[Terminada] El destino es caprichoso y más cuando se trata de algo como lo que pasará entre ______ y Louis Tomlinson. Una relación del pasado rápida, alocada, peligrosa que le llevó a ser quien no era. Todo acabó, pero no para siempre. Ambos estaban equivocados cuando prometieron no volver a verse.

martes, 22 de octubre de 2013

Capítulo 58.

-¿Dina? – Pregunto.
-¿Sí? – Replica ella.
-Soy ______. – Digo.
-Hola, cielo. ¿Quieres algo? ¿Alguna duda o…?
-No. No es nada de eso. Quiero pedirte un favor.
-Mmm, sí. Claro. Dime.
-Lleva a Louis a la puerta de su antiguo portal, con los ojos tapados. Por favor. Hazlo.
-¿Puedo preguntar para qué?
-No. No hay tiempo de explicaciones. Invéntate lo que sea, lo primero que se te venga a la cabeza. En media hora tiene que estar aquí, por favor.
-Está bien, está bien. No entiendo por qué tanta histeria.
-Ya lo entenderás.

Cuelgo el teléfono y oigo el timbre de la puerta.

Atravieso corriendo el pasillo intentando no caerme, apoyándome en las paredes de gotelé.

Mis pies se frenan al llegar al pomo de la puerta.  Abro.

-Buenas tardes, señorita. – Dice un hombre elegante y vestido de negro.
-Buenas tardes. – Digo mientras sonrío.

Me aparto y le abro paso. El hombre me sonríe y pasa mientras que yo sigo su aroma. Huele muy bien.

-Al final. – Le digo.

El hombre se echa a reír y yo frunzo el ceño.

-Conozco mejor esta casa que la mía propia. – Dice, mientras anda hasta el salón.

Giro el labio y me culpo por no haberme dado cuenta de que él vendía esta casa.

-Tome asiento, por favor. – Le digo.

El hombre retira la silla y se sienta en la mesa para seis personas. Yo hago lo mismo con la silla de enfrente.

Alison salta del sofá y se sienta a mi lado. La sonrío cómplice y sin saber muy bien qué diablos estoy haciendo.

El hombre abre el maletín encima de la mesa y saca unos papeles.

-Traje lo que pidió. – Dice.
-Sí, muchas gracias, señor.

Saca un taco de folios y los cuadra antes de dejarlos encima de la mesa. Después, abre el bolsillo exterior del maletín y saca un boli, pulsando la parte trasera para que salga la punta.

-Puede leerlo. – Dice. – Ahí abajo pone el precio final.
-Sí. – Digo. – Perfecto.

Abro el baúl que hay en el centro de la mesa y saco un taco de billetes. Los pongo enfrente y los voy revisando, pensando en la hipoteca que tendría toda mi vida. Pero da igual. Prefiero tener encima una hipoteca a arriesgarme a perder al amor de mi vida.

El hombre coge el dinero que yo le tiendo, con miedo, y sonríe mientras que lo cuenta.

Miro como su cara es algo triste y su gesto cansado. Frunzo el ceño pensando en que los años acaban con todo, incluso con la felicidad. ¿Tendrá mujer, hijos? Encojo mis hombros mientras que pienso que ese hombre, quizás, es así de infeliz porque no quiso arriesgar a declararse cuando de verdad podría haberlo hecho. ¿Y si por miedo no le dijo a la chica que de verdad quería que estaría en todo momento con ella? Sigo mirándole a los ojos, concentrada en mi mente.

-Señorita. – Reclama.
-______. – Me dice Amy, acompañada de un codazo.
-Sí, sí. Perdonad.

El hombre arquea las cejas y me tiende el bolígrafo.

-Tiene que firmar aquí, aquí, aquí y… aquí. – Dice señalando con el dedo índice.

Asiente y, sin pensármelo dos veces, firmo en todos los sitios donde el hombre me pide

Cierro el bolígrafo y se lo tiendo. Sonrío débilmente y le miro de forma cómplice.

-Enhorabuena señorita. Esta casa ya le pertenece.

Aprieto los puños debajo de la mesa en forma de enhorabuena. ¡Era mi casa! ¡Mía! Y… si todo iba bien, de él. De él también lo era.

El hombre se levanta y Alison y yo le acompañamos hasta la puerta. Cerramos cuando el hombre baja por esas escaleras viejas y antiguas y miro a Alison, celebrando que por fin era mi casa. Mía.

-¡Mía! – Exclamo.
-¡Tuya! – Dice.

Me abalanzo sobre ella y la abrazo, fuertemente.

-Y ahora, ya sabes que debes de hacer. – Insinúa.

Me ha contado de camino hacia aquí, que hace unos días que Adam le confesó todo. A ella y a su madre. Me alegro en mi interior de que al fin sean una familia unida, porque a partir de ahora, lo serán.

Me muerdo el labio y asiento. No puedo evitar pensar que mi corazón se va a salir por la boca.

-Me iré bajando. Si necesitas algo…
-Gracias, Ali. Muchas gracias.

Ella sonríe y me besa la mejilla.

-No hay de qué, no debes dármelas.

La sonrío y, sin querer soltarle la mano, la chica abandona el piso.

Sí, aquel piso de El Foco en el que me desperté tras una noche de borrachera en aquel rincón tan oscuro y siniestro de la ciudad.

Sí, aquel piso en el que viví y compartí tantos y tantos momentos con Louis, en las paredes de aquel pequeño piso con tres habitaciones y un pasillo enorme, con un salón al final y una cocina al principio, con un cuarto de baño para cada uno y con mucho, mucho, mucho amor entre estas paredes.

Suspiro mientras ando descalza por el parqué. Este piso ahora es mío. Y de él. Es nuestro.

Mi móvil comienza a vibrar en el bolsillo. Es Dina.

-Hola, Dina.
-Hola. Estoy abajo, aparcada en el coche. Él está con los ojos tapados y casi desquiciado. ¿Qué hago?
-¡Oh Dios mío! Ha venido…
-Me ha costado mucho, pero creo que te debo todos los favores del mundo. – Dice Dina. - Sabes lo perseverante que soy.

Sonrío a su ingeniosa respuesta y tomo aire.

-Llévale a donde vivía antes, por favor. – Digo.
-¿Dónde?
-A la puerta de la casa donde vivía antes. ¡Vamos, Dina!
-Está bien, está bien.
-Tose cuando estéis en el rellano e intenta que aún no se destape los ojos.
-Tranquila, le tengo bien vigilado.

Sonrío y cuelgo.

Los nervios quieren salirse por la garganta. Ojalá que todo lo que tengo planeado salga bien.

Miro a mí alrededor y no puedo evitar recordar todo lo que vivimos entre esas paredes…
Suspiro.

Necesito tenerle otra vez. Necesito que no se vaya, que me quiera, que me proteja y que tenga por seguro que no es lo que él cree para mí.

Minutos después, mientras estoy apoyada en el radiador de la entrada, suena una tos en el rellano.

Me pongo erguida en ese mismo instante y me coloco de un salto enfrente de la puerta. Cojo el pomo y lleno mis pulmones de oxígeno esperanzador.

Abro. Ahí está Louis. Sonrío al verle. Tiene los ojos tapados con un pañuelo grueso negro, y tiene una sonrisa, que es lo único que se ve en su rostro. Eso y los orificios de la nariz.

Quiero soltar una carcajada pero me controlo al saber que metería la pata.

Dina me mira confusa.

-¿Lo has comprado?  - Pregunta, susurrando.

Asiento mordiéndome el labio y ella abre los ojos a más no poder, pensando seguramente que estaba realmente loca.

Lleva su palma de la mano a la frente y niega con la cabeza.

-¿Dina? ¿Dónde estoy? – Dice Louis, con su voz tan encantadora como siempre.

Mis pupilas se abren demostrando que el amor hacia él es completo y en total lealtad.

Su voz, su sonrisa, su pelo. Le tengo delante de mí de nuevo, y con más ganas que nunca de besarle y arriesgar todo lo que tengo para tenerle solo a él.

-Me encargo yo. – Susurro.

Dina, aún en shock, asiente e intenta cuadrar toda la situación.

Le tiendo la mano, consciente de que no me la va a dar, ya que no me ve. Dina lo capta.

-Dame la mano. – Dice Dina, fingiendo que soy yo.

Sonrío agradeciéndole el gran trabajo que ha hecho.

-Gracias. – Vocalizo. - Adiós.

La chica me dedica una sonrisa y yo siento el tacto de la mano de Louis en la mía. Un escalofrío recorre mi cuerpo y aprieto sus mano hasta sonar sus nudillos.

-¡Ah! – Se queja. – Dina, me haces daño.

Sonrío por lo bajo y le hago entrar en el piso, cerrando la puerta tras él.

-¿Qué ha sido eso? ¿Una puerta? – Pregunta. – Dina, me estoy cansando de este absurdo jueguecito.

Rodeo su cuerpo, sin soltar su mano, y pongo en frente de él, mordiéndome nerviosa el labio.

-¡Dina! – Regaña. – Como no me digas donde estamos me quito el pañuelo.

No digo nada y espero a que se enfade de verdad y se lo quite él solo.

-A la de una, a la de dos y a la de…

-Tres. – Decimos a unísono.

El se baja el pañuelo con la mano que no agarra la mía y, lo que tarda en aterrizar la tela en su cuello, tardo yo en cogerle la cara con mis palmas y acercarle a mi rostro, dándole un dulce beso en los labios.

No cierro los ojos y observo como los suyos se agrandan cuando ve mi reacción. Dudo que me haya visto y que sepa quién soy.

El chico pone las manos en mi vientre y me aleja de él, tomando aire cuando consigue dejar distancia entre nosotros.

Su boca se agranda cuando ve quién soy. Mira a su alrededor y ve lo que es.

Está totalmente desconcertado, y parece que no sabe qué hacer.

Da una vuelta sobre sí mismo mientras yo le miro juguetona desde un ángulo alejado de él.

-¿Qué coño es esto? – Me pregunta, quitándose el pañuelo del cuello y sacándoselo por la cabeza.
-Mi casa. – Digo.
-¿Tú casa? – Replica. - ¿Cómo que tu casa?  ¿Y qué diablos haces aquí? Yo estaba con Dina.
-Era la única opción que me quedaba para verte… - Digo, no muy contenta con su reacción.
-¿La has comprado? – Pregunta.
-Sí.
-¿Es tú casa?

Asiento ante sus expectativas preguntas.

-¿Cómo diablos has comprado la puta casa? ¿Por qué?
-En teoría te la he comprado. – Digo.

El chico se descoloca más cuando le digo eso. Frunce el ceño y arruga el pañuelo con el puño.

-¿Cómo? – Pregunta.
-Esta casa es tuya, Louis. Y sólo será mía si tú quieres que lo sea.
-¡¿La has comprado para mí?! – Exclama, sin dar abasto.
-Sí, Louis. Esta casa es tuya. O nuestra, tú decides.
-Pero, ¿Estás loca? – Pregunta. - ¿Cómo diablos me has comprado esta casa? ¿Con qué dinero? Oh, dios mío…
-¿Qué más da el dinero? Louis, esto es una muestra de que quiero ser feliz contigo. Quiero ser contigo, simplemente eso.

El chico sigue boquiabierto mientras yo pestañeo, intentando cuadrar algo que tenga sentido y decírselo.
Louis pasa sus manos por el rostro, una de ellas con el pañuelo. Toma aire y me mira, mientras mis ojos tienen una llama de esperanza.

-Dina… - Susurra.
-¿No te ha gustado? – Pregunto.

Sacude la cabeza mientras mira a su alrededor, supongo que recordando todo lo que vivimos.

-Esto es nuestro, Louis. Tuyo y mío. Sólo.
-Es una locura…
-¿No te das cuenta de que soy capaz de cualquier cosa por estar contigo? ¡Te he comprado una casa, Louis! Si soy capaz de eso, soy capaz de cualquier cosa para demostrarte que necesito estar contigo.

El chico niega con la cabeza y traga saliva, notando como ésta baja por la garganta.

Meto la mano en mi bolsillo y saco un par de llaves en un llavero. Se las tiendo y él las mira.

-Te agradezco el gesto, _______ pero no puedo aceptarla.

Mis ojos se agrandan y muevo la mano para que él mire de nuevo a las llaves, intentándole hacer cambiar de opinión.

-Creo que es lo más bonito que alguien ha hecho por mí en toda mi vida. – Dice mirando todas las paredes, en la entrada del pasillo. – Y no creo que nadie en toda mi vida pudiese tener la cabeza tan sumamente loca como tú para comprarme una casa, esta casa en concreto… A mí. Pero no, no puedo aceptarla.
-¡¿Cómo no la vas a aceptar?! – Exclamo.

Muerde su labio inferior y yo le miro, con el miedo en mi pecho.

-Vamos Louis, coge las llaves…

Niega con la cabeza y yo me quiero morir.

-Te dije que no soy lo que te mereces. Una casa no me va a hacer cambiar de opinión.

Mis ojos se encharcan mientras procesan lo que acaba de decir Louis. El chico da dos pasos hacia el pomo de la puerta y lo rodea con sus grandes manos.

Hace un gesto con la cabeza y medio asiente.

-No lo intentes más, _______. Tú y yo nunca podremos estar juntos.

Abre la puerta y sale al portal. Mis ojos son agua mientras que mi estómago está completamente apretado.

-No, no te vayas. – Le suplico, yendo a la puerta.

Él está en el rellano y me mira, con sus ojos tenues gracias a la poca luz.

-No puedo quedarme contigo, _______. Tú vida y la mía no son compatibles, ¿Acaso no te ha quedado claro?
-Me da exactamente igual. Louis, no busco algo perfecto. Busco algo que me llene, y eso solo puedes serlo tú.
-Josh también te llenó. – Dice. El tiempo se para. – Date paciencia, encontrarás a alguien mil veces mejor que yo que… que…

Frunzo el ceño llorando.

-Que pueda darte todo lo que yo no te he dado y hacerte lo feliz que yo no he sabido.

Se acerca a mí y toma mi mano. La abre, poniéndome el pañuelo en la palma y cerrándolo.

-Encontrarás a alguien, te lo prometo. – Dice, medio susurrando y a dos escasos centímetros de mí.

Trago saliva y no sé qué decir.

-Sólo te pido que siempre me recuerdes como el que estuvo ahí cuando nadie estuvo, ¿vale?

Asiento, sin saber por qué.

-Bien. – Dice.
-¿Puedo preguntarte algo?

Asiente.

-¿Vuelves a Inglaterra?

El chico me mira a los ojos, disimulando una sonrisa de impotencia, y, segundos después, asiente.

-¿Cuándo?
-En un par de días.

Cierro los ojos calmando mis lágrimas.

-Será lo mejor. - Dice.

¿Y si es verdad? ¿Y si es verdad que es lo mejor? ¿Qué quizás él no es el amor de mi vida y que quizás el destino, como es tan caprichoso, esté haciendo esto para que dentro de un par de días encuentre a un chico en mi rellano, que resulta que es el vecino de enfrente, y de repente, me enamore?

Tomo aire y pienso, por un absurdo momento, que Louis puede que llegue a tener razón.

Sus ojos muestran dolor y arrepentimiento. Algo dentro de mí me dice que en su interior él quiere quedarse conmigo, aquí.

Acaba de rechazar el piso. No puedo tener consciencia de nada. La máxima locura no ha servido para nada. Ni siquiera esto ha servido como ayuda para recuperarle.

-Será lo mejor. – Digo, casi susurrando.

El chico acaricia mi mejilla y subo la mirada, acordándome de que sus ojos de cerca son mucho más impresionantes.

Asiente y me besa la mejilla suave y dulcemente.

-Esto ha sido increíble. – Dice. – Que te vaya genial.

Después de eso, da un paso hacia la escalera, y comienza a bajarla.


Sí, se va. Se va de mi lado, de mi vida. Louis Tomlinson se va. Ahora solo me queda asumir que mi vida tiene que seguir su curso sin él. Que no puedo estancarme.

¿Es hora de verdad de decir adiós al pasado y hola al futuro?

PD. Últimos tres o cuatro caps de TPCB!
PD2. Amores, espero que entendáis que no tengo últimamente tiempo y espero que no dejéis de leerme por eso. Intentaré subir lo más exacta posible, pero subir diariamente me está siendo imposible! De todas maneras, intentaré sacar tiempo.
Os quiero! <33

4 comentarios:

  1. dioos me encanta *_* como consuiges eccribiir asii? me he leido todas tus y todas han conseguido meterme de lleno en la historiia
    vas ha hacer segunda parte de alguna o vas ha hacer una novela nueva?
    un besoo

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  2. OMG.. pobre ___________ tia q mal... es q me hace eso lou y me quedaria como.. no te puedes ir, tienes q estar conmigo, somos uno. No se tia, haria cualquier cosa para q no me dejara. Cualquiera Guau.. debe ser tan dificil. 3 O 4 CAPITULOS!! OH god .. quieres matarme! O se.. me quedan solo 4 capitulos de "mi vida" con Louis Tomlinson.. Nooo!!! zhahahah Muchas gracias por alegrarnos guapis1 Te queremos! Don't forget it! :)

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  3. Yo estoy pensando en hacer una fanfic.... consejo de profesional?? =)))

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    1. La primera locura que se te pase por la cabeza, hazla. :) xx

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