[Terminada] El destino es caprichoso y más cuando se trata de algo como lo que pasará entre ______ y Louis Tomlinson. Una relación del pasado rápida, alocada, peligrosa que le llevó a ser quien no era. Todo acabó, pero no para siempre. Ambos estaban equivocados cuando prometieron no volver a verse.

jueves, 17 de octubre de 2013

Capítulo 57.

Me defraudo cuando veo que es la alarma. Había olvidado que tendría que ir a la universidad.

Paso el dedo por la pantalla táctil y lo hago callar. Arrastro mi silla hasta que hay suficiente sitio para ponerme de pie, y, dando pasos débiles, llego hasta la puerta, la cual abro y abandono mi habitación.

Mi mente esta aturdida. Echo de menos a Louis. Vivo en una agonía conjunta con angustia que es imposible de parar.

Abro el armario y escojo la ropa que llevaré a la universidad. No me complico mucho. Unos pantalones vaqueros, jersey de lana blanco, botas marrones a conjunto con chaqueta de cuero marrón y un pañuelo marrón y negro.

Abro la puerta del baño y me meto.

Tardo diez minutos en ducharme. Una ducha en la que pienso en qué hacer para terminar lo que me ha pedido Dina. ¿Cómo lo hago? Ni siquiera sé de él desde aquella noche que le vi en el hospital. Es imposible terminar algo que está incompleto, o eso quiero pensar.

Salgo del plato de ducha y paso una toalla por mi pelo, mientras dejo que mi cuerpo se seque con la que tengo enrolladla en el cuerpo.

Poco tardo en secármelo, pero mi mente sigue centrada y obsequiada en lo mismo.

Cinco minutos después, bajo las escaleras despacio, ya que Bruce está durmiendo al lado del último escalón y no quiero despertarle.

Le doy un saltito y aterrizo en el pasillo que conecta las escaleras con la cocina. Escucho el sonido de los platos, entro a la cocina y me siento en un taburete, sin inspeccionar mucho la sala. 

-Hola. – Dice una voz masculina.

Con el ceño fruncido y tratando de colocarme bien las botas, miro hacia arriba.

-¿Te has olvidado de mí? – Pregunta el hombre.

Me sorprendo y me levanto del taburete mostrando sorpresa. Es Bob.

Acudo rápidamente a sus brazos, que están abiertos pidiéndome un abrazo. Me invado en su cuerpo.

-Hola, Bob. – Digo alegre.
-¿Qué tal está, señorita? – Pregunta, separándose de mí.
-Estoy, que no es poco.

El hombre gira el labio y yo hago lo mismo. No hay persona que me comprenda mejor que él en todo el mundo.

-Hace mucho que no te veo. – Comenta.
-Sí. – Apoyo. – Mucho.

Un silencio incómodo mientras mi madre, sonriente, continúa preparando el desayuno.

-¿Qué quieres de beber? – Me pregunta.
-Tomaré café, mamá. Gracias.
-Entonces, iré a la despensa a por él.

Sonrío a mi madre, que seca sus manos en el delantal y abandona la cocina, yéndose hacia el pasillo donde hay unas escaleras que bajan hacia la despensa.

Bob toma asiento a mi lado y coge una de mis manos, arropándola con las dos suyas.

-¿Has vuelto a hablar con él? – Me pregunta, casi susurrando.

Sacudo la cabeza y mi rostro entristece. El hombre hace un gesto de defraudo y aprieta con fuerza mis manos.

-Tenía mucha rabia la última vez que le vi.
-¿Por qué no me dijiste que le conocías, Bob? – Pregunto, sin un freno en mi boca.
-¿Qué? – Exclama, perdido.
-No iba a reprocharte nada, solo me hubiera gustado saber que tú conocías a Louis…
-Oh, querida… - Musita. – Creí que era algo que no debía de salir de ahí.
-Bob, sabes que estoy luchando contra viento y marea para saber algo de Louis. Me da la sensación de que todo este tiempo solo he conocido de él su nombre y su apellido, que por cierto, odia. Me podrías haber ayudado tanto.
-Y lo intento. – Dice. – De veras lo intento.
-Tú sabes cosas de él que yo no sé. – Digo.
-Louis siempre ha sido una persona reservada. Nadie conoce a Louis, dudo que se conozca él mismo…

Frunzo el ceño y me maldigo el no haber sabido antes que Bob conocía a Louis. ¿Por qué no me lo habría dicho?

Aun que, yo y mi torpeza de no darme cuenta de que la insistencia de Bob era algo absurda si no conociese a Louis de nada.

-Aquí está el café. – Exclama mi madre entrando por la cocina.

Ambos sonreímos y Bob me mira en forma de complicidad. Parece que no quiere que diga nada sobre este tema delante de mi madre. ¿Por qué será?

Asiento con un sutil gesto y Bob me suelta las manos para levantarse del taburete e ir hacia mi madre.

-Creo que iré sirviendo el sirope a las tortitas. – Dice el hombre.

Yo, sigo con la mirada perdida, sentada en el taburete.

El sueño me puede, no he descansado nada, y mi mente está todo el rato en funcionamiento, pensando en ojos azules y tupé perfectamente peinado.

Mis dedos pulgares juegan entre ellos, intentando distraerme de mis pensamientos absurdos.

-Por cierto. – Alarma Bob. – Te he buscado un buen abogado.

Dejo el juego de mis dedos, y levanto la cara, dirigiendo la mirada al hombre, que mastica fuertemente un cacho de tortita.

-¿Un abogado? – Pregunto.

Mi madre le mira, también sorprendida.

-Sí, ya sabes. Por lo de la pelea de la otra noche.
-Bob, creo que te estás involucrando más de lo que deberías. – Añade mi madre.

Parece que la tensión se ha creado entre nosotros, y afirmo la situación cuando la mirada de Bob hacia mi madre no es del todo agradable.

-Julie, yo solo quiero ayudar. – Dice. – Esos desgraciados trabajan en eso. No pueden quedar libres.
-Bien, estoy de acuerdo. Pero creo que _____ es suficiente mayor y consciente para hacer este tipo de cosas ella sola. Y si no puede, ya lo haré yo con ella, que para eso soy su madre.
-Estás siendo muy desagradable, Julie. Solo intentaba…
-Podría decir que tú estás siendo muy entrometido.

Miro a la pareja como sigue con su duelo de palabras. Es la primera vez que mi madre y Bob discuten, o al menos que yo haya visto.

-Mamá, la verdad es que…
-Aquí tienes el café. – Dice dejándome la taza al lado. – Y ahí están las tortitas. – Ahora señala el plato de al lado de Bob con la barbilla. – Yo voy a vestirme, tengo que ir a revisión.

Mi madre se quita el delantal y lo deja de mala gana y arrugado encima de la mesa, casi a mi lado. Olvidaba la revisión de todo aquello que pasó cuando la atropellaron.

-Mamá. – Exclamo, pero es inútil.

Giro el labio sorprendida y miro a Bob, que ha dejado de comer tortita.

Remuevo el café e intento pensar algo para salir del silencio.

-Tranquila. – Me dice el hombre. – He venido para acompañarla.
-Bob. Yo te agradezco todo esto que estás haciendo por mí, de verdad.

El hombre me mira y esboza una débil sonrisa, como si eso fuese suficiente para él.

-Lo sé, cielo. Por eso lo hago.

Se acerca a mí y me da un toquecito en la nariz. 

El hombre cruza el arco de la cocina para irse y veo que la oportunidad de saber algo de Louis se me escapa. Y no, no quiero dejarla escapar.

Doy un buen trago al café y lo paso por mi garganta, que abrasa.

-Bob. – Grito.

El hombre retrocede y llega de espaldas a la cocina.

-¿Sí? – Dice sujetándose en el marco.
-¿Qué tal está?

El hombre sonríe, dando por hecho que sabía que le iba a preguntar por él.

-Bien. Está mejorándose. – Dice.
-Me alegro. – Contesto, con una inevitable sonrisa.
-¿Algo más?
-¿Volverá a Inglaterra? – Pregunto, de nuevo.
-Aún está en duda.

Le miro, ahora un poco más defraudada con la respuesta, y sigo dando vueltas a mi café con la cuchara.

-Aún tienes tiempo, _______.
-¿Qué más da el tiempo, Bob? Me dejó bien claro que él no quiere saber nada de mí.

El hombre ríe, casi incrédulo.

-No, querida. Él dijo que no quería que le vieses porque era peligroso para ti. Lo sé porque es lo que me estuvo repitiendo desde que te fuiste de aquel hospital hasta que le dejé. ¿Sabes? Te quiere más de lo que piensas, y si él quiere por algo que te alejes de él es porque cree que no te podrá hacer feliz, y lo único que quiere es que encuentres a alguien que esté a tu altura, que sea de tu tipo.
-Qué idiota… - Murmuro.

El hombre se echa a reír y pasa sus palmas de las manos por su rostro.

-No, ______. Él solo te quiere más que a él mismo. Pero creo que es hora de que le demuestres que tú le quieres más de lo que él piensa, ¿no?
-¿Y cómo?
-Repito, tienes tiempo. Piensa. Lo que sea será lo adecuado. Confío en ti, confía tú también.

Bob me besa el pelo y abandona la cocina, llamando a mi madre por su nombre y buscándola por el exterior de la casa.
***
Entro en los pasillos del instituto, y entre mis brazos está una carpeta roja, donde guardo todos los folios que estuve escribiendo toda la noche. Quizás en clase me de tiempo a revisar todo lo que he escrito.

Parece que el café me ha hecho efecto, y creo que algo adelantaré al menos con la cantidad de cafeína que corre por mis venas.

-Buenos días. – Exclama alguien, poniéndose a mi lado.
-¡Liam! – Exclamo.
-¿Cómo estás? – Me pregunta.

Le sonrío y entiende. El chico gira el labio y mira hacia el suelo, arrepentido de haberme preguntado, y yo me siento culpable.

-Estoy bien, Liam. No te preocupes.
-Bien, me alegro entonces.

Le sonrío y entramos en clase.

Ambos tomamos asiento en una de las primeras filas, esperando a que entre el profesor.

Me siento en la silla de al lado de la pared de color beige. Dejo la carpeta junto a mi bolso y mi cuaderno, encima de la mesa. Liam se sienta a mi lado derecho.

Le miro como sonríe con Olivia, la chica de atrás desde su sitio. Es muy simpática, pero si algo sé con total seguridad de Liam, es que es alguien fiel, y a Judith nunca la engañaría.

Ahora que me acuerdo de Judith, me acuerdo de Alison. ¿Habrá hablado ya con Adam? Me llevo la mano a la sien y la masajeo. Todo esto de Louis y Dina me está encerrando demasiado en mí, y me estoy olvidando completamente de todo mi exterior.

Saco el móvil de mi bolso y abro los mensajes.

“Al habla la señorita desaparecida.
Que sepas que no me olvido de ti, eso nunca. Por eso te quiero preguntar si te vendría bien quedar conmigo. Cuando puedas. Quiero hablar contigo y preguntarte algunas cosas.
¿Te parece bien?
Xx”

Sonrío al darle al botón de enviar.

Todo esto se me está yendo de las manos. Louis, Louis, Louis… ¿Cuándo diablos vas a salir de mí?

Miro a Liam como saca él también su móvil del bolsillo de su pantalón. Le miro preocupada, ya que parece que le están llamando y su gesto no es muy agradable.

Me incorporo en la silla y le miro pendiente.

-¿Qué le pasa? – Me pregunta Olivia.
-No lo sé. – Contestó, casi con la voz temblando.

Ahora Liam asiente, y su cara parece de sorpresa, ilusión.

Leo en sus labios que está dando las gracias a alguien de detrás del teléfono y me tranquilizo.

Cuelga y sonríe al aparato electrónico mientras lo guarda en su bolsillo de vuelta y corre hacia mí.

-Oh, dios mío. - Exclama.

Quita de en medio la silla de delante de mí y yo me pongo de pie, al ver que me quiere contar la noticia.

-¿Qué? ¿Qué pasa? – Pregunto.
-¿Recuerdas que cuando nos vimos me preguntaste si la casa de Louis estaba ocupada? – Pregunta.

Frunzo el ceño y asiento ante la mirada pendiente de Olivia.

-¡Adivina quién me ha llamado!

Encojo los hombros y le miro, aún sin entender nada.

-¡_____! – Me regaña. – Me ha llamado la agencia. Esa casa está libre.

Mi boca se abre inconscientemente y me llevo las manos al pelo.

-¿Q-qué? – Balbuceo.

El chico sonríe, satisfecho de mi reacción, que aun que es completa felicidad, no puedo mostrarla ni manifestarla de otra manera que no sea esta.

-¿Has buscado la información de esa casa? – Pregunto, temblando.
-Sí. – Contesta Liam, sonriente.
-¿Has buscado esto por mí?
-¡Sí!
-¡Joder!

Me quedo mirándole un segundo y me abalanzo sobre él para abrazarle, ante la celosa mirada de Olivia, de nuevo.

-Gracias, Liam. Gracias.

El chico me abraza fuerte, dándome palmaditas en la espalda, satisfecho de su trabajo. ¿Cuánto le habrá costado buscar todo esto?

Entonces, se me ilumina una frase en forma de flash en mi mente, y recuerdo a Bob, apoyado en el marco de la cocina, mirándome.

“Lo que sea será lo adecuado”

Y esto es lo que era. Tengo que hacer algo, y ese algo es comprar esa casa. Sí. Tengo que hacerlo.

¿Qué iba a hacer más efecto que el llevar a Louis al sitio donde entre nosotros pasó todo? ¿Nuestra casa? ¿El sitio donde compartimos tantas cosas? Quizás así se daría cuenta de que le quiero, y que me da igual lo que piense que es mejor para mí. No hay droga más sana que él para mí...


Ese es mi plan, y rezo porque funcione y porque mi historia no tenga la palabra “Fin” tan pronto.

PD. ¡Hola amores! Aquí os dejo el blog para 'Broken' la novela que empezaré de Liam en breves... :) http://brokenn1d.blogspot.com


3 comentarios:

  1. Oh dios. Que amor. No hay cosa mejor que irse a dormir despues de leer esta novela. Sube pronto ;)

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  2. Yo.. yo yo solo quiero llorar. Le va a comprar su maldita casa?? Really? Que quieres provocarle a mi alma eh1! Que le duele1 Jobar jobar, y encima odio tus rectas finales porque son muy emotivas y shoro. Muchas gracias por todo!

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  3. OYE!! Que te pasa!!?!?!?!?! Por que no la sigues!!! Me estas haciendo sufrir :'c No hagas que muera de la intriga D: Me encanta tu novela. He leido todas las que has hecho. Eres una buena o mejor dicho excelente escritora. Deberias hacer un libro. Porque tu escribes hermoso
    A... Apura en subir otro cap porque estoy que me muero!!

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