[Terminada] El destino es caprichoso y más cuando se trata de algo como lo que pasará entre ______ y Louis Tomlinson. Una relación del pasado rápida, alocada, peligrosa que le llevó a ser quien no era. Todo acabó, pero no para siempre. Ambos estaban equivocados cuando prometieron no volver a verse.

jueves, 10 de octubre de 2013

Capítulo 55.

Tomé el pomo con miedo y sentí como toda la sangre se concentraba en la palma de la mano.

Bruce seguía dando vueltas sobre sí y sobre mis piernas. Le miré frunciendo el ceño y me agaché a cogerlo.

Ahora, giré el pomo y tiré de la puerta para abrirla.

-Hola. – Susurró.

Su mirada iba hacia el felpudo y mi sorpresa había crecido dentro de mí. Ahora las preguntas se multiplicaban.  Vestía de colores oscuros y, entre sus brazos, apoyada en su cadera, una caja de cartón.

Bruce comenzó a ladrar e intenté tranquilizarle. No pude.

Aún no tenía las palabras que pudieran describir mi sorpresa y angustia.

Dejé al perro en el suelo del interior de la casa y, rápidamente, salí al exterior, entornando la puerta y mirando al chico.

-¿Qué haces aquí? – Pregunté, seca y cortante.
-Supongo que no querrás perdonar mi error.

Fruncí los ojos y le miré con desprecio. No quería alborotarme, pues mis pocas fuerzas incluso me lo impedían.

-Ante todo quiero que sepas que soy un caballero, y aun que quizás mis actos no lo hayan demostrado, en mi interior yo sé que lo soy.

Crucé mis brazos prestando atención a lo que Josh decía. Pero me era indiferente. Los sentimientos que tenía hacia él era una mezcla ente asco y pena.

-Y bueno, simplemente quise hacerte el favor de traer tus cosas, porque supongo que… bueno. – Tragó saliva. – Todo esto acaba aquí.

Apreté los labios mojándolos con mi saliva y, le seguía prestando atención, con rabia recorriendo cada vena y arteria de mi cuerpo y con Bruce ladrando aún a la puerta entornada, casi cerrada.

-Y ten, esto es como recompensa.


Josh se abrió la chaqueta negra y sacó del interior del bolsillo un cheque. Lo tendió y yo no hice ningún gesto, solo miré con desprecio el papel que me tendía.

-¿Qué es eso? - Pregunté.
-Quiero compensarte.
-No quiero tu asqueroso dinero, Josh.
-Es la única manera que tengo para pedirte perdón.
-No, no quiero tus disculpas. 

Separé mis brazos y rodeé la caja con mis pertenencias. El chico se retiró.

-Déjame llevarla a mí. - Pidió.
-No. - Me negué automáticamente. - Dame.

El chico arrugó el entrecejo y soltó la caja, que cayó en mis brazos, demostrando que pesaba más de lo que yo pensaba.

-¿Está todo? - Pregunté.
-Eso creo. 
-Bien.

El chico se retiró y dejó ver una gran maleta detrás de él. 

-Aquí está tu ropa. - Informó. - Compré la maleta más grande que había para que cogiese todo.
-Genial.

Mi gesto seguía siendo serio, y mi manera de ser seca y cortante parecía no pillar de sorpresa a Josh, que se mostraba arrepentido.

-¿Algo más? - Le dije, con cierto tono de rencor.
-Lo siento.
-No vas a solucionar nada con eso, Josh.
-Lo sé, te dije al principio que soy un caballero y creo que debo hacerlo. 
-Lo que no debiste hacer fue contratar a esa gente. 
-No quería hacerte daño.
-Pero, ¿A él sí? - Reí. - Josh, esto es ridículo. 
-Tu no debías estar esa noche ahí.
-¿Y sino? ¿Crees que no me hubiera enterado de quién pegó a Louis? No te salió bien la jugada, y me alegro de eso.
-Debiste estar conmigo, celebrando nuestro aniversario.
-No puedo estar con una persona que no acepta a mis amistades, y no aceptarles a ellos es no aceptarme a mí. Y que contratases a esa gente para pegar a Louis fue lo más infantil e inmaduro que he visto y veré. Da pena. 
-No te quedes solo con lo malo, por favor.
-No puedo quedarme con otra cosa. Lo siento. 
-Lo hice porque te quiero, como a nadie.
-Pues no quiero ese tipo de cariño, lo siento.

Cogí aire y lo solté tan rápido como pude. Me acerqué a la puerta cogiendo el pomo de la maleta y la arrastre hasta mi lado, donde ya Bruce no daba ladridos.

-Por favor, acéptame el cheque. 
-No, Josh. - Negué con la cabeza. - No quiero nada tuyo, y menos dinero.
-Es lo menos que puedo hacer.
-Guárdalo para cuando te llamen.
-¿Quién?
-Temas de justicia. 

El rostro del chico se transformó en total sorpresa. Parecía no dar abasto con lo que acababa de escuchar. ¿Quizás se pensaría que todo esto se iba a quedar así? ¡Ni hablar!

-¿Vas a meter a la justicia de por medio? - Preguntó.

Sonreí sarcásticamente mientras sacudí la cabeza.

-Buenos días, Josh.

Abrí la puerta de mi casa con la espalda, y pasé la caja dejándola en un rincón del pasillo. Después, y bajo su mirada atenta, arrastré la maleta nueva y de color rosa, y la metí también a mi casa.

No le quise mirar a sus ojos tan, posiblemente encharcados, y cerré la puerta sin ningún tipo de escrúpulo. Quizás me faltaban los a que él le debieron de faltar aquella noche.

Segundos después, me asomé a la ventana, mirando como el cuerpo de Josh abandonaba el jardín y cerraba la puerta de metal. Sus manos se pusieron, unidas, detrás de la nuca, y miraba desconsoladamente a todos los lados.

Segundos después, pateó de forma violenta la fachada de mi casa, quizás destrozándose los pies. Cerré los ojos con dolor en ellos. No me gustaba verle así, pero era algo que no podía evitar, la pena era un milímetro comparado con la cantidad de sentimientos odiosos que tenía en estos momentos hacia él.

Dos minutos más tarde, montó en su coche y arrancó el motor para emprender camino hacia quién sabe dónde.

Yo solo tragué saliva y quise, por un momento, que nada de esto no hubiera pasado, y volver a aquella época donde los amores no estaban escritos en mi vida.

***

Estaba sentada en el banco de cerca de mi casa. Entre mi dedo índice y corazón, habitaba un cigarro, consumiéndose cada segundo. Esperaba a Dina.

Respiraba el aire del invierno y miraba el día nublado. 

Este sitio fue donde Louis y yo nos dimos nuestro primer beso, y el primer beso que había dado a un chico que de verdad me gustaba. Mi primer beso.

Acerqué la colilla a mi boca y cogí droga, después la solté.

No entendía el por qué de Louis del no querer saber nada de mí... No podía hacerme a la idea de alejarme de él, no podía hacerme a la idea de no volverle a ver nunca.

Y, en ese momento mientras consumía yo sola mi cigarro y pensaba en Louis, me pregunté: "¿Qué era más droga? ¿Él o el tabaco?"

Sonreí al pensar que esa frase podría ser perfectamente el título de un libro. 

-¿Qué haces aquí? 

Giré mi cara, ocultando el cigarro con la madera del banco. Miré a mi izquierda y, sobresaltada, me di cuenta de que era Dina, me gritaba desde su coche.

-¡Dina! - Grité. 
-¿Vienes? 

Solté la colilla y ésta contactó con el suelo. Asentí con la cabeza y comencé a andar hacia el vehículo, intentando mostrar una sonrisa que no era verdadera.

Rodeé el vehículo y entré, ocupando el asiento del copiloto.

-Hola. - Dijo de nuevo Dina.
-Hola. - Contesté, con una sonrisa.
-No me has contestado. - Acusó la hermana de Louis.
-¿A qué?
-¿Por qué me esperabas aquí? 
-Quería tomar el aire y supe que pasarías por aquí antes que por mi casa.

La chica arqueó una ceja y apretó el acelerador, haciendo que mi cuerpo impactase con el asiento y casi me asustase.

-Vi el cigarro. - Comentó.

Giré el labio arrepentida. 

-Además, hueles a tabaco. - Añadió.

Miré a la guantera, y, en mi interior, sentí como si me estuviese regañando con razón.

-Lo siento, Dina. Necesito hacerlo.
-Tú también le quieres, ¿no?
-Claro, ¿Cómo no voy a quererle?

La chica sonrió y giró bruscamente el volante para hacer una rotonda.

-No. - Negó. - No me refiero en ese sentido.

Supe desde el principio a qué se refería, pero, ¿Lo sabía? ¿Le quería como le quise hacía tiempo? ¿Cómo quise al chico que él mismo me afirmó que seguía siendo? 

-No puedo querer algo que no tengo. - Dije.
-Le tienes. - Contestó, tan rápido como terminé de decir la frase. - Aún le tienes.

Sacudí la cabeza y la miré. Ella también coincidió sus ojos tan parecidos a los de Louis con los míos, y yo sonreí ruborizada.

-Pienso en muchas cosas a la vez, Dina. - Confesé.
-¿Puedo preguntar qué pasó para que no quisieses ver a Ben? 
-Rompí con Josh. - Confesé. 

El gesto de la chica se sorprendió, incluso sentí como de nuevo la velocidad del coche aumentó.

-¡Madre mía! ¿Por qué? 
-Problemas. - Me decidí a decir.

La chica asintió con la cabeza y me felicité en mi interior a mí misma por haber usado la base de maquillaje que me recomendó mi madre. Los moratones habían sido tapados y disimulados completamente.

Unos veinte minutos más tarde, Dina aparcó frente a un restaurante. Ambas nos bajamos del vehículo y emprendimos camino hasta el interior de él. 

Un restaurante Italiano con una música relajante y una fuente en el medio. Alrededor, mesas para todo número de personas, algunas ocupadas. Pasamos hacia una mesa de dos, al lado de la fuente.

-Siéntate, por favor. - Pidió cuando llegamos a nuestro sitio.

Ambas nos colocamos en nuestros sillas y miré algo intimidada el lugar. Traía dinero para pagar la comida, pero no tenía pinta de ser barato.

Miré a Dina que parecía nerviosa, ¿Qué querría sugerirme? Sabía más o menos de qué trataba, pero no estaba segura. Quizás debía de romper el hielo.

-¿Sabes algo de Louis? - Pregunté.
-Quizás mañana le den el alta. 

Una alegría invadió mi cuerpo. Una sorpresa completa. ¿Le podría volver a ver? ¡Quería verle! 

-¿Se irá a Inglaterra?
-Aún no sabe nada.

Cerré los ojos y me lamenté. Preferiría escuchar un "Se quedará aquí". Dina sonrió a mi gesto mientras miraba el menú. Yo cogí el mío y lo revisé hasta decidirme por unos macarrones. 

La camarera vino y nos tomó nota, mientras yo miraba ansiosa a la chica pensando en qué me tenía que decir. 

-¿Está solo?
-No. - Negó rápidamente. - Nunca le hubiera dejado solo. Se quedó con Bob y mi otra hermana. 

Asentí con la cabeza y medio sonreí. ¡Bob! Un pinchazo apareció de repente en mi estómago.

-Dina. - Dije, casi sudando. 

La chica me miró y arqueó una ceja, dándome paso a mi pregunta.

-¿Puedo preguntarte algo? 
-Claro.
-¿Por qué Bob se lleva tan bien con Louis? ¿Acaso le conocíais?

La chica miró ansiosa a la camarera que venía con una bandeja con una botella de vino y dos copas. Nos sirvió las copas y echó en ellas un poquito de vino.

-Salud. - Musitó Dina levantando la copa.
-Salud. - Contesté yo, chocando el vidrio.

Ambas sonreímos y dimos un sorbo a nuestra copa. Dina cerró los ojos cuando la bebida bajaba por su esófago.

-Cuando vi a Bob esa semana que Louis estuvo firmando todos los acuerdos para formar parte de su equipo, me di cuenta de que era el hombre que, en el pasado, fue la mano derecha de mi padre. Un hombre muy cercano a él cuando éramos pequeños. No ha cambiado nada desde entonces, y, bueno, fue fácil reconocerle.

¿Amigo? ¿Del padre de Louis? ¿Cómo era eso? 

-Y, ¿Tú de que le conoces? - Preguntó la chica.
-Es el novio de mi madre.

Asintió y pareció sorprendida.

-Entiendo. 

Ahora entendía algo más. Quizás por eso Bob con Louis tenía una especial complicidad. Parecían conocerse de toda la vida, y en verdad así era. ¿Acaso esto también fue un truco del destino? Ambos coincidieron de nuevo en mi casa, gracias a mi madre y a mí. Si Louis no hubiera venido a comer a mi casa, jamás hubieran vuelto a reencontrarse, ni jamás hubieran sabido que podían contar el uno con el otro. 

Lo que no entendía era por qué Louis no me había dicho nada al respecto. ¿Esto también formaría parte del "Louis oculto"? Los enredos en mi cabeza crecían, y no estaba muy segura de si podía recibir más información de la que ya tenía antes de ordenarla y aclararme. 

Quizás esto me estaba afectando menos de lo que debería, pero considero que estaba en un estado de proceso de información en el cual lo que menos podía hacer era sentirme afectada por todo lo que ocurría a mi alrededor. O quizás simplemente me estaba demostrando a mí misma que era más fuerte de lo que yo pensaba.

El camarero nos puso los platos de comida delante de nosotras y, de nuevo, Dina me miró, sonriente. Yo levanté la mirada y desenvolví la servilleta de los cubiertos.

-Bueno, creo que recordarás por qué estamos aquí, aun que yo debería estar con Louis...
-Sí. - Contesté. - Lo sé. 

La confusión aún se apoderaba de mí. Estaba bloqueada, y sabía que iba a continuar estándolo cuando la chica me sugiriese quién sabe qué. 

-Y, por favor, no me taches de egoísta. No encontré otro momento para verme a solas contigo. - Dina parecía disculparse por haber dejado a Louis allí.
-Tranquila. 

Dina sonrió y yo pinché la comida, mientras la metía en mi boca con el tenedor.

-Quiero ir directa al grano, llevo intentando decirte esto tanto tiempo que me muero de ganas por escuchar tu respuesta.
-Sí, claro. Dime.
-Recordarás el día que me presenté de repente en tu casa, dándote todo ese discurso sobre Louis, sobre lo que él sentía y la chica misteriosa de la cual él hablaba.

Asentí con la cabeza. 

-Bueno, fue algo que hice para ver tu reacción. Quise ver si tus ojos se ponían brillantes y si tu respiración aumentaba. Y así fue. Entonces supe que tú querías a Louis exactamente de la misma manera que él te quería a ti, y que Josh solo era como un parche para intentar olvidarte de él.

Mi gesto era de sorpresa, ¿No era escritora? ¡Casi hacía mejor de psicóloga que Josh!

-Y simplemente me interesé en ti porque, bueno, Louis escribió todo esto.

La chica cogió su bolso y lo abrió. De él, sacó una carpeta azul celeste y la entregó, mirándome el rostro, sin quitarme atención.

Solté el cubierto en un lado del plato, y, tras limpiarme con la servilleta, tomé la carpeta que Dina me tendía, con una sonrisa.

La abrí y vi un montón de folios, grapados por una esquina y con letra en negro, impreso. 

-¿Qué es? 
-Todo lo que te dije el otro día, me ayudé gracias a eso.
-¿Sacado de dónde?
-¡Lo escribió él, ______!
-¿Todo esto?

Mi cara era total sorpresa, Dina asintió sonriente.

-¡Dios mío! - Exclamé.

Abría como cerca de cien folios escritos por las dos caras. ¿Qué diablos escribiría Louis ahí?

-Por eso esa larga temporada en mi casa, por eso todo esto. Cuando Louis me dio la idea del que ahora es mi libro, supe que se basaba en algo que le habría pasado a él, y le rogué trabajar conmigo. Y, bueno, le sugerí lo mismo que te quiero sugerir a ti, y así basarme en esta historia.

Tomé aire y continuaba ojeando los folios en los que, según Dina, se encontraban todos los sentimientos de Louis.

Me paré justo en un folio en el que ponía. "Y sí, la quería y la quiero." Como última frase. Mi corazón se paró y mi estómago se encogió oprimiéndome todos mis órganos cercanos. ¿Hablaría de mí? Sí, ¿De quién sino? 

-Cuéntame toda la historia por escrito, por favor. - Pidió Dina. - Todos tus sentimientos, todo. Todo lo que sentiste al verle, como os conocisteis, cuál fue tu reacción. Quiero saberlo. Será un gran proyecto del que los tres saldremos beneficiados.

Seguía ojeando todos esos folios y pensaba. ¿De verdad quería recordar todo mi pasado, lo bueno y lo malo, absolutamente todo? ¿De verdad quería que Dina supiese todo lo que se me pasaba por la cabeza, lo que sentía y lo que siento? 

Un escalofrío me recorrió todo mi cuerpo.

-Por supuesto, si aceptas, dentro de esa carpeta también está un contrato, el cual firmaremos las dos como acuerdo. Ahí están los temas de dinero y recompensas con los que trabajaríamos. - Decía. - Como verás, todo esto es completamente enserio. Yo te daré todo el material, todo lo que necesites.

Todo esto era demasiado sorprendente para mí. Seguía con la pregunta en mi mente. ¿De verdad quería que todo el mundo supiese mi historia? ¿De verdad me beneficiaría en algún sentido? Me daba exactamente igual el dinero.

-Tienes todo el tiempo que necesites para pensarlo. Aún estoy transcribiendo la parte de Louis, me llevará tiempo. - Añadió.

Por una parte, me negaba a escribirlo, pero por otra, algo había en mí que me decía que no vendría mal escribir para poner en orden mis sentimientos, para desahogarme. 

-Por favor. - Suplicaba la chica. - No me basta solo con su opinión.
-No sé, Dina. Creo que esto es lo más extraño que me han pedido en la vida. ¡Ni siquiera sé escribir!
-¡No hace falta saber escribir! Simplemente, auto biografíate. Soy muy perseverante y convincente, _______. Convencí a Louis, para mí desde ahí nada es imposible.

La chica me hizo soltar una carcajada, mientras continuaba mirando los folios grapados, y sujetando esa carpeta celeste mientras me invadía el olor de esos macarrones tan maravillosamente caros.

-Incluso ya tengo el nombre para el libro.
-¿Ya? - Pregunté yo, con una sonrisa sorprendida.
-Claro. - Contestó. 

Sus manos se alzaron mientras su mirada se fijaba en algún objeto, pero ella fingía mirar al infinito frunciendo los ojos.

-"El pasado siempre vuelve" - Dijo mientras abría las manos, como si la frase estuviese dibujada en el aire.



5 comentarios:

  1. OMG OMG..Me Mataste con este capitulo seguilo pronto besos xx

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  2. Oh Dime que no.. dime que no. No lo puedo creer, el principio de la historia, el boli apunto de escribir en el papel, esta historia. Lo entiendo todo.. oh dios mio.. estoy llorando tia.. es q es la historia de amor mas bonita que hay. Imagina q simplemente se hace realidad.. sería fascinante. Gracias a ti. PD: Este Louis es una caja de sorpresas :')

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  3. holiii!!! bueno me declaro Nerry 100 %
    hace poco que leo tus novelas pero me encantan de verdad!!! :)
    escribes increiblemente genial y bueno sinceramente esta es la novela que mas me gusta y me la he leido en 2 dias... es ASDFGHJKL....
    porfiii siguela pronto
    un besooo

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  4. Hola, me llamo Ana y bueno seguro que piensas que porque a estas alturas una nueva lectora pues te diré que en realidad te sigo desde Back For You pero hasta ahora no me he hecho cuenta en gmail para poder comentarte y pone rme gusta a los capítulos :D
    Me presento un poco, me llamo Ana (como ya he dicho) tengo 18 años y soy de Alicante (España) y me encanta la música, leer, el cine y escribir :D
    Sobre la novela decirte que estoy deseando que termine para saber como lo hace peor a la vez no quiero que termine pero que quiero que empieces la de Liam y la segunda temporada de Niall jajaja Bueno ya te comentaré más seguido :D Besos Ana

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  5. holaa!!! me llamo agustina me leiii la nove en una noche me quede hasta las tres de la mañana jeje esta buenisima seguilaaa!!!! :D :D :D :D

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