de mí. Su respiración podía notarla.

-Es repugnante. – Comenté.
-Tranquilízate, ¿Quieres? – Insistía aquel chico totalmente desconocido para mí.

Cogí una gran cantidad de aire y intenté tranquilizarme mientras la demás gente se metía para las clases, conscientes de que la supuesta pelea había acabado.

El chico alejó su cara de la mía, aún sin soltarme la cara.

-Soy Josh. – Musitó.

Sus manos por fin soltaron mi cara y dejaron humedad en ella. Mis ojos pestañearon un par de veces intentando cuadrar toda la situación.

-Y creo que tu profesor debió de darte algo que tenía que ver conmigo… - Añadió pasando sus manos por su pantalón vaquero.

Ese chico era algo más alto que yo. Su pelo era rubio y sus ojos azules penetraban. No tenían nada que ver con los de Louis, los suyos eran únicos. Sólo él era capaz de hacerme sentir única con una mirada.

De su hombro colgaba una bandolera de cuero marrón.

Cuando por fin le revisé capté lo que ese chico me lanzó.

-Sí. – Contesté. – Decía que me podías ayudar. Já. – Reí sarcástica.
-Claro. – Apoyó él. – Estudio psicología.

Fruncí el ceño revisándolo por segunda vez. ¿Un chico tan joven psicólogo?

-¿Cuántos años tienes? – Pregunté confundida.

El chico soltó una sonrisa cuando pregunté eso.

-Veintidós. Veintitrés en diciembre. – Musitó.

Volteé mis ojos cuando escuché decir eso.

-¿Y bien? ¿Me llamarás? – Preguntó el chico metiendo sus manos en los bolsillos.
-Tengo novio. – Contesté.

De nuevo Josh sonrió gracias a mi inesperada respuesta.

-No pretendo nada contigo. Eres demasiado malota para mí. Sólo te advierto que más te vale hacerlo por las buenas, porque te ayudaré a salir de esta.
-Si piensas que voy a llamar a un cura locos, lo llevas claro, chaval.

Mi cuerpo se dio la vuelta masticando fuertemente el chicle. No quería estar con ese chico más tiempo. A mí nadie me tachaba de loca.  

-Chst, eh.

Josh cogió mi brazo para impedir mi camino. Giró de nuevo mi cuerpo. Mi mirada se desplazó hacia el suelo, pero su dedo levantó mi barbilla para que nuestras miradas encajasen.

-No soy ningún chaval ya. – Pronunció. – Y tampoco soy un cura locos. A veces la gente simplemente necesita a alguien que le escuche.
-Curas a los locos y encima les sacas pasta. – Le interrumpí. – La verdad es que es un buen trabajo.
-Hace apenas dos minutos te he dicho que estudio psicología, no que sea psicólogo. 

Le miré frunciendo el ceño e intentando soltar mi brazo con su enorme mano rodeándola.

-No cobro a la gente por escucharla, es algo que hago en mi tiempo libre. – Informó. - Trabajo en una empresa.
-¡Me la suda! – Exclamé.

El chico apretó más fuerte el brazo.

-Josh, suéltame. – Exigí.
-¿Por las buenas o por las malas?
-Te he dicho que no pienso llamarte ni escuchar ninguna de tus charlas. A mí no me pasa nada. Yo soy feliz.

El chico soltó una carcajada algo sarcástica.

-Sé lo que te ha pasado.
-¡Alison…!
-¿Alison? A mí me llamó Frank, tu profesor. Somos amigos desde pequeños y creyó que tú necesitarías ayuda.
-Que me sueltes, joder.
-¡Te ha dicho que la sueltes! – Exclamó una voz al final del pasillo.

Nuestras cabezas se dirigieron a la entrada. La puerta estaba abierta y se veía a una silueta completamente vestida de negro y con unas botas enormemente grandes. Su cuerpo tan trabajado y su chaqueta de cuero fue lo que hizo darme cuenta de algo: Era Louis.

-¡Qué la sueltes, joder! – Gritó ahora más fuerte, sin moverse de ahí.

El chico me miró y poco a poco fue soltando mi brazo.

Mi mano se posó donde él había estado apretando y le miré como él se retiraba de mí, ladeando la cabeza.

Acudí rápidamente a los brazos de Louis que continuaba en la puerta.

Mis brazos pasaron por su cintura mientras mi cabeza se apoyaba en su pecho. Sus brazos rodearon mi espalda apresurándome contra él.

-¿Quién era ese? – Preguntó.
-Un idiota.
-¿Qué quería?
-Es psicólogo y quiere ayudarme.
-¿Ayudarte? ¿En qué?

Mi cabeza se retiró de su pecho y miró sus ojos tan cautivadores y azules como el primer día.

-Qué más da. – Musité sonriendo, protegida por sus brazos.
-¡No da igual, _____!

El grito de ese chico hizo sobresaltarme y alejarme un poco de él, borrando de inmediato la sonrisa.

-Louis, olvídalo… - Titubeé.

Su respiración agitada y su rabia en los ojos, mientras miraba la puerta por donde él había entrado minutos antes.

-Tranquilízate. - Le pedía. – Louis, por favor…

Un “puf” salió disparado de su boca y miró hacia un lado con desprecio. El chico comenzó a bajar las escaleras y yo me quedé quieta mirando como lo hacía.

-Louis, espera.

Me apresuré y acudí rápidamente a él, situándome a su lado y parándole.

-¿Acaso piensas que ese chico puede tener una posibilidad conmigo? ¿Acaso tenías miedo de eso?

El chico negó con la cabeza mientras sacaba un cigarro de su bolsillo y le prendía fuego.

Su mirada me confirmó que eso era lo que temía.

-¿Estás loco? – Le pregunté sonriendo. – Él no te llega ni a la suela de los zapatos. Tú eres el único al que quiero, el único.

Louis seguía sin ceder a mi verdadera confesión. Su mirada continuaba fija en mis ojos sin inmutarse.

-Trae. – Exigí. – Dame unas caladas.

Le arrebaté el cigarro y le dirigí a mi boca. El chico sonrió y comprendí que había conseguido convencerle y tranquilizarle.

-¿Qué ha pasado con Alison? – Preguntó.
-Esa hija de puta…
-Te lo advertí. Esa chica no es tu amiga.
-¿Cómo sabes lo que ha pasado?
-Adam me ha llamado. Dice que casi la abofeteas delante de todo el mundo.

Sonreí mientras expulsaba el humo de mi boca.

-Casi lo hago. – Confirmé.
-Eres increíble…
-Sin un pelo de inocente. – Musité.

El chico de nuevo me arrebató el cigarro y lo cogió con su dedo pulgar e índice. Dirigió la colilla a la boca y  comenzó a dar caladas.


-¿Y sabes? Pienso olvidarme del instituto, de bachillerato y de todo. Sólo quiero estar contigo, Louis. – Dije. – Solo. 


3 comentarios:

  1. Siguela!!! Me encanta tu novela. He leidos todas tus novelas. Son muy buenas. Me encanta tu novela. Besos :* :* :3

    ResponderEliminar
  2. Saaknxihbaijdcuebyfi
    Sube pronto
    Besos <3

    ResponderEliminar
  3. uff.. joshh!!!! mas mono el, psicologia! le pega si! ahahh GUAU, loo de la xaval llega al extremo eh!! esto es muy fuerte!

    ResponderEliminar