De nuevo el sonido de esas motos y la tenue luz en aquel rincón. No sé
cuantas veces habría visitado aquel sitio ya, pero las suficientes como para
que el rugido de las motos ya no intimidase en mi interior.
Louis y yo acabábamos de bajarnos de la suya. El chico quitó las llaves de ella y la dejó
aparcada donde siempre. Guardó sus llaves en el bolsillo y acudió hasta donde
yo le estaba esperando, para darme la mano.
Ambos comenzamos a andar. Mis vaqueros ceñidos negros acompañaban a mis piernas.
La chaqueta de cuero aún decoraba mi cuerpo.
Nuestros dedos entrelazados. Empezamos a andar hacia el círculo donde
estaría todo el mundo. Su mano apretando sumamente fuerte la mía.
La mirada de la gente estaba clavada en nosotros. Las chicas
cuchicheaban envidiosas y los chicos babeaban a nuestro paso.
¿Por qué a todo el mundo le causó tanta sensación que Louis llegase con
una chica? Mi ceño fruncido continuó acompañando a los pasos de Louis durante
todo el rato.
-¿Por qué nos miran así? – Pregunté mientras caminábamos.
-No están acostumbrados a que salga con chicas. – Contestó.
-¿Nunca has tenido novia?
-Sí. Pero no la traía a menudo aquí.
-¿Y por qué a mí sí?
El chico sonrió mientras relajó el paso. Bajó su mirada para dar con la
mía gracias a la diferencia de altura.
-Porque tú eres especial. – Susurró. - Todas ellas te tienen envidia, y
todos ellos se matarían por tenerte esta noche en su cama.
Las palabras que estaba pronunciando Louis no las entendía por completo.
¿Por qué iban a matarse?
-Pero tú eres mía. – Susurró inclinándose hacia mi oído. – Sólo mía.
Asentí con la cabeza algo aturdida y con una falsa sonrisa.
No entendía por qué todos esos chicos querrían estar conmigo, ni por qué
todas esas chicas querrían ser yo. Louis detrás de esa fachada de chico malo y
chico imponente, era dulce, atento, cuidadoso… Y algo posesivo.
Llegamos al círculo y todo el mundo fue a saludar a Louis, mientras yo
me quedé algo al margen.
Las manos de los chicos chocaban con las de él mientras su sonrisa era
amplia y sus ojos permanecían en un gesto amable.
-Hola. – Musitó alguien.
Giré mi cabeza en el sentido de esa voz y mi mirada dio con una chica
de estatura mediana,
los ojos los tenía ojos marrones, quizás fuesen un poco más claros, pero la
tenue luz impedía saberlo con certeza. Su pelo era largo, liso y castaño, con
algunos mechones castaño claro. Sobre su frente caía un peinado flequillo
hacia el lado. Vestía con un jersey negro y con unos vaqueros azul marino. Sus
pies eran decorados por unas botas también negras.
-Soy Silvia. - Añadió mientras yo continuaba examinándola con la mirada.
-Hola. – Titubeé. – Yo soy _____.
-¿Eres la novia de Louis? – Preguntó sin ningún tipo de adorno.
Asentí con la cabeza arrugando la frente.
-Guau, tenían razón.
Esa chica parecía tener algo de inocencia en su aparente físico de
malota.
-¿Quién tenían razón? – Pregunté curiosa.
-Mis amigas el otro día te vieron besarle. No me creía que Tommo tuviese
novia. Es tan…
-¿Tan…?
-Olvídalo. ¿Te hace feliz?
-Claro.
-Entonces, olvida todo.
Negué con la cabeza con un gesto de incredulidad mientras esa chica daba
un largo trago a ese vaso que tenía en sus manos.
-¿Quieres que te presente a mis amigas? Parece que Louis está ocupado… -
Me sugirió.
-Claro. – Acepté.
La chica sonrió y indicó con su cabeza la
dirección. Comenzó a andar y yo apresuré mi paso para no perderla.
Tras unos dos minutos esquivando gente, llegamos junto a una chica que
vestía con un estilo semejante al de Silvia. Cuando ésta se giró, me percaté de que
era Judith, la novia de Adam.
-¿Y las demás? – Preguntó Silvia.
-Se han ido con a zorrear… - Musitó desganada.
Su mirada dio con la mía. Parecía no acordarse de mí durante unos
segundos, pero luego se percató y su cara cambió a un gesto de sorpresa.
-¡____! – Exclamó. - ¿Eres tú? ¡Parece mentira! El otro día ibas con
otro estilo diferente. Este pega más con este sitio, nena.
-Hola, Judith. – Musité ignorando todo lo demás que había añadido.
-¿Os conocéis? – Preguntó Silvia.
-Sí, hablamos el otro día. – Contestó Judith.
-Teníais razón. – Añadió Silvia. – Ella es la novia de Louis.
-¡Yo ya lo sabía! – Exclamó de nuevo Judith. - Es un buen perfil para
Louis, ¿no crees?
Silvia asintió riéndose junto a Judith. Yo, sonreí uniéndome, aun que no
estaba atendiendo con todos mis sentidos a la conversación. En mi cabeza
continuaba una duda: ¿Por qué se habría sorprendido tanto Silvia cuando le dije
que era la novia de Louis?
-¿Quieres?
Judith hizo que abandonase un momento mi burbuja. La chica tenía en su
mano una pastilla. Fruncí el ceño y negué con la cabeza decidida. Podía beber y
fumar, pero jamás tomaría pastillas. Jamás.
-¿Enserio? – Replicaba la chica. – Pareces preocupada, no pasará nada.
-No, de verdad. Gracias.
-Bien, pues al menos toma.
La chica cogió un vaso de plástico de la mesa de detrás de ella y echó
vino en él.
Su brazo se extendió y yo rodeé el vaso con mis manos.
-Gracias. – Agradecí mientras daba tragos largos.
La verdad me hacía falta beber algo, estaba sedienta. Mi mente estaba
tan aturdida que me estaba empezando a doler la cabeza.
-Creo que te están llamando. – Pronunció Silvia señalándome el bolsillo
del pantalón.
La pantalla de mi móvil estaba encendiéndose y apagándose, anunciando
que alguien estaba intentando contactar conmigo. Seguramente fuese mi madre
insistiendo otra vez para que le cogiese el móvil.
-¿No vas a contestar? – Insistió la chica.
-Será mi madre. – Contesté.
-¡Vamos! Cógelo. Quizás te necesite.
Cogí aire e introduje mi mano en el bolsillo tan pegado a mi pierna. Me
retiré algo de esa aglomeración de gente y llegué a un lugar donde ellas no me
vieran colgar el teléfono.
Miré la pantalla y me ya había colgado. Me sorprendí cuando vi tantas llamadas perdidas. Mi
estómago dio un pinchazo y la imagen de mi madre llorando apareció como un
flash en mi mente. De nuevo llamaba. Quizás debería cogérselo.
Solté el vaso encima de un muro y arrastré el dedo sobre la pantalla
para contestar la llamada.
-¿Sí? – Balbuceé.
-¿Dónde estabas, _____? Te he llamado muchísimas veces. – Exclamaba mi
madre desesperada. – Pensaba que te había pasado algo.
-Estoy bien. – Contesté seria y seca.
Un silencio incómodo mientras mi madre recobraba el aliento.
Tragué saliva replanteándome si preguntarla por su estado de ánimo, pero descarté la idea. No se merecía que me preocupase por ella.
-¿Dónde estás? Se oye mucho jaleo. ¿Estás con Alison?
Reí sarcásticamente. Claro, ella no sabía nada.
-Estoy con mi novio, mamá.
-¿Novio? ¿De qué hablas?
-Ha sido la única persona que no me ha abandonado. Todos los demás lo habéis
hecho.
-¿Has bebido? ¡Tu voz no eres así!
-Yo no era así, mamá. Pero no me habéis dado más opciones. Mi vida ahora está bien.
-¿Estás loca? ¿Dónde coño estás metida, _____? – Exclamaba casi saliéndose
de sí.
-Adiós, mamá. No me vuelvas a llamar, por favor.
Tragué saliva con lágrimas en los ojos y colgué el móvil despacio. Mi
mano apagándolo y metiéndolo en el bolsillo cuidadosamente.
Mis manos pasaron por mi rostro retirando las lágrimas. Rabia invadía mi
cuerpo. No debería de haberla contestado, todo estaba bien. ¡Joder! Ahora me
había jodido.
Mi pierna dio una patada al muro descargando con fuerza mi rabia.
-¡_____! – Gritaron detrás de mí.
Mi cabeza fue en dirección al grito. Un cuerpo se apresuraba rápidamente hacia mí.
Era Louis y su gesto no era exactamente de amabilidad.
-¡Louis! Te necesito…
El chico ignoró mi delicado estado y cogió con fuerza mi brazo empotrándome contra el muro.
Mi respiración se congeló cuando su cara mostraba rabia.
-¿Dónde coño estabas? – Preguntó bruscamente. - ¿Y con quién coño
hablabas? ¡Te he estado buscando por todos los sitios y no había ni rastro de
ti!
Mis ojos abiertos, llenos de lágrimas y mi corazón latiendo deprisa. Mi cuerpo
temblaba debido a la reacción tan dura que estaba recibiendo de Louis.
-¡Dime! – Insistía.
Continuaba empotrada contra el muro donde minutos antes mi pie fue a
parar.
-Louis, tranquilo… - Pronunciaba asustada.
-¿Estabas ligando con otro? ¿O estabas hablando con el inútil de esta
mañana?
-Louis, me haces daño.
-¡Contesta! – Gritaba.
-¡Louis, joder! Me estás haciendo daño.
Mis lágrimas resbalaban aún por mi cara. El chico soltó lentamente mi
brazo y mi respiración y palpitaciones volvieron a su ritmo normal.
El chico me miró arrepentido, incluso las pupilas de sus ojos volvieron
a su tamaño normal.
-Lo… lo siento, no quería… - Se disculpó.
-Me fui con una chica que conocí, Silvia. – Titubeé. – Y estaba hablando
con mi madre…
Mi voz temblaba gracias a la tensa situación que había vivido con Louis.
El chico me abrazó cuando escuchó pronunciar a mi boca eso. Por una vez
no sentí protección en uno de sus abrazos. Mi cuerpo contenía el miedo de su
violenta reacción.
Louis sujetaba mi cara pegando
su frente con la mía. Sus ojos miraban a los míos.
-No te vayas de nuevo de mi lado sin avisarme, ¿Vale? Me he asustado. – Pronunciaba.
– No me permitiría perderte. Te quiero demasiado como para eso.
Tragaba constante saliva. Asentí con la cabeza a la petición de Louis. Ahora,
mi cabeza intentaba a asociarlo al alcohol que el chico había ingerido. Él
nunca me haría daño. No podría…
PD. Nerrys! Si tenéis instagram, seguidme, doy followback! http://instagram.com/Sttories1D
Increíble, me encanta. Siguiente ya por favooooor!!
ResponderEliminarPD: Te amoooo ;)
ASDFGH
ResponderEliminarQuiero el siguiente ^_^
Besos <3
ahh!! estoy flipand pero.. que estara pasando?! por q ven raro q lou este con alguien?? muy protector quiza?! Oh diooosss!! PD: Solo un capi y me pongo al dia YUJU! ahhha
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