[Terminada] El destino es caprichoso y más cuando se trata de algo como lo que pasará entre ______ y Louis Tomlinson. Una relación del pasado rápida, alocada, peligrosa que le llevó a ser quien no era. Todo acabó, pero no para siempre. Ambos estaban equivocados cuando prometieron no volver a verse.

martes, 16 de julio de 2013

Capítulo 4.

-No, gracias. – Me negué.

El chico arqueó las cejas cuando me negué definitivamente a probar el cigarro.

Después, se acercó la colilla a sus labios y de nuevo aspiró hacia adentro.

-¿Nunca lo has probado? – Preguntó reteniendo el humo en su garganta.

Ladeé la cabeza y miré el suelo inocente.

El chico sonrió. Después soltó el humo.

-Yo lo hago demasiado. – Añadió.

Arqueé las cejas en forma de evidencia y, de nuevo, miré al suelo entrelazando mis manos, poniéndolas delante de mi cuerpo.

El chico parecía estar mirándome, de nuevo apoyándose en el muro.

Levanté la mirada y le vi sonriente. Me estremecí cuando sus ojos chocaron directamente con los míos.

-Yo… me voy a casa. – Dije.
-¿Ya? ¿No te quedas un rato?
-No. Me tengo que ir.
-Entonces, te acompañaré. Este lugar es algo peligroso.
-No hace falta.
-Insisto.

Cogí aire. La insistencia de ese chico hizo plantearme si de verdad podría decirle que no. Pero pareció intimidarme lo suficiente como para impedir que mi boca crease un monosílabo de negación.

El chico sonrió gracias a mi paralización. Su flequillo persiguiendo su cabeza cuando esta se agitó.

-Vamos, te llevaré en la moto.
-¡¿Qué?! – Exclamé. –No, no. Mejor me voy sola, Louis.
-Me llamaste Louis. – Pronunció sonriendo.

Fruncí el ceño y le miré asintiendo.

-Queda bonito mi nombre en tu boca. - Añadió.

Me ruboricé al escuchar eso. Parecía que ese chico sabía perfectamente qué hacer para esquivar un tema.

-Me iré en taxi. – Insistí.
-No lo harás. Te llevaré.

Comenzó a andar. Miré sus botas enormes y negras pisar el asfalto tan desgastado, con marcas de ruedas de motos.

Me desplacé rápidamente cuando escuché aparecer dos motos en frente de mí. El rugido de los motores me avisó y pude desplazarme a tiempo.

Mi boca entreabierta miró al final de la siniestra y oscura calle, siguiendo el camino de las motos. Esos chicos no llevaban casco e iban a máxima velocidad. 

Sin embargo, el sonido de un eco al final de esa calle, me hizo intimidarme y apresurar el paso hasta donde Louis estaba.

Sonrió cuando me situé a su lado.

-Creo que odias esto. – Musitó riendo.
-No lo hago. – Contesté.

El chico comenzó a andar hacia el círculo donde siempre había una gran cantidad de gente.

Mi mirada se desplazaba detrás de ese torso vestido con una chaqueta de cuero y decorado con una camiseta ancha blanca, mostrando su tatuaje en la parte de la clavícula.

-Te intimidan. – Comentó.

Le miré con los ojos abiertos y encogí mis hombros.

-No estoy acostumbrada a sitios como este. - Contesté.

El chico sonrió a mi comentario tan inocente. De verdad lo era. Por aquel entonces prometo que era la persona más inocente que había en la faz de la tierra.

La gente del centro miraba a Louis como caminaba a mi lado. Comenzaron a cuchichear pero él ignoró todo. Parecía tener un gran nivel de imponencia en esas personas.

-Monta. – Mandó.
-Louis, no…
-Vamos, no pasará nada. Estoy contigo. – Dijo montándose en la moto.
-Pero nunca he montado en ninguna moto.
-Siempre hay una primera vez.

El chico se desplazó encima de la moto hacia adelante, para dejarme un hueco y subirme con él.

Cogí aire y alcé mi pierna derecha para colocarme detrás de él.

-Buena chica. – Susurró, de nuevo.

Mis mejillas ardían después de ese comentario, mientras mis ojos observaban como él levantaba su chaqueta de cuero.

-Agárrate aquí. – Me propuso señalando a su cintura.

Mis manos se acercaron lentamente a su cuerpo. El mío sintió un leve escalofrío cuando mis manos hicieron contacto con su torso.

Sus manos se posaron en el manillar de la moto. Giró con su mano una parte de éste y mi respiración se paró por un segundo. Retomó aire cuando el chico desplazó la moto hacia atrás y bajó el soporte para comenzar a andar con ella.

******

-¿Aquí? – Preguntó Louis situándose en la rotonda de tierra cercana a mi casa.
-Sí. – Contesté. – Gracias.
-No hay de qué. – Musitó sonriente.

No entendía por qué Adam me lo había descrito como un chico oscuro y serio. Conmigo al menos no lo era.  Parecía simpático, amable y generoso.

Sonreí mientras me bajaba de la moto y recolocaba mi bolso en su sitio.

-¿Volveremos a vernos? – Preguntó cuando aterricé completamente en el suelo.

Mis cejas se arquearon en símbolo de sorpresa cuando escuché preguntar eso a Louis. Mi mente pensó por un momento en qué contestarle, pues tenía ganas de volverle a ver y aún no se había ido, pero algo dentro de mí me decía que no debía de hacerlo.

-No lo sé. – Contesté.
-Dame tu teléfono, al menos.
-¿Bromeas?
-Es la única manera de saber de ti.
-Louis, no te lo pienso dar, te acabo de conocer.

Se encogió de hombros sin insistir más sobre mi número de teléfono. Fruncí el ceño cuando de nuevo subió uno de sus pies a la moto, sujetando todo el peso con el otro.

-Te aseguro que nos volveremos a ver. – Contestó.

Después, guiñó un ojo y comenzó a andar con la moto.

******
Tres días después.

Caminaba con mi mochila en la espalda. El sol penetrando el asfalto de mi calle hacia que se desprendiese algo de calor en él.

Caminaba mirando al suelo, dando leves patadas a una piedrecita pequeña. Pensaba en mis cosas.

Exámenes, exámenes, y más exámenes. No debería tener otro motivo por el que estar preocupada, pero me sorprendía a mí misma cuando me daba cuenta de que lo tenía.

Un fuerte golpe a la piedra con mi pie fue a parar a otro pie grande, que la paró.

Levanté mi cara para observar de quien se trataba. Ahí estaba de nuevo él. Su flequillo de nuevo cayendo por su frente, su media sonrisa adornando su rostro. Mis cejas juntándose al verle de nuevo en la rotonda peatonal del otro día.

-Hola. – Pronunció cuando me acerqué.
-¿Qué haces aquí?
-Pareces enfadada, ¿te pasó algo?
-Pregunté yo primero.
-Te aseguré que nos volveríamos a ver.
-¿Cómo sabías que pasaría a esta hora por aquí?
-Casualidad.

Mis ojos se voltearon y volvieron a los suyos, que me miraban intimidantes.

-¿Quieres? – De nuevo me ofreció un cigarro.
-No.
-Vamos. Pruébalo y dejaré de ofrecerte.
-Estás loco. No pienso probar eso.
-Inocente… - Susurró prendiéndole fuego a la colilla.
-No lo soy, Louis.
-Lo eres, sino darías una calada a este cigarro.
-¿Pones en duda que no soy capaz de hacerlo?
-Es más, lo afirmo.

Con mi ceño fruncido de rabia, arrebaté el cigarro de la mano de Louis y me lo llevé a la boca, aspirando demasiada cantidad de humo, llenando mis pulmones de droga.

Solté rápidamente el humo cuando un gran ataque de tos me invadió.

El chico sonreía gracias a mi estado.

-¿Estás bien? – Preguntó sonriendo.
-Sí. – Contesté yo tendiéndole el cigarro de nuevo.

Regresé a mi posición normal y le miré como daba caladas fáciles. ¿Cómo lo haría?

-¿Capaz o incapaz? – Pregunté.
-Buena chica. – Contestó. – Te ganaste algo.


El chico se aproximó a mí y pasó su mano por debajo de mi mochila, posándola en mi cintura. Acercó mi cuerpo a su torso y se agachó para posar sus labios en mis labios. Un suave y peculiar beso, con sabor a tabaco.


2 comentarios:

  1. Me encanta!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    Algún día podrías hacer una especie de maratón? Es decir, subir 2 capítulos el mismo día?
    Es que... ESTA SUPER INTERESANTE!!!!

    ResponderEliminar
  2. emm lo de agarrate y se levanta la chaqeta.. 3MSC te matoo!! el fleqillo d Lou, la forma en la q lo describes.. *__* ah y sus guiños.. Guau me estremezco. PERO VAMOS A VER recibe un beso de louis.. en serio?!! una calada de su cigarro..!! BUENAS CHICA.. (yo) Genial capitulo PD: me esta gustando muchisimo la novela pero.. me encantaria leer la d liam. Con cada capitulo se me pondrian los ojos vidriosos. Estoy mas que segura GRACIAS POR TODO!

    ResponderEliminar